En el siglo XV las cofradías de Santiago de Visby (isla de Gotland), Upsala y Estocolmo ya organizaban peregrinaciones a Compostela. Como Estocolmo pertenecía a la Liga Hanseática, una federación comercial y defensiva de las ciudades costeras del Báltico y las que tenían acceso fluvial a él, los peregrinos aprovechaban los barcos que iban a Lübeck y otros puertos alemanes. Desde Lübeck los peregrinos podían continuar las rutas terrestres por Alemania o viajar la Ribe o Hamburgo para continuar el viaje por mar. También se fletaban barcos para ir directamente a Galicia. El armador Diderik Pasche pidió una ayuda al alcalde de Estocolmo en 1501 para llevar peregrinos a Compostela.
En 1511 se autorizó a tres comerciantes de Nyköping (al sur de Estocolmo), a traspasar la mercancía en el puerto de Hamburgo a buques “que vayan a Islandia o al País de Santiago”.
En 1521, el sueco M. Leuhusen, de Estocolmo, inició su peregrinación tras recibir el permiso para ir a Compostela.