Carlos Antonio Talavera Björnberg (Torrevieja, 4 de junio de 1853-Valencia, 8 de diciembre de 1942) era hijo de Antonio Nicasio Talavera Barceló (1831), un comerciante de sal de Torrevieja y de Ida Elisabeth Björnberg (Elisa Talavera Barceló), nacida en 1932 en Pori, cerca de Åbo (Turku, Finlandia) 1.
Talavera vivió muchos años en Suecia y se le presentaba como «intérprete oficial de los idiomas sueco, inglés, noruego, dinamarqués, alemán, francés e italiano».
Tradujo por primera vez al español El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia (Barcelona, Cervantes, 1921), en traducción directa del sueco:
Al emprender la abrumadora labor de verter al español el magnífico libro de Selma Lagerlöf, que en sueco lleva por titulo Nils Holgerssons Underbara resa genom Sverige, una de las más notables producciones de la literatura sueca contemporánea, prescindimos de una sentida y hermosa oración en verso, inspirada en la contemplación de los cielos, para fortalecimiento del alma y buena disposición en las luchas cotidianas, y de una descripción, también en verso, que lleva por epígrafe El mapa de Suecia, descripción que podría substituirse de un modo gráfico con un mapa de aquel hermoso país, para la más exacta guía geográfica de los lectores.
La traducción de este bello libro ha sido hecha con el propósito de dar a conocer una obra ejemplar y rendir un tributo de admiración y de amistad a la insigne escritora, y también por el placer de avivar en nosotros el recuerdo de aquel país, sencillo en su sentir y de gran cultura moral e intelectual, donde el traductor vivió largos años de su vida y cuyo idioma fue la lengua natal de su idolatrada madre.
Nacida en 1858 de una familia humilde, sus padres velaron por su educación y procuraron darle una instrucción lo más depurada y amplia que permitían sus modestos bienes de fortuna. Sin otros recursos de vida que los que le proporcionaba su despierta inteligencia y sin otra protección que su virtud, dedicóse a la enseñanza como institutriz. Su juventud fué un ejemplo de decoro y su vida un espejo de honestidad. Retirada en su cenobio, casi aislada del mundo, fué formando su inteligencia, que más tarde había de plasmar en obras geniales que aportaban un nuevo espíritu, una floración espontánea y maravillosa, según frase del profesor Hammar, de Upsala, a la literatura sueca.
En 1891 publicaba su primer libro, La leyenda de Gosta Berling, en el que resumía el temple de su alma, toda su aspiración superior en esta pregunta: «¿Qué hay más indomable que la resignación, más seguro del triunfo que la paciencia?»
La leyenda de Costa Berling la sacó de la obscuridad en que vivía, haciéndole conocer la celebridad de un modo brusco. Todos reconocieron que aquel libro representaba el renacimiento de la exuberante fantasía sueca. Era una evocación magnífica de la provincia de Vermland con sus cuentos y leyendas, antiguos relatos en los que reviven los caballeros aventureros y poetas, herreros, pastores y bohemios, seres fantásticos que desfilan por las páginas del libro animados de un poderoso aliento romántico. Publicaba después Jerusalem, cuya primera parte se desarrolla en la Dalecarlia y la segunda en Tierra Santa. Esta obra, ya conocida entre nosotros, es un canto admirable a los rudos amores y a las exaltaciones religiosas de los campesinos suecos, y en ella Selma Lagerlöf revelóse como una observadora sagaz, en posesión de una maravillosa espontaneidad de invención y un instinto poético insuperable.
En 1894 ofrecía a sus ya numerosos admiradores, Los lazos invisibles; en 1898, Los milagros del Anticristo, y un año después, Las reinas de Kunghälla.
Tras estas obras, que fueron la definitiva consagración de su genio, dió al mundo El maravilloso viaje de Nils Holgerssons a través de Suecia, que escribió llevada de su gran amor a su país y a la infancia, deseosa de ofrecer un buen libro de lectura a los niños de las escuelas primarias.
No vacilamos en llamar a este libro el Quijote de los niños suecos. Constituye una epopeya familiar, pintoresca, instructiva y conmovedora. Está escrito con tal gracia de colorido y tan noble finalidad, que justifica que tras su publicación fuera elegida Selma Lagerlöf miembro de la Academia y se la designara para el premio Nobel de Literatura, que se le concedió en 1909.
Para nosotros constituye un motivo de legitimo orgullo dar a conocer este libro incomparable a la masa de lectores hispano-americanos, seguros de que lo han de agradecer.]
Talavera se casó con Elena Seco M. Talavera-Björnberg (Tuy, Pontevedra, 1878) con la que tuvo dos hijos.
Cf. Tatiana Kure-Bonne: «El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia de Selma Lagerlöf: similitudes y diferencias en dos versiones de su traducción al español. Causas y consecuencias en la traducción de algunos culturemas y topónimos» (2017).
- El matrimonio tuvo seis hijos: Carlos Antonio, Josefa Antonia Elisabeth, Adelaide Matilde Elvira, Sofia Elisabeth Antonia, Florida e Ida Talavera y Barcelô ↩