Archivo de la categoría: Poesía

Poemas noruegos (y traducciones) de Efrén Rebolledo

Cristianía, noviembre 8 de 1919

Sr. Lic. D. Julio Torri
Oficial Mayor del Gobierno del Distrito
México.

Querido Julio: Muchas gracias por los recortes que me enviaste con tu grata de 2 de octubre que hasta ahora contesto porque el frío que hace descender el termómetro a ocho grados bajo cero ha aumentado mi natural pereza. Te hago justicia diciéndote que eres uno de los raros mexicanos que contesta cuando se les escribe.
A poco de escribir tu carta leí en la prensa la noticia de tu ascenso a Oficial mayor y aunque ya lo esperaba me dio mucho gusto, que ahora te expreso enviándote mis más sinceras felicitaciones.
Vivo en un hotel en el campo, pues los hoteles en la ciudad son muy caros y es imposible encontrar un apartamiento por un precio razonable. Aquí en Holmsberg donde me tienen a tus órdenes llevo una vida muy quieta, en compañía del encargado de Negocios de Cuba, del de Dinamarca, del agregado a la legación de Polonia y de otros huéspedes, todos agradables con quienes hago paseos en la montaña y juego al bridge en la noche. Hay una señora que para mi tormento y mi dicha es mi vecina que ilumina con su belleza los sombríos pinares de Skaadalen. No cesa de reírse ni de fumar, y por la noche que está escotada y abrigada con pieles espléndidas causa una admiración cercana del éxtasis.
He comenzado a hacer los deportes noruegos. Hace días un muchacho noruego me invitó a dar un paseo en trineo y bajamos con una velocidad vertiginosa el Corket trekect, «El tirabuzón», una cuesta de una pendiente muy pronunciada y con muchas vueltas que le han valido su nombre pintoresco.
En Cristianía no hay mucho que ver. Todavía no me hago comprender en noruego, y con una temperatura de ocho o más grados bajo cero no me animo a dejar el salón de Holmsberg donde crepita un fuego festivo y reina la señora Jacobi.
Te incluyo tres poemas que puedes publicar en el periódico que gustes, rogándote me mandes los recortes.
Te saluda y te abraza cariñosamente, tu amigo,
Efrén Rebolledo

Revista de revistas (4 enero 1920)
En camino
Ayer era el Japón de encantos tropicales
el que me seducía con su rara hermosura,
hoy es Noruega, donde las auroras boreales
iluminan la nieve de inviolada blancura.

Revista de revistas (1 febrero 1920)
«Aurora boreal»

Nocturno

Cimas de la Rondana
Raso en los plenilunios, plata bajo la gloria
del sol, guías constantes de nuestra caravana,
grabados para siempre quedáis en mi memoria,
picos del Jotunheim, cimas de la Rondana.

Por las suaves laderas de alabastro luciente
que recuerdan las líneas de los hombres nevados,
camino contra el viento que refresca mi frente,
con mis largos patines y mis leves cayados.

Valquirias de ojos zarcos, hadas de blondo pelo,
que animáis el albor de la yerma llanura,
ya los soles de Pascua colmaron vuestro anhelo,
quemando con sus rayos vuestra láctea blancura.

En la huta pequeña y tibia como un nido,
bellas manos sazonan deliciosos manjares,
y mirando las llamas del hogar encendido,
dejo correr las horas de las noches polares.

Mod snelandets hytter… (Ibsen)
De la playa que al sol reverbera
a las hutas del Norte nevado,
cada noche en rápida carrera
se encamina un jinete enlutado.

El eider (Ibsen)

En la fría Noruega, bajo el cinéreo domo
del cielo, mora el eider en el golfo de plomo.

Y en su buche privando del plumaje mullido
construye con paciencia un tibio y blanco nido.

El pescador que tiene cual piedra el corazón
despoja el blanco asilo del precioso plumón.

Pero si el hombre es duro es amorosa el ave
y otra vez de su cuerpo quita el copo suave.

Si de nuevo el tesoro de sus plumajes sutiles
pierde, labra otro nicho en los rudos cantiles.

Y si también le hurtan su riqueza postrera
abre las alas una noche de primavera.

Y hacia el sur, hacia el sur brillante se encamina
con su llagado pecho rasgando la neblina.

