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Staffan Mörling (1936-2020)

Lars Fredrick Staffan Mörling (Karlstad, Värmland en 1936-2020) estudió Historia del Arte y Antropología Cultural en la Universidad de Lund. Tenía un profundo conocimiento del latín y dominaba varios idiomas. Este joven antropólogo sueco desembarcó a finales de los 60 en la costa gallega para recorrer toda la península estudiando los ferrocarriles de vía estrecha. Pero en Galicia se encontró con algo que no esperaba: un entorno con un rico ecosistema marino y unas desarrolladas identidades y tradiciones que le cautivaron y cambiaron su vida sin vuelta atrás.

En especial, hubo algo que se adueñó de su corazón para siempre: la dorna, a veces conocida como el barco de los pobres. Llegaría a confesar que había sufrido un efecto electrizante cuando la vio por primera vez, por el gran contraste entre su obra mortal y obra viva –parte emergida y sumergida–, que le otorgaban sus sobrios y contrastados colores blanquinegros. Y lo más sorprendente: descubrió paralelismos entre esta humilde dorna gallega y los arrogantes drakkar vikingos.

Ambas naves, dorna y drakkar, compartían el sistema de construcción, el tingladillo en el que el armazón no se ejecuta con maderas por adición, sino por tablazón solapada. De ahí su gran elegancia de líneas y sobre todo la espectacularidad de sus quillas, rematadas por un caperol. Su presencia solo podía responder a la influencia de las devastadoras razzias o incursiones vikingas que asolaron durante siglos las costas de Galicia. Esta conclusión haría que la Universidad sueca de Lund se interesase en el tema y le concediera una beca para su investigación.

Apasionado por el proyecto, Mörling recorrió los 2555 Km de la costa gallega de punta a punta. A través de las rías con incursiones en los cauces fluviales, el sueco se iba encontrando con que la mayoría de los barcos tradicionales que sobrevivían estaban para ya el desguace. Aun así, no desesperaba… Entre 1964 y 1967 se dedicó a hacer fotografías, dibujar planos, hablar con antiguos carpinteros de ribera, realizar minuciosos inventarios… a la vez que hacía el primer mapa lingüístico de sus distintas denominaciones: bote, gamelas, barlotes, lanchas , trincados de Ferrol, carochos, chalanas, faluchos, caiucos y tantos otros barcos de madera iban pasando a sus característicos cuadernos. Todo lo apuntaba.

Ons
Paralelamente, el sueco iba realizando un intenso trabajo antropológico de campo: la captación de las costumbres y formas de vida de las colectividades costeras. En este estudio, Mörling se encontraría con una sorpresa aún mayor. Tuvo la inmensa suerte de encontrar Ons. Situada a pocas millas de la costa, era una isla de apenas 4 km² de arenales vírgenes que protegía la ría de Pontevedra de los fuertes vientos del oeste y suroeste. Su formación de antropólogo le hizo ver que encontraba una mina de oro. Era un segmento ideal de individuos en un espacio acotado con identidad propia y en el que las influencias externas apenas habían llegado a desarrollarse: lo que en el ámbito científico se llama «nicho cultural».

La desconocida isla de Ons poseía huellas megalíticas, ya había sido citada en sus textos por Plinio el Viejo, había sido habitada por eremitas, sufrido ataques de vikingos, de corsarios ingleses y piratas a lo largo de generaciones. Pero lo más interesante era que dada la insularidad, el diseño de sus herramientas y tecnologías apenas había sido modificado y la pesca más tradicional, sustento del casi medio millar de personas que habitaban la isla, seguía vigente. Mörling enseguida lo tuvo claro: estudiaría la vida en una isla atlántica parecida a las Feroe, pero en el ámbito de la cultura española.

