Archivo de la categoría: Miradas

Alonso de Castillo Solórzano: «La quinta de Laura» (1649)

La quinta de Laura es una colección póstuma de novelas cortas de Alonso de Castillo Solórzano, el autor de relatos breves más prolífico del siglo XVII. Compuso cincuenta y seis novelas cortas que se publicaron, de forma casi ininterrumpida, entre 1625 y 1649. Su abundante producción le convierte en uno de los representantes más significativos del género en España.

Siguiendo el modelo del Decamerón de Boccaccio, La quinta de Laura reúne a la hija del conde Anselmo y a sus damas de compañía que la entretienen narrando por turno una historia. Sus relatos, tan amenos como diversos, ofrecen una imagen variada de la feminidad, alternando las representaciones estereotipadas y convencionales con otras que se alejan del modelo vigente en la
sociedad española del Siglo de Oro.

En el relato «La inclinación española», se narra el conflicto dinástico armado -tras la muerte de Éric XIV- por el trono de Suecia entre el destronado Segismundo (de allí el nombre del héroe de La vida es sueño), aún rey de Polonia -desterrado de Suecia en su infancia- y su tío paterno Carlos, entonces rey de Suecia, que había usurpado el trono apoyándose en argumentos religiosos (Segismundo, retoño de Juan III y Catalina de Jagellón, era de familia católica y medio polaco). A pesar de que a Carlos IX se le trata de «rey de Suecia» en la novela, es presentado como hereje, usurpador y caudillo del ejército enemigo, instando al lector a tomar, como los protagonistas polacos y españoles, el partido del legítimo heredero injustamente destronado. Pero lo más contundente es que se trata de una novela en clave (roman à clef), en que el personaje llamado Carlos es un joven oficial castellano (¡bautizado en honor a Carlos V!), mientras el «rey de Suecia» enemigo, el hereje usurpador, atiende por Floriseo, y, en una escena de obvio cumplimiento de deseos, es hecho prisionero de los buenos polacos (ya que ni a Carlos IX ni a su hijo mayor Gustavo Adolfo les sucedió este percance). El príncipe heredero sueco no se llama Gustavo Adolfo, sino Felisardo, y es el falso héroe que, a la par que su padre usurpa el trono de Suecia, Felisardo se hace con la identidad de Carlos y con su prometida la infanta polaca, y goza de honras ajenas (de tal palo tal astilla):

Continuóse la guerra, y por no ser largo en referirla por menudo, digo que la última
batalla que se dio, que fue la campal, habiendo peleado los reyes por sus personas, vio el de
Polonia hacer hechos portentosos Carlos. Hallóse el Rey sin caballo, que se le habían muerto, y él apeándose del suyo se le dio, y a fuerza de armas cobró otro, con que se metió por lo más peligroso de la batalla, hiriendo y matando a cuantos topaba hasta llegar a encontrarse con el estandarte real del rey de Suecia, que iba cerca de él; allí, ayudado de solo su valor, se entró por lo peligroso de las armas, y pudo prender al rey Floriseo de Suecia, encomendándole a cuatro soldados que eran de su compañía, y él yendo delante haciendo con su espada lugar hasta que le dejó en puesto seguro en una tienda de su maestre de campo. La batalla tuvo fin con la muerte del rey de Dinamarca, con que el ejército se desbarató y puso en huida, siguiendo el alcance lo que duró el día la gente del Polaco. Con esto se retiraron los de Polonia, y el maestre de campo, a quien se entregó el rey de Suecia preso, quiso ganar las gracias con lo que Carlos había peleado a costa de su sangre; y así, tomando al Rey en su compañía, le llevó a la tienda del de Polonia y se le presentó, diciendo que él por su persona le había preso.
Llegó a besar la mano al Rey, el cual le echó los brazos al cuello, diciendo:
—Bien sea venido el nuevo Aquiles de mi ejército; llegad, Carlos, que así me dicen os
llamáis, que quiero honraros con el cargo que vuestro maestre de campo ha perdido por
ambicioso, pues deseaba quitaros la gloria que vos merecisteis a costa de vuestra sangre, por