Más poemas noruegos
«Nievecita»
«Para escuchar tu blonda cabellera»
«Nocturno»
«En camino»

Francisco de Quevedo: «Lamentable inscripción para el túmulo del Rey de Suecia Gustavo Adolfo» (163…)

Francisco de Quevedo siempre admiraba a los grandes caudillos militares, sin importar su nacionalidad o religión, y no es ninguna sorpresa que de él (que también escribió poemas honoríficos sobre traidores a la patria como el Duque de Osuna o Alberto de Wolistán -Albrecht von Wallenstein-) provenga uno de los escasos elogios que dedican las Españas a Gustavo Adolfo como guerrero y caudillo de renombre, lamentando su heroica muerte en Lützen en forma de epitafio:

CLXIII b
Lamentable inscripción para el túmulo del Rey de Suecia Gustavo Adolfo

Rayo ardiente del mar helado y frío,
y fulminante aborto, tendí el vuelo;
incendio primogénito del yelo,
logré las amenazas de mi brío.

Fatigué de Alemania el grande río;
crecile, y calenté con sangre el suelo;
azote permitido fui del cielo
y terror del augusto señorío.

Y bala providente y vengadora,
burlado de mi arnés, defensa vana,
me trujo negro sueño y postrer hora.

Y, despojo a venganza soberana
alma y cuerpo, me llora quien me llora:
el que los pierde, ¿qué victorias gana?

Por lo demás, en Las tres coronas en el aire, otra obra de Quevedo censurada durante décadas e incluso siglos, ésta en prosa, el autor de las gafitas imagina a Oliver Cromwell, Giulio Mazarini y Armand du Plessis, el cardenal Richelieu, conversando en la otra vida (¡imagínate la idea para un fanfic!). Habla en este fragmento Richelieu:

Saqué del Septentrión a Gustavo Adolfo, que como caudaloso torrente inundó en pocos meses el Imperio, desde la isla de Reiguen (sic!) hasta la Morela, dejando con sus victorias llenas las provincias de trofeos y bañadas las campañas con sangre de católicos vertida, hasta que en la de Lutzen (sic!), un golpe fatal derramó la suya, que como hervía en sus venas con tanta violencia no podía ser de mucha duración.

Luis A. de Cuenca y el mundo escandinavo

Oposición básica oscuridad-luz de Juan José Lanz (prólogo a su edición de L. A. de C.) en torno al contraste entre la estética nocturnal y la diurnal (adaptando términos e ideas de Gilbert Durand).

Luis Alberto de Cuenca, «La chica de las mil caras». Elsinore (1970-71)

Todo tu cuerpo es un inmenso brote de espinas,
pero las aves siguen comiendo en tus manos
y cantan en el bosque como si nada.
Por las noches me enseñas el universo:
hoy han sido las costas de Islandia,
la Edda de Snorri y la promesa de Winland.
Como tu cuerpo está erizado de agujas,
necesito almohadones para amarte;
luego despierto enganchado a tus labios,
cuando el sol es un punto negro en el cielo.
Si hablas, tu voz es una cascada
que arrastra cadáveres y policías de uniforme.
Hablas en verso, como Ovidio y Lope,
como el precoz escaldo Egil Skallagrimsson.
A veces te interrumpo. Tus besos llevan oro,
como las Noches de Stevenson o de Mardrus.
Son algo tan brillante. Como una nueva infancia.
No sé si tu destino es catalogar manuscritos,
si has sido bibliotecaria en Alejandría.
Un día vi cómo perseguías a un jabalí en Dordoña
(esa noche soñé con el Monarca Oscuro).
Podría hacerte un lecho de lirios o de rosas,
aunque preferiría cubrirte de alacranes.
Luego descifraríamos papiros mágicos y emblemas.
No sé cómo decirte lo mucho que te amo.
Hace siglos que desaparecieron los torneos.
Jesús sigue muriendo cada día. Hasta cuándo.
Pero Clodoveo decía que el Gólgota no sería famoso
si él hubiese estado allí, en Jerusalén, con sus francos…

Antes leíamos novelas bizantinas, escuchábamos discos,
no encendías jamás la luz en el desván.
Me parecía haber vivido dos veces los momentos
y bebía del suave terminarse de tus ojos.
Algunos dioses se nos antojaban ridículos:
Júpiter, por ejemplo, todos los que mandaban.
Pero las ninfas de las fuentes, los elfos, los dragones,
Mae West y Miriam Hopkins compensaban la perdida.
Hacer versos, nadar, dar de comer a un pájaro,
ejercer de sportwoman como Diana Palmer.
Buscábamos tesoros en el jardín de tus abuelos,
bajo ese sol de Heráclito que sigue sin ponerse,
con una Jolly Roger ceñida a la cintura,
saqueando glorietas y naufragando en la piscina.