Pero es más: Ons era idónea para un análisis antropológico porque era un paisaje humanizado con particulares relaciones entre individuos. Tenía una arquitectura funcional y autóctona, con escuela, bar, iglesia y hasta puesto de la Guardia Civil. Un espacio que el sueco apreció por motivos científicos, pero al que rápidamente atribuiría cierto carácter místico. «Sus proporciones ante la enorme cúpula del firmamento me hacen percibir la insignificancia del hombre frente a la inmensidad de la naturaleza».«Todo el tiempo estaba feliz». Y decidió quedarse para siempre. Una vez le preguntaron por qué se había ido a vivir a ese confín del mundo, y respondió con firmeza: «Un momentiño… Galicia no es un final de la Tierra, es el centro del mar».

Pero su beca terminaba e intentó mantenerse usando su ingenio ¿Y cómo? Pues sacando partido a dos de sus posesiones: un gramófono y una cámara con la que fotografiaba los barcos. Con la primera, y por unos céntimos por canción, pinchaba discos para los lugareños. Y con la segunda, lo contrataban para ser fotógrafo de muertos. Y es que en la isla, como en las villas y aldeas de Galicia, se retrataba a los fallecidos como parte del rito mortuorio de despedida en su tránsito hacia la otra vida. Se vivía con naturalidad el memento mori, la frontera que separaba el mundo de vivos y muertos. De anxeliños, o niños difuntos en edad de inocencia, que iban directos al cielo a la Santa Compaña –procesión de almas en pena que anunciaban la llegada de la muerte.

Las fotografías no plasmaban la despedida definitiva, sino el rito de paso, en el que los fallecidos no desaparecían, simplemente se metamorfoseaban. Con el trabajo de fotógrafo y el de pincha-discos a duras penas podía mantenerse, pero en ningún caso continuar sus investigaciones. Entonces, conocedores los mandos de la Escuela Naval de Marín (Pontevedra) de sus interesantes aportaciones, la Armada saldría al rescate. Los marinos españoles, tuvieron una especial sensibilidad para empatizar con el sueco y su ardua tarea con las pequeñas embarcaciones de madera.

Escuela Naval
Gracias a ello, la Armada le ofrecía un puesto en la Escuela Naval como profesor de inglés, algo que le daría la estabilidad económica que tanto necesitaba. Mörling para dar sus clases se desplazaba hasta la base naval en barco y después en autobús que entonces se llamaba coche de línea, en una época en la que, en Galicia, los pasajeros de autobús compartían asiento con mujeres rurales enlutadas que transportaban grandes cestos con verduras y animales vivos, para disfrute del antropólogo.

Casi cuarenta promociones de oficiales de la Armada pasaron por unas clases que empezaban con un «Good morning, Mr. Mörling», un risueño juego de palabras que los jóvenes alumnos modificaban a su antojo. Sus antiguos alumnos lo recuerdan como un hombre muy serio, peculiar, muy nórdico y pulcro de aspecto –tanto que se peinaba antes de cada clase–, y que comía una manzana diaria, basándose a rajatabla en la máxima británica «an apple a day keeps the doctor away».

Pese al carácter bohemio y atípico de su vida, su disciplina sajona llamaba la atención incluso en un ámbito tan disciplinado como era la Escuela Naval. Al inicio de las sesiones, como profesor, proto, devolvía el saludo al Jefe de Clase con un rotundo cabezazo, no con una reverencia, inclinando la cabeza pero manteniendo el cuerpo erguido, como los militares hacen por ejemplo, a la bandera o al rey. Su exquisita educación contrastaba con lo estrafalario de los colores de su vestimenta y su aspecto de sabio despistado.

Inmerso en la escuela naval fue interesándose por la evolución de la Armada española y dedicando su vida a la recuperación del Patrimonio Inmaterial de Galicia y realizando un intenso trabajo de campo. Para hacer este tipo de Antropología es necesario infiltrarse en el grupo, aprender su lengua y costumbres. Él hablaba con la gente, escuchaba sus conversaciones y tomaba rigurosa nota de diálogos enteros y analizaba así el modo de vida cotidiana de los individuos de Ons: lo que hacían, cómo se comportaban y cómo interactuaban, para poder describir después sus creencias, valores, motivaciones.