haber preso al rey de Suecia; este os doy con cuatro mil escudos de renta.
No permitió el Rey que el de Suecia se alojase fuera de su tienda, y así le tenía en su
compañía, siendo este agasajo algún consuelo para la pena de su prisión. En dos sillas estaban sentados los reyes cuando acertó a venir a la tienda Felisardo, el cual, mientras duró la batalla, ahorrándose de peligros, se había retirado fuera de ella, y desde el lugar que escogió para seguro de su persona vio toda la refriega, y ahora venía entre la tropa de la gente a ver al Rey; pues como entrase en la tienda acertó a poner en él los ojos su padre el de Suecia, el cual, sin poderse contener, se levantó con los brazos abiertos, y se fue para su hijo, diciendo:
—Felisardo mío, en buen hora te vean aquí mis ojos, que tanto han sentido tu ausencia, y
el no saber dónde estabas.
No pudo Felisardo huir el cuerpo a este impensado suceso, y así toda su máquina dio en
tierra, con pedirle al Rey su padre la mano y besársela. Novedad se le hizo al Rey ver el favor
que el de Suecia hacía al que tenía por Carlos, caballero de su corte; y así le preguntó que de
dónde conocía a Carlos.
—A Felisardo dirá vuestra alteza —dijo el sueco—: conózcole de que es el heredero de
mis estados y príncipe de Suecia.
Volvió el polaco con esto al príncipe, y díjole:
—¿Vos no sois Carlos el que yo tuve recluso en una cueva?
—No, Señor, dijo Felisardo, si bien es verdad que en esa cueva me retiré temiendo ser
conocido en vuestra corte, por las diferencias que entre vuestra alteza y mi padre había.
Cenaron los dos reyes y el príncipe Felisardo juntos…
Después vi que el venir a la guerra lo hizo de mala gana, antes procuraba excusarlo
con pedirme el oficio de alcaide de mi alcázar. Aquí sé cuan mal ha probado, pues en esta
batalla última me han informado que infame y encogidamente se retiró de pelear, cuando
todos hicieron su deber en mi servicio. Este joven que he tenido por Carlos ha parecido ser
Felisardo, príncipe de Suecia; él me ha dicho que salió del encerramiento de Carlos, y por no
ser conocido se valió de la astucia de ser tenido por él. A mí bien me pudo engañar, que nunca vi a Carlos, más a ti no puede ser. Yo deseo salir de esta confusión, y para eso te he enviado a llamar. Pues estamos solos, dime la verdad de lo que en esto sabes con claridad, porque de no lo hacer, no tienes segura tu cabeza.
Llevóse (el rey polaco) al rey de Suecia y a su hijo Felisardo consigo, teniéndolos en su
corte en forma de presos, sin salir de un cuarto de su palacio, que era no poca pena para
Felisardo, porque estaba muy deseoso de galantear a la hermosa Sol, con quien deseaba casar, y así le había dado de esto parte al Rey su padre.
En medio de estas felicidades fue el cielo servido de querer llevarse al rey de Polonia.
Dióle una enfermedad en tiempo que los reyes de Dinamarca y Suecia trataban de medios de
paz. Esta se hacía con ofrecerle feudo cada año, y así se concertó. Tenía el enfermo Casimiro
noticia de cuan gran soldado era el rey de Dinamarca, y también la tenía del encogido ánimo
del príncipe de Suecia, y así escogió al primero para yerno suyo, casándole con la segunda
hija; esto dispuso hacer, aunque no lo publicó hasta que vio que su mal se aumentaba,

manifestando los médicos que estaba muy de peligro.
A todo esto no le replicó vasallo, antes todos con mucho gusto se holgaron tener a Carlos
por su rey, el cual, besando la mano a Casimiro, dio la mano a Sol, desposándolos el
arzobispo de Cracovia, que se halló presente: lo mismo hizo el de Dinamarca con Claudomira, y Felisardo con Clarista, que fueron llamados allí para este efecto, estando de ello muy gustoso el rey de Suecia. Apretóse el mal del polaco, con que murió dentro de tres días; hiciéronsele suntuosas exequias, y acabadas, fueron luego jurados por reyes de la Polonia Carlos y Sol, con que los lutos se convirtieron en fiestas; los demás señores se fueron a sus retiros con sus esposas, donde vivieron con mucho contento, y Carlos mucho más, que fue muy valeroso rey.