Y ahora que está aquí, mi amor,
tú que eres todas las mujeres,
no sé si voy a ser capaz
de recordarte y recordarme.
Todos vivimos, a la postre,
en una especie de prisión
de la que no podemos salir,
en la que nadie puede entrar.
Pero consta en el Libro Único
que, a pesar de espinas y agujas,
nos amamos alguna vez
y nos amaremos tú y yo.

GUDRÚNARKVIDA
Vinetas El otro suevbo 1987

Carmen en estos casos se supera.
Se dispone a sufrir sin una lágrima.
No se golpea el pecho con la manos,
ni gime, ni los ojos se le nublan.
A su lado se sientan sus amigas,
todas muy maquilladas, con modelos
exclusivos y oscuros, lamentando
la muerte de Ricardo entre sollozos,
Carmen está tan triste que no llora.
Tanto dolor le sube a la cabeza
que no sabe qué hacer para alojarlo.
Mientras, María rompe el fuego y dice:
«No sé si va a servirte de consuelo,
pero he sufrido mucho en esta vida.
Mi familia murió en un accidente
de coche, en pleno estado de embriaguez:
mis dos maridos, hijos, hijas, todos.
Me he quedado solísima en el mundo».
Como Carmen seguía sin llorar,
habló Julia, la de ojos transparentes,
y entre lágrimas dijo estas palabras:
«Más he sufrido yo. Mis siete hijos
murieron peleándose entre ellos
y mis padres se ahogaron en la playa
el verano pasado, uno tras otro.
Yo sola preparé los funerales
y encargué las guirnaldas de sus tumbas.
Para mí ya no existe la alegría».
Marta la triste habló, sumida en llanto:
«A mí me odia Fernando, pero teme
quedarse sin dinero si me deja.
Sale con una chica, últimamente,
que no ha cumplido aún los veinte años.
Me obliga a descalzarla cuando viene
y a servirle en la cama el desayuno.
¡No puedo más de fiestas y de drogas
y de esa horrible gente de la noche!»
Pero Carmen no llora. Se levanta,
quita la tela que cubría al muerto,
ve el pelo enmarañado por la sangre,
ve los brillantes ojos apagados,
ve el pecho roto, las mejillas frías,
los labios negros y los pies blanquísimos,
ve el despojo que ayer fuera Ricardo.
Y Carmen ya no puede seguir viendo.
Cae hacia atrás, como si aquello fuese
a desaparecer si no lo mira,
y sus amigas corren a atenderla.
Y cuando su cabeza se refugia
en un cojín que apunta al cielorraso,
no puede evitar Carmen que una lágrima,
una caliente lágrima de amor,
resbale de sus ojos.

Luis Alberto de Cuenca: Sonja la roja, El otro sueño (1987)

Los querías tanto a los héroes,
tanto soñabas con sus compañeras,
que te parecía imposible
que fuesen sólo emblemas o símbolos
para explicar el mundo.
¡Cómo quisieras que tuviesen ojos,
labios y dientes, piernas, brazos!
Y, sobre todos, ella,
la que viene de lejos para velar tu sueño,
la que triunfa y se marcha,
Sonja la Roja, la rival de Conan.

Dinamarca vía Hamlet aparece varias veces en su obra: Elsinore. “Beowulf en Dinamarca”, en Sin miedo ni esperanza, o “Memorabilia”, en La vida en llamas.
Noruega vía Ibsen y su Peer Gynt (Scholia).
Suecia a través de Esaías Tegnér (al comienzo de Museo, en torno al concepto de claridad) y alguna referencia a Bergman.