Por otro lado, su trabajo de profesor le permitió oficializar su relación, hasta entonces clandestina, con una joven costureira Josefa Otero que jugaría un papel inestimable en su trabajo. Una historia de amor que, pese a proceder de dos mundos y culturas tan dispares, los unió hasta el fin de sus días: Una frase que solía decir es clarificadora «Nunca tuvimos televisión porque teníamos miedo a que nos robase tiempo de conversación».

Además Mörling, al margen de las investigaciones, estableció un íntimo compromiso con las costumbres españolas. Era muy religioso y de los pocos católicos de Suecia y le gustaba asistir a las misas en latín. Aprendió a tocar la gaita con gran estilo, bailaba la muiñeira con su mujer y le gustaba recitar el conxuro de la queimada con gran solemnidad.

Documental (1972)
Pocos años después de su llegada a la isla, en 1972, el hermano de Staffan, Mikael Mörling, filmó un interesantísimo documental para la TV noruega que hoy puede verse en internet. Era una narración visual de una jornada de pesca que semejaba una lucha titánica contra los elementos: frío, viento, horas de singladura, pero también un canto a la habilidad y al oficio.

Mörling valoraba en el documental el gran respeto a la fuerza del mar, la concentración de los patrones antes de salir y cómo el navegar a vela en la dorna no admitía un paso en falso. Un testimonio lírico lleno de sentimientos que nos retrotrae a la mágica canción gallega Catro vellos mariñeiros, uno de los himnos no oficiales de Galicia.

El inmenso trabajo y conocimiento de Mörling se iría plasmando en distintos libros y estudios que se publicarían en varios idiomas y que son parte de su legado para la posteridad.

Hasta los 80, el mundo de las naves tradicionales se daba por perdido. Solo unos pocos albergaban el sueño de verlas navegar de nuevo. Pero la obra de Mörling supuso todo un revulsivo. Se convirtió en el referente de que lograrlo sí podía ser posible. Y en los 90 todo cambiaría. Un hecho providencial, que hoy se vislumbra simbólico, fue su empeño en la recuperación de una gran lancha xeiteira. Se conservaba hundida en Ézaro junto al mítico monte Pindo. No se pudo restaurar, pero se construyó una réplica exacta, Nova Marina, que se convertiría en el mascarón de proa de un gran movimiento asociativo que cristalizaría en Culturmar para la defensa del Patrimonio marítimo y fluvial. El día de la presentación oficial en Portugal en 1993, Mörling deslumbraría allí no sólo por su erudición, sino por su elegante porte de orador clásico. La dorna dejó de ser o barco dos pobres para convertirse en el símbolo de una nueva era.

Poco después, España participaba por la puerta grande en la Fiesta Marítima Internacional de Brest (Bretaña). Y se iba situando a la vanguardia de la recuperación del legado marítimo, punteramente con la Bretaña francesa y Noruega. El sueco, además, supo hacer ver que, a la vez que los museos debían preservar las antiguas naves para evitar su deterioro, podían establecerse nuevos usos de recreo. Algo que consiguió y hoy, surcan las rías gallegas decenas de embarcaciones tradicionales.

Angel Palomino: «Carta abierta a una sueca» (1974)

En Carta abierta a una sueca (1974), Ángel Palomino (1919-2004) clasifica a las suecas (suecas suecas, suecas inglesas, suecas francesas, suecas alemanas, e incluso suecas españolas) en 3 categorías:

– la sueca veinteañera y cimbreada, la ‘fetén’, la muy difícil de ligar
– la sueca ‘madura’ en todos los sentidos de la palabra
– la sueca ‘desesperada’, que el autor recomienda no coger en auto-stop si se la encuentra por las carreteras del sur.

Palomino había publicado en 1971 Torremolinos Gran Hotel, libro en el que esboza el tipo de la «sueca» en la noruega Redda Gehrson.

Ezquerra del Bayo: Viaje por el norte de Europa, hasta Suecia y Noruega (1852)

Joaquín Ezquerra del Bayo (1793-1859) fue geólogo e ingeniero de minas. En 1852 publica Viaje por el norte de Europa, hasta Suecia y Noruega (Madrid: Imprenta de la Viuda de D. Antonio Yenes, 1852) 68 páginas y un gran mapa plegable de la mina de cobre de Falun. Sacado de cinta.