Cecilia Vasa y la «comisión» del capitán Francisco de Eraso a Suecia (1578)

Cecilia Gustavsdotter Vasa (Estocolmo, 1540-Bruselas, 1627) era la hija favorita del rey fundador sueco Gustav Vasa. Vivió en la corte de Johan III.
Cecilia nació en 1540 y por lo que se sabe llevó una vida normal de princesa de su época hasta cumplir los 19 años. Cecilia se vio involucrada en 1559 en el llamado escándalo de Vadstena, de tipo sexual, durante la boda de su hermana Catalina y el esposo de ésta en Vadstena. Por un lacayo del castillo se supo que Juan, hermano del novio de su hermana, trepó hasta la ventana de Cecilia. La noche siguiente, el duque Erico, el hermano mayor de las princesas, ordenó vigilar y logró sorprender a Juan y a Cecilia en clara actitud erótica en la cama juntos. Erico ordenó encarcelar a Juan durante nueve meses. En esa época la gente no se casaba por amor sino para crear alianzas entre reinos y familias nobles. Los dos jóvenes tenían las hormonas alborotadas. ¡Escándalo nacional!

Cecilia Vasa se había convertido al catolicismo en 1578 a través del embajador de España Francisco de Eraso, de misión fracasada en Estocolmo 1. El Rey Johan III se enfadó y mandó en arresto domiciliario a Francisco. La prohibió a Cecilia que tuviera comunicación con Francisco, pero obviamente eso no le impidió a Cecilia organizar una reunión con él. Cecilia fue descubierta y se decretó un busca y captura en toda la ciudad de Estocolmo. Cecilia fue detenida pero quedó impune. Esto para Cecilia ya fue la última gota y decidió que no quería seguir viviendo en Suecia.

Poco después de salir Cecilia de territorio sueco fue puesto en libertad Francisco de Eraso. Francisco y Cecilia se encontraron por el camino a Baden y vivieron juntos un tiempo. En 1579 llegó Cecilia al condado de su difunto marido con la intención de recuperar las tierras que le correspondían a ella en herencia. No tuvo mucha suerte en las negociaciones hasta que su hijo mayor, Eduardo Fortunato, fue nombrado margrave/marqués de Baden-Rodemachern en el año 1588.

El escándalo más grande fue sin duda alguna el hecho de quedarse embarazada, varios años después de quedarse viuda. Se supone que el padre de la hija de Cecilia fue Francisco de Eraso. Cecilia quería tener a su hija, pero su hijo Eduardo Fortunato le quitó a la niña nada más nacer y la entregó a un convento de monjas. No se sabe casi nada de la hija de Cecilia. Se hizo monja y eligió el nombre de Charitas. No fue hasta el año 1622 que Cecilia y su hija pudieron conocerse. Cecilia pasó el resto de su vida viajando y con una intensa vida social. Se metió en problemas constantemente por pedir dinero prestado y no devolverlo. Varias veces tuvo que huir de sus acreedores.

  1. Magdalena de Pazzis Pi Corrales: «La «comisión» del capitán Francisco de Eraso a Suecia: una posible alternativa al conflicto con Flandes». En Felipe II (1527-1598): Europa y la monarquía católica: Congreso Internacional «Felipe II (1598-1998), Europa dividida, la monarquía católica de Felipe II (Universidad Autónoma de Madrid, 20-23 abril 1998) págs. 617-634

Egron Lundgren: «En målares anteckningar» (1870)

Egron Lundgren: En målares anteckningar. Utdrag ur dagböcker och bref. Italien och Spanien («Notas de un pintor. Extractos de diarios y cartas. Italia y España»). Stockholm: Norstedt. 1870, vol. I. Introducción de Karl Asplund. Este «travelogue» es de gran interés. Se trata de un cuaderno de su primer viaje a España (1849-1853).

Spanjorska med solfjäder. Dibujo a lápiz. Sin firmar. 22,5 x 29 cm. Se está subastando en 2013 por 3.000 coronas suecas.

