Las Comunidades Familiares de Educación fueron fundadas por el pedagogo Angel Llorca en El Perelló (Valencia), el 27 de enero de 1937. Tales Comunidades, en palabras de su creador, aspiraban a «realizar una obra de educación total en familia y en grupos de familias que formen una calle en un pueblo y en muchos pueblos y un pueblo en las proximidades de otro pueblo y de muchos pueblos»; y su deseo mayor quedó concretado en el logro de esta meta: «La vida pensada y realizada como una obra de educación».
El ensayo pedagógico de Llorca se inició en cinco casas situadas en una calle de El Perelló. En cuatro de ellas se albergaron 66 niños y niñas de 4 a 14 años, con dos maestras en cada casa
y un matrimonio de maestros en otra. A la quinta casa, menos apta para acoger a los niños, se le llamó Casa Central, y quedó destinada a servicios comunes, la Biblioteca entre ellos. En cada casa se vive la intimidad propia de la familia a la vez que predomina el ambiente educador de la escuela.
Este fue el hogar infantil que visitó Kajsa Rothman en 1937 y del que sacó su folleto Spanska barn ritar om kriget (Estocolmo, Solidaritet 1937).
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