El viaje lo hizo en 1851.

Folket i Bild (julio 1948)

Reportaje de P.A. Fogelström (1917-1998) en Folket i Bild (FIB) 1.]. La primera entrega se tituló «Madrid – fasad och bakgård». Folket i Bild (FIB), 30, 25 julio 1948, portada, 3-5 y 30.

Pie de foto de la portada: «Från en spansk gata: Siesta i sol».

Pie de foto de una foto de p. 3: «Los niños juegan en la calle entre la grava y el barro; aquí tenemos un pequeño trío feliz que se divierte bajo el sol, ensartando agujas en trozos de tabla que encuentran; los niños más fuertes mendigan y recogen restos de latas. Los más pequeños a veces se colocan detrás de las ventanas con rejas».

En el nr. 31 se publicó la segunda entrega: «Idyll och explosiom. Från lantliga idyllen Cáceres över Sevilla till explosionshärjade Cádiz».

  1. Folket i Bild (FiB) fue un semanario sueco publicado entre 1934 y 1963, fundado por el socialista Karl Kilbom. Cuando los movimientos populares suecos de los años 1930 criticaron la llamada prensa semanal de color, Kilbom creó una alternativa bajo el lema: «Por el honor del trabajo, la educación y el entretenimiento – ¡contra el mal gusto, el fjäsk y el culto a las divas!». El periódico se convirtió en un movimiento popular [1. Los libros de Folket i Bild y FIB fueron distribuidos por un cuerpo de entre 7.000 y 8.000 idealistas en fábricas, pueblos y zonas residenciales de todo el país. Parte de las ganancias del periódico se distribuyó en forma de becas a movimientos populares, estudiantes de escuelas públicas, artistas y escritores. Durante muchos años la tirada superó los 200.000 ejemplares.

Herman Sätherberg: Sånger från Södern (1847)

Sånger från Södern med accompagnement af Piano-Forte / Herman Sätherberg. Första häftet, sånger från Spanien. L.J.Hjerta, 1847, 26s.

El médico y poeta Herman Sätherberg (1812-1897) compiló estas canciones durante su viaje como médico en la Karlskrona por el Mediterráneo (1844-1845). Un viaje que contó en Utflykter på hafvet.

Se trata de 7 piezas:

Fandango. «Permita Dios de los cielos»
Los toros del puerto. «Que vivan los cuerpos güenos» (Francisco Salas, 1841)
Tu sandunga. «Tu sandunga y un cigarro»
El arenero. «Aquella sal madrileña»
La Colasa. «De mi nombre ya el mundo está lleno»
El charrán. «Con mi gusto, madre mía»
La criada. «Ya que no tengo monéa»

Lasse Söderberg: Viaje en blanco y negro (1962)

En 1962 y sin un plan detallado, el poeta Lasse Söderberg (Estocolmo,1931) y el fotógrafo Christer Strömholm (1918-2002) viajaron en el Saab de este desde París, donde residían, hacia España: no la de los lugares conocidos sino la de los recovecos inesperados, la hundida en sí misma. Estuvieron 1 mes por Las Hurdes, Calanda, Bilbao, Cuenca, Valle de los Caídos, etc., sin dinero, con una cocinilla, un jabón de Marsella y una navaja suiza.

Estilográfica y Leica captan el paisaje y sus gentes con una mirada negrolegendaria, cuya belleza contrasta la pobreza y la ignorancia. Cincuenta años después, ya fallecido su compañero de viaje, Söderberg desempolva su cuaderno de notas y transcribe, en una suerte de lento revelado aquella interlocución múltiple, la amistad de dos amigos unidos por su fascinación hacia España, el vigoroso diálogo entre imagen literaria y fotográfica y el de cada uno consigo mismo. El hallazgo de pueblos olvidados jalonó la indagación sobre la mutua visión estética y/o política en el marco de una más amplia conversación con algunos de los pesos pesados de la cultura española como Buñuel, Dalí, Saura 1 y Tàpies.