En 1849 Lundgren estaba en Roma. En vez de volver a Suecia decidió entrar en España por Barcelona. Después pasó a Granada (lo que habría que ver en contraste con Granada, la bella de Ganivet) y llegó a Sevilla en agosto de 1849. Estuvo en Sevilla hasta 1853.

Indice: Paris (1839-1841); Från Paris till Rom (1841); Rom (1841-1842); Neapel, Florens, Venedig (1842); Rom (1842-1845); Rom och Neapel (1846-1849); Spanien: Barcelona och Valencia (1849); Malaga, Granada (1849); Alhambra (1849); Alpujarras (1849); Sierra Nevada. Från Granada till Sevilla (1849); Sevilla (1849); Triana (1849); Sevilla (1850); Från Sevilla till Madrid; Madrid; Toledo, Cuenca, Valencia.

Vilande spansk flicka. Dibujo a lápiz. Con firma o inscripción "EL" en el ángulo inferior derecho. Certificado por C. U. Palma. 21 x 21 cm. Ciertamente ejecutado durante el tiempo de Lundgren en Sevilla 1849-53: “Durante este tiempo sevillano, hay toda una larga danza de bellezas españolas de diecisiete años a través de las acuarelas, dibujos y apuntes de Egron Lundgren. […] Esta es una fuente de inspiración para el arte figurativo de Egron Lundgren en Sevilla. Es la vida gitana» (Karl Asplund, Egron Lundgren, 1 (1914) p. 114).

Volvió a España en 1857, en 1862-1863. Volvió a Sevilla en el invierno de 1867.

Siw Malmkvist: Spanska Siw (1970)

Ja, ge mig bara några tango-toner
Små kastanjetter och autentisk dräkt
Sen spricker jag av sydländska passioner
Så starka att publiken blir förskräckt

Servera kraftigt kryddad enchilada
Och rödvin, så jag glömmer tid och rum
Sen vill jag sjunga gång på gång ”Granada”
Då blir jag español i varje tum

Kalla mig för ”Spanska Siw”
Jag bubblar av stört-ilsket liv
Jag stampar min klack, så golvet får hack
Så vild är jag, ”Spanska Siw”

Min far var av finfin familj
Så jag skakar stolt min mantilj
Mer lockande het, än någon magnet
Är jag, ”Spanska Siw”

Buenas dias, vad du heta?
Bésame mucho!
Muchas gracias!
Du gilla mig, ja, nej, kanske?

Svenska gosse, jag vill ge dig ett råd, du förstå
Vill du älska mig blir det ett sjå
Mitt stenhårda krav, du trogen som slav
Eljest du får genast gå

Du ska kunna klara en bolero
Och dansa cha-cha, fast dom spelar vals
Och du ska ha mustascher och sombrero
Om du vill det ska bli nån kärlek alls

Nu känner du mig, ”Spanska Siw”
Så läcker, som en burk oliv
Så argsint och galen och mån om moralen
Caramba och dekorativ

Inte skånska, int’ finska
Ikke danska, nicht tyska
Utan, ”Spanska Siwan”

Si, solo dame unas notas de tango
Castañuelas pequeñas y traje auténtico
Entonces estallé con pasiones sureñas
Tan fuerte que la audiencia está aterrorizada.

Sirva una enchilada muy condimentada
Y vino tinto, así me olvido del tiempo y del espacio
Entonces quiero cantar una y otra vez «Granada»
Entonces me vuelvo español en cada centímetro

Llámame «Siw Español»
Estoy burbujeando con una vida molesta y enojada
Pisoteo mi talón, por lo que el piso se vuelve una muesca
Qué salvaje soy, «Siw español»

mi padre era de una buena familia
Así que orgullosamente sacudo mi manto
Más tentadoramente caliente que cualquier imán
Soy yo, «Siw Español»

¿Buenos días cual es tu nombre?
¡Bésame mucho!
¡Muchos gracias!
Te gusto, si, no, ¿tal vez?

Chico sueco, quiero darte un consejo, ¿entiendes?
Si quieres amarme, es un espectáculo para la vista
Mis demandas duras como una roca, eres fiel como un esclavo
De lo contrario, puedes irte de inmediato.