Brilla la luz del Norte en el vacío
donde estuvo tu vida, aquella luz
que soñaste en los libros, y un helado
viento polar azota con violencia…

El fallido Nobel de Josep Carner (1962)

En 1962 un grupo de personalidades catalanas, empujadas por la valía extraordinaria de la obra de Josep Carner Puig-Oriol (Barcelona, ​​1884-Bruselas, 1970), pero también por la convicción de la importancia que tendría un premio Nobel para dar a conocer la literatura catalana, promovieron su candidatura al premio Nobel de literatura. Nominaciones de Antonio Badia Margarit, A Duran-Sanpere y G Schiffauer.

No era la primera vez que se presentaba un candidato: a principios de siglo había sido promovida la figura de Àngel Guimerà, en una candidatura conjunta con Frederic Mistral, que no tuvo éxito –a última hora y por presiones externas Guimerà fue sustituido por José de Echegaray, al que se otorgó, ex aequo con Mistral, el premio en 1904.

En esta ocasión, para reforzar la candidatura de Carner se emprendieron diferentes iniciativas, entre las que cabe destacar la propuesta de adhesión a la candidatura enviada a profesores universitarios de literatura y crítica literaria -que alcanzó un número extraordinariamente elevado de participantes-, y en diferentes entidades y personalidades ligadas a la cultura catalana. La candidatura coincidió en el tiempo con una propuesta de nombramiento como miembro del gobierno republicano en el exilio, que Carner declinó.

A pesar del fuerte apoyo catalán e internacional, la candidatura no tuvo éxito –entre otras razones por presiones externas y por algún informe negativo de un correspondiente español– y el Nobel de 1962 fue otorgado a John Steinbeck. La candidatura de Carner volvió a presentarse durante los años siguientes, pero con menos empuje. Posteriormente habría otras tentativas –Salvador Espriu, J.V. Foix, Joan Vinyoli…– pero la de Carner ha sido probablemente la más sólidamente estructurada.

Pese a que la campaña pro Nobel fracasó, la iniciativa sirvió para hacer más conocida la obra carneriana fuera de Catalunya. Con este fin se publicó una antología de su obra, Choix de poèmes (1962), con traducciones al alemán, inglés, castellano, francés, italiano, neerlandés, portugués, provenzal y el sueco. Poco después, también se editaban las traducciones de la plaquette Lligam en versiones italiana (Legame, 1963) y rumano (Legatura, 1964). Al mismo tiempo se publicaban en francés las obras de teatro Coup de vent (1963; en catalán Cop de vent) y L’Ébouriffé (1963; en catalán El Ben Cofat y el otro, adaptación a la vez de la versión original que el mismo Carner había escrito en castellano, El misterio de Quanaxhuata).

El fondo Carner de la Biblioteca de Cataluña conserva una buena muestra de la documentación que se recogió a fin de apoyar la candidatura: notas a la prensa, resumen de las actividades, listas de personalidades e instituciones que apoyaron la candidatura, cartas al poeta y ajena relativas al Nobel… y, sobre todo, mucho material de trabajo para preparar las ediciones de las traducciones a varias lenguas de su obra, que ha permitido que sea uno de los poetas más traducidos a otras lenguas.

Bibliografía
Biblioteca de Catalunya: "Carner y el Nobel, una campaña que no exitoso". 17/10/2013

Dan Nosell: "La campanya en favor del premi Nobel a Josep Carner". Revista de Catalunya, Extra 7, 2020 (Ejemplar dedicado a: Vigència de Josep Carner), págs. 200-216.

Joan Ramon Veny Mesquida: «Joan Colomines i la campanya pro Nobel a Josep Carner», La literatura catalana i el premi Nobel. I Jornada Internacional, Centre for Estudis Catalans – Queen Mary University of London, University of Glasgow i Institut Ramon Llull [en línia] (14 de setembre de 2021)

Marika Gedin traduce a Lorca

Marika Gedin (Upsala, 4 mayo 1956) es hija del editor Per I. Gedin. Recibió el Svenska Akademiens översättarpris (2015). Es la mejor traductora de Lorca en sueco. Empieza a traducir en colaboración con Anders Cullhde en 1987 unos poemas infantiles de Lorca: På Sirius finns barn dikter för barn och andra.

Sin embargo, hasta quince años después, de la mano de Cullhed de nuevo, no afronta la tarea traductora en serio:

2002. Sviter.
2008. Poet i New York. Reedición 2022.
2009. Fyra korta stycken : Känslans urkund : Om kärleken – teater av djur : Skuggor : Jehova / Federico García Lorca ; översättning: Marika Gedin ; [illustrationer: Helena Bergendahl].
2013. Divan från Tamarit och två oden.
2013. Publiken ; Så går fem år ; Resa till månen : två dramer och ett stumfilmsmanus / översättning Marika Gedin ; efterord Magnus Florin.
2022. Zigenska romanser : (1924-1927). Faethon.

Por lo demás, es la traductora al sueco de Nuria Amat y Almudena Grandes.

La antología Själen tjuter (1959) de Lasse Söderberg

Lasse Söderberg publica en diciembre de 1959 una importante antología de poesía española bajo el título de Själen tjuter / 18 spanska poeter tolkade av Lasse Söderberg (Stockholm : Wahlström & Widstrand, 1959). Al mismo tiempo aparece su libro de poemas de 1959 Fågeln i handen (Stockholm; Wahlström & Widstrand, 1959. Cubierta de C. O. Hultén). Sobre esta obra tengo escrito un importante estudio.

I mitt urval har jag försökt att ge en nagotsanär mangsidig bild av den moderna spanska poesin, men har som synes utelämnar Federico García Lorca, dels därför att han redan är sa pass känd i Sverige och finns i ett relativt fylligt urval, dels därför att jag gärna vid tillfälle vill behandla honom mera utförligt. Jag har ocksa, pa grund av subjektiva värderingar, utelämnat de flesta poeterna ur den generation som framträdde strax efter inbördeskriget – Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo – samt de uppmärrksammade unga kristna skalderna José María Valverde och Carlos Bousoño. Däremot skulle jag gärna ha tagit med prov pa Victoriano Crémer, José Luis Hidalgo, José Manuel Caballero Bonald, Eugenio de Nora och flera yngre poeter men det har förefallit mig viktigare att koncentrera mitt urval kring de oerhört rika aren före och under inbördeskriget.

Con esta selección he tratado de dar una imagen de la poesía española moderna, pero he dejado aparte a Federico García Lorca, en parte porque ya es bastante conocido en Suecia, de cuya obra se encuentran antologías relativamente ricas, en parte porque espero tener la feliz oportunidad de dedicarme a su obra con más amplitud. He omitido igualmente, por razones absolutamente subjetivas, a la mayor parte de los poetas de la generación posterior a la Guerra Civil – Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo -, así como los jóvenes poetas cristianos como José María Valverde y Carlos Bousoño. Sin embargo, habría incluído con mucho gusto a Victoriano Cremer, José Luis Hidalgo, José Manuel Caballero Bonald, Eugenio de Nora y otros varios poetas más jóvenes, pero me ha parecido más importante centrar mi selección en los extremadamente ricos pocos años antes y durante la Guerra Civil.

La poesía española en Fågeln i handen (1959) de Lasse Söderberg

Lasse Söderberg considera que Celaya es «el representante más consecuente de la poesía social que en los últimos años ha llegado a dominar en España». alaba que «su poesía está al servicio del hombre común, a pesar de que no tenga oportunidad de llegar a él y a pesar de la más o menos eficiente labor de la censura».

Söderberg publica en diciembre de 1959 una importante antología de poesía española bajo el título de Själen tjuter / 18 spanska poeter tolkade av Lasse Söderberg (Stockholm : Wahlström & Widstrand, 1959). Al mismo tiempo aparece su libro de poemas de 1959 Fågeln i handen (Stockholm; Wahlström & Widstrand, 1959. Cubierta de C. O. Hultén):

Celaya: namn i vinden
(Eftermiddag i San Sebastian)

Dina dikter, Celaya, är rymliga
som stora korgar, djupa som andetag.
Skönheten är i dem endast nagot avlägset
och förlorat, stenen ett levande hjärta.

Unga dikter i Spaniens gamla vind
utan nagot annat förflutet än människans
oerhörda möjlighet. Dikter som när tva vänner
utväxlar ett handslag pa gatan.

Gabriel Celaya, Rafael Múgica, Juan
de Leceta, upprätt i dina öppna namn
lär du oss vara en bland manga
med diamantens motstandskraft.

Jag läser dina dikter i norr
jag läser dem i vinden där sjöfageln
tänds och slocknar, i vinden
som samlar halm, som sveder alla ord.

Och i din stad vid havet
känner jag köttet som vind, hjärtat som vind
och ser tyngdlagens alla dörrar svänga
i var blasande verklighet.

Celaya: nombre en el viento
(Tarde en San Sebastián)

Sus poemas, Celaya, amplios
como canastas, profundos como respiraciones.
En ellos la belleza es sólo lejanía
y pérdida, la piedra un corazón vivo.

Poemas jóvenes en viento antiguo de España
sin más historia que humanos
gran oportunidad. Poemas de cuando dos amigos
se dan un apretón de manos en la calle.

Gabriel Celaya, Rafael Múgica, Juan
de Leceta, erguido en su nombre abierta
nos enseñan a ser uno entre muchos
con resistencia de diamante.

He leído tus poemas en el norte
los leí en el ático, donde las aves acuáticas
iluminar y voluntad, en el viento
recogida de redundancia, todas las palabras como paja.

Y en tu ciudad junto al mar
siento la carne como el viento, el corazón como el viento
y veo todas las puertas
en nuestra ventosa realidad.

Julián Andúgar (1917-1977)

Julián Andúgar Ruiz (Santomera, Murcia, 4 de octubre de 1917-Alicante, 13 de septiembre de 1977) fue un poeta y político español. Nació en el seno de una humilde familia de agricultores. Estudió en el seminario menor de Cehegín (Murcia), así como en Lorca y Orihuela (Alicante).

Sus convicciones republicanas lo conducen a militar en el PSOE desde 1935. Luchó en la Guerra Civil como capitán en el ejército republicano y en 1938 fue herido en el Peñón de la Mata (provincia de Granada) quedando minusválido de la pierna izquierda de por vida. Terminada la guerra quedó en prisión un año y medio y a su salida tuvo que exiliarse a Francia hasta su regreso en 1940.

A su regreso del exilio residió en Madrid, Barcelona y definitivamente en Alicante. Compaginó la literatura con el magisterio, colaborando en las revistas Sigüenza (1945), Estilo (1947) e Ifach (1949), y consiguió licenciarse en derecho y obtener una plaza de oficial en la administración de justicia.

La llegada de la democracia a España reactiva su actividad política siendo elegido senador en las Elecciones generales de 1977 por Alicante en las listas del PSOE. Sólo 3 meses después murió y fue sustituido por Alberto Javier Pérez Farré.

Homenaje a J.M.

Obras
Entre la piedra y Dios (Alicante, 1947)
La soledad y el encuentro (1951)
Denuncio por escrito (1957)
A bordo de España (1959)

Cancionero del sitiado (1963?, 1977, póstumo)
Antología poética (Murcia, 1981)

Agustín de Foxá en Estocolmo (1941-1942)

Es fundamental el prólogo de Foxá al libro de Chicheri para conocer más.

Agustín de Foxa está unos días en Estocolmo pero su testimonio es precioso. Llega en avión desde Berlín de camino a Helsinki el 28 de agosto de 1941. Pasa un par de días, y escribe un poema [«Latitudes. Beso entre abetos», dedicado a Manolo Orbea]. En enero de 1942 se desplaza desde Helsinki para una negociación comercial y pasa otros días más. En ambos casos escribe carta a la familia.

Estocolmo, agosto de 1941
26 de agosto de 1941. Después de 8 días en Berlín toma el «avión naranja de Suecia». La costa sueca: «praderas encharcadas, vacas, un molino de aspas holandesas y, como bajo el agua, casi submarinas, las ateridas flores de las estufas de los invernaderos». Hace escala. Aparece Estocolmo: ¡Maravilla de Estocolmo iluminada!». Anuncios de cine, farolas, canales. En 1941 en Europa las ciudades estaban a oscuras por la guerra, de ahí que Madrid, Lisboa y Estocolmo fueran únicas por su luminosidad. Lluvia. En autobús al centro en que lo espera Landecho, que lo lleva al Gran Hotel en su «magnífico auto». Cena en la Legación «la más bonita de Estocolmo». Queso sueco. Vuelta al hotel.

29 de agosto de 1941. En la ciudad vieja «el bronce admirable del maestro Bernt Notke, representando a San Jorge matando a un dragón erizado de púas». Come en la «Paz Dorada», una antigua taberna de piratas 1. Evoca a Bellman. Mantequilla fabulosa, cangrejos, salmón ahumado, jamón, mortadela, queso, rábanos, arenques, sardinas, carne, coles, etc. «carne en una hoja de col». 7 coronas, 14 pesetas. Superbarato. Paseo por Estocolmo tras la comida. Sol. Muchachas requetés en bicicleta. Mes de los cangrejos. «Estocolmo es una ciudad alegrísima, con sol de nieve, refinada, limpia, asfaltada y clara como el níquel de sus innumerables bicicletas». Cine: guerra de Finlandia y entrevista a bordo del Potomac 2. Por la noche, cabaret Atlantic. Cena en casa de un amigo.

Compra ropa. El día 30 ya sale para Helsinki, donde lo espera Torata, que fue enviado de Franco en Estocolmo en 1938. Torata le entregará la Legación en Helsinki.

Muchacha rubia que das
candorosamente un beso,
cómo vuela la gaviota,
cómo da el sol en tus puertos.
Nos iremos a Estocolmo
en el mes de los cangrejos.
Tu mirada azul, tranquila,
bajo el oro de tu pelo.
En tu blusa marinera
pega alegremente el viento.
Mi malicia de latino
ve la forma de tus senos.
Tu no saber, en el sur,
lo importante que es un beso,
lo importante de una boca
que nos llena de sonetos.
El Palacio Real reluce
con la luz del archipiélago.
¡Oh, pureza de un verano
tan mojado de deshielo!
Te desnudas en las rocas,
y se ve tu muslo terso
Cuando vas en bicicleta
junto al prado con abetos.
Retratando tu hermosura,
que es gimnasia, espuma y viento,
ven mis ojos de latino
el pecado de tu cuerpo.
En el Norte es la alegría.
En el sur, lloran los celos.
En tu beso es la gaviota.
La guitarra es nuestro beso.
En tu beso está la calma
sana y limpia, como un vuelo;
¡pero el beso de Beatriz
hizo el cielo y el infierno!

Estocolmo, enero de 1942
La carta la manda a través de su amigo Espinosa de los Monteros. Viaje en avión sobre el Báltico helado. Se aloja en casa de un amigo. Frío. Cena de smoking en Cecile, «el más postinero restaurante de Estocolmo» 3. Espera a 32 grados bajo cero al lado de la estatua de Gustavo Adolfo [bajaron desde la Biblioteksgatan hasta esta parada de taxis para ir a la casa del amigo en que paraba].

Al siguiente dia, solo 18 grados bajo cero. Hay de todo: «pitillos americanos, carne, frutas, bombones, puros habanos, vinos franceses, boites estupendas, revistas, operetas y estos magníficos filmes americanos». Al cine: Sangre y arena [Blod och sand, Rouben Mamoulian, 1941]. Ciudad iluminada. Las cocinas tienen frigorífico, radio, etc. Vida cómoda frente a vida valle de lágrimas. Nada que ver con Helsinki. Compra películas en colores para su aparato de cine. Filmará en Laponia. Comida con amigos de la Legación en restaurante húngaro: liebre en paprika picante. Ve mucho alcohol «el alcohol aquí es un alimento, y el café». «Creo que, con Portugal, éste es el país que está mejor de toda Europa». Los suecos son anglófilos. Y socialistas. Socialistas monárquicos. Incluso la embajadora de Rusia lleva joyas y toma té.

Suecia, como ha dicho un escritor es un «pueblo en vacaciones». La raza es maravillosa, a fuerza de gimnasia y sport. Pero no tiene, me parece, ninguna fuerza moral ni espiritual. Es un país de médicos, ingenieros y atletas, cuyo Rey sigue jugando al tenis y entregando los gastos de su coronación y aniversario a los centros antituberculosos.

  1. Se refiere al restaurante de la ciudad vieja Den gyldene freden
  2. Se refiere a la conferencia de prensa de Roosevelt a bordo del yate presidencial Potomac el 16 de agosto de 1941
  3. Se refiere a Cecil, en Biblioteksgatan 5