Si al comienzo el propósito fue un libro de viaje, la indocilidad de ambos viajeros contra el exotismo y su deseo de apartarse del tópico turístico o aventurista otorgaron a estas notas el valor de un registro de época, al mismo tiempo que una doble autobiografía en los lenguajes propios de dos grandes personalidades de la cultura sueca.

El diario de viaje retrospectivo se convierte en un documento de la época, un informe de la España olvidada, pero también una descripción de los propios viajeros de principios de los años 60: el viejo Strömholm, estrictamente militar, con el pelo desgreñado y un pasado oscuro que habla de la “necesidad de exposición”, y el larguirucho poeta Söderberg, de unos 30 años, con su cuaderno de notas y su curiosidad sin reservas por el mundo y las personas.

«En todas partes de España los ninos mendigaban chicle».

Lasse con Antonio Saura.

  1. De una estancia en Cuenca con Saura en 1959 surgieron unos poemas escritos en servilletas de restaurante y publicados mucho después: Nueve damas españolas y un cura desgarradoNio spanska damer och en söndersliten präst (Málaga, 1997), con cinco Caricaturas De Antonio Saura, que estaba en el 97 exponiendo en Malmö.

El fotógrafo K. W. Gullers en Torremolinos (1958)

En el Nordiska Museum de Estocolmo se custodia una colección de 160 fotografías que hizo el fotógrafo sueco K. W. Gullers (1916-1998) en Torremolinos en 1956. El mismo lote encontramos algunas fotos de Torremolinos a cargo de Sten D. Bellander (1953) y Olof Hasslöf (1959).

Olof y Gerd Ribbing en España

El matrimonio Ribbing en España en 1938. Foto: Veckojournalen, 1958.

Olof «Olle» Ribbing (1887-1964) fue un militar y escritor sueco que fue miembro del comité militar internacional de la Sociedad de Naciones para la evacuación de voluntarios de la guerra de España (1938-1939). Su esposa, Gerd Ribbing (1889-1979) era periodista de Dagens Nyheter y escritora. Autora de Sicksack i Spanien («Viaje por España»). 1950. 1 y de Spansk atlantkust (1952).

  1. Barcelona- Madrid-Toledo-Sevilla-Malaga-Cadiz

Veckojournalen (Spaniennummer, Navidad 1958)

El número de Navidad de 1958 de Veckojournalen está dedicado monográficamente a España. La cubierta reproduce un fragmento del óleo de Ernst Josephson titulado «Spansk dans».

El número se abre y se cierra con dos dibujos de Picasso: «Banderilleband» y «Tjuren». Destacan las fotos de diferentes autores: Hamilton Millard, el comunista italiano Mario Garrubba (1923-2015), y los suecos Per-Olow Anderson (1921-1989), Mario Grut (1930-2007), Harry Dittmer y Vändi. Destacan las fotos de Per-Olow, que ya había estado en la Guerra Civil Española con 16 años.

CONTENIDO
– Ruth Hedberg: «Olle Hedberg i Lorcas spår» (18-23 y 64) 1
Bo Setterlind (1923-1991): «Sång till en tjurfäktares moder» (24-29)
Gerd Ribbing (1889-1979): «Den blodiga General-repetitionen» (30-36 y 64) 2
Sven Ulric Palme: «Han fann en ny värld» (37-43)
Evert Taube: «Duvan på Cannigou» (44-45). Foto de Marianne Geenwood.
John Bernström (1848-1925): «Jag red genom tusen ar» (46-51).
– Hans-Eric Holger: «En kung för Franco» (52-57)
– Juan Ramón Jiménez: «Samtal med Silver» (58-61). Ilustraciones de Baltasar Lobo.
Sigge Hommerberg 81913-1999): «… och sen far vi till Spanien» (62-63). 3

  1. Con 2 bocetos de escenografía de Sven X:et Erixson para – – Yerma en el Dramaten, 1941.
  2. Ribbing es autor de 2 libros sobre España: Sicksack i Spanien (1950) y Spansk atlantkust (1952)
  3. Autora de Om ni reser till Spanien – 1958.

Lill Babs en San Agustín (1960)

De camino a España, septiembre 1966