Deberías poder manejar un bolero.
Y bailan cha-cha, aunque toquen el vals
Y deberías tener bigotes y sombrero
Si quieres que sea amor en absoluto

Ahora me conoces, «Siw Español»
Tan delicioso, como una lata de aceitunas.
Tan enojado y loco y preocupado por la moral
Caramba y decorativa

No escaniano, no finlandés
Ni danés, ni alemán

Amores de Ganivet y su profesora de sueco (Helsinki, 1896)

Las mujeres son muy importantes en la enseñanza de idiomas extranjeros. Un ejemplo de esto es Ángel Ganivet (Granada 1965–Riga 1898), que juntó en su breve vida el interés por las mujeres y por las lenguas.

El 1 de febrero de 1896 Ganivet toma posesión como Cónsul de 2a. en Helsinki, capital del Gran Ducado de Finlandia, provincia del Imperio Ruso. Aburrido en su cargo, decide aprender idiomas con alguna profesora particular. Encuentra un anuncio en el Hufvudstadsbladet que dice: «Clases prácticas de alemán, inglés y ruso, a cargo de M. Bergmann, de soltera Djoakoffsky, Brunnsparken 22, llamadas entre las 4 y las 5 de la tarde».

La profesora resulta ser Marie Sophie (Mascha) Djakoffsky (1871-1934) viuda de Bergmann, de 24 años. Ganivet, 31. La conoce el 9 de marzo de 1896.

Carta a sus hermanos. Helsinki, 8 de marzo de 1896: «… estoy aprendiendo sueco, y después aprenderé ruso con una señora rusa (polaca) viuda de un alemán, tres francos cada lección, y además está casi enfrente de mi casa y no cuesta molestia ir».

Carta a Francisco Navarro y Ledesma. Helsinki, 10 de marzo de 1896: «A todo esto, el sueco marcha y la polaca resulta una hembrita que para amiga sólo no tiene precio».

Carta a Nicolás María López. Helsinki, 12 de marzo de 1896: «yo ya tengo una amiga, que es mi profesora de sueco, es decir, una joven rusa, hija de polaco y alemana, con la que sostengo ratos de conversación, y que resulta un tipo rarísimo comparado con nuestras mujeres- Es bellísima en su género rubio, pero más seria que «un chavo de especias».»

Escribe a sus hermanas en Granada en marzo de 1896: «Estoy aprendiendo sueco, y después aprenderé ruso con una señora rusa, polaca, exactamente, viuda de un alemán».

En mayo llega a Helsinki su pareja de hecho Amelia. Y Mascha está de viaje por Europa. Ganivet cultiva tertulias de mujeres para hablar de libros, pintura y para practicar idiomas. Con la pintora Hanna Rönnberg (a la que visitó Foxá en 1941 y que era su celestina para las cartas a Mascha), Ella Sahlberg o Ida Waeneberg y sus hermanas.

A finales de agosto de 1896 todo se precipita. Amelia descubre el retrato que Mascha le ha mandado y la lía parda. Nos han quedado 5 cartas de Ganivet a Ella.

Referencias
Cancionero a Mascha Diakovsky. La poesía en francés de Angel Ganivet. Traducción, edición crítica e introducción de Manuel García. Sevilla, Point de Lunettes, 2014.
Roberto y Marjatta Wis. Angel Ganivet in Finlandia: studio biografico e testi. Helsinki, Société néophilologique, 1988, 104 páginas. Libro seminal en italiano y francés publicado en Finlandia.
– «Mascha Diakowski, un retrato». 1997.
– Hagelstam, Wentzel (1863-1932). «Angel Ganivet. In memoriam». En Ateneum: internationell, illustrerad tidskrift för literatur, konst och spörsmål af allmänt intresse. 1899. Con Poemas de Pio Cid y artículos de Hombres del norte.
Wentzel Hagelstam. Personer och minnen. Helsinki, Söderström & Co., 1919. Cartas de Ganivet conservadas por Mascha así como poemas en francés.

Juan de Palafox contra los países nórdicos (1631)

Juan de Palafox y Mendoza (Fitero, Navarra, 24.VI.1600 – El Burgo de Osma, Soria, 1.X.1659). Durante un largo viaje que duró dos años, a partir de 1629 y del que se ha conservado un extraordinario Diario del viaje… escrito por él, visitó Italia, Bohemia, Suecia y por los Palatinados llegó hasta Flandes para terminar en Francia, regresando a Madrid en 1631. En su Diálogo político del estado de Alemania y comparación de España con las demás naciones (1631) hace un duro alegato contra los países nórdicos:

Qué hallaréis en Suecia y Noruega, sino una obscuridad y tinieblas, todos herejes, idólatras, hechiceros, pobres, míseros, sin policía ni uso de razón humana; tierras estériles, viviendo en los montes como salvajes fieras

Aún no se había producido la campaña sueca de 1631-1632 en que los españoles pierden la plaza de Frankenthal, bloqueando el «camino español». Esta Suecia ofensiva se va ganando el respeto del Imperio poco a poco, hasta llegar a la rotunda victoria española en la batalla de Nordlingen (1634), que llega el Imperio hasta el Báltico, precisamente cuando Olivares los abandona. Pero el contacto se ha producido.

Agustín de Foxá en Estocolmo (1941-1942)

Es fundamental el prólogo de Foxá al libro de Chicheri para conocer más.

Agustín de Foxa está unos días en Estocolmo pero su testimonio es precioso. Llega en avión desde Berlín de camino a Helsinki el 28 de agosto de 1941. Pasa un par de días, y escribe un poema [«Latitudes. Beso entre abetos», dedicado a Manolo Orbea]. En enero de 1942 se desplaza desde Helsinki para una negociación comercial y pasa otros días más. En ambos casos escribe carta a la familia.

Estocolmo, agosto de 1941
26 de agosto de 1941. Después de 8 días en Berlín toma el «avión naranja de Suecia». La costa sueca: «praderas encharcadas, vacas, un molino de aspas holandesas y, como bajo el agua, casi submarinas, las ateridas flores de las estufas de los invernaderos». Hace escala. Aparece Estocolmo: ¡Maravilla de Estocolmo iluminada!». Anuncios de cine, farolas, canales. En 1941 en Europa las ciudades estaban a oscuras por la guerra, de ahí que Madrid, Lisboa y Estocolmo fueran únicas por su luminosidad. Lluvia. En autobús al centro en que lo espera Landecho, que lo lleva al Gran Hotel en su «magnífico auto». Cena en la Legación «la más bonita de Estocolmo». Queso sueco. Vuelta al hotel.

29 de agosto de 1941. En la ciudad vieja «el bronce admirable del maestro Bernt Notke, representando a San Jorge matando a un dragón erizado de púas». Come en la «Paz Dorada», una antigua taberna de piratas 1. Evoca a Bellman. Mantequilla fabulosa, cangrejos, salmón ahumado, jamón, mortadela, queso, rábanos, arenques, sardinas, carne, coles, etc. «carne en una hoja de col». 7 coronas, 14 pesetas. Superbarato. Paseo por Estocolmo tras la comida. Sol. Muchachas requetés en bicicleta. Mes de los cangrejos. «Estocolmo es una ciudad alegrísima, con sol de nieve, refinada, limpia, asfaltada y clara como el níquel de sus innumerables bicicletas». Cine: guerra de Finlandia y entrevista a bordo del Potomac 2. Por la noche, cabaret Atlantic. Cena en casa de un amigo.

Compra ropa. El día 30 ya sale para Helsinki, donde lo espera Torata, que fue enviado de Franco en Estocolmo en 1938. Torata le entregará la Legación en Helsinki.

Muchacha rubia que das
candorosamente un beso,
cómo vuela la gaviota,
cómo da el sol en tus puertos.
Nos iremos a Estocolmo
en el mes de los cangrejos.
Tu mirada azul, tranquila,
bajo el oro de tu pelo.
En tu blusa marinera
pega alegremente el viento.
Mi malicia de latino
ve la forma de tus senos.
Tu no saber, en el sur,
lo importante que es un beso,
lo importante de una boca
que nos llena de sonetos.
El Palacio Real reluce
con la luz del archipiélago.
¡Oh, pureza de un verano
tan mojado de deshielo!
Te desnudas en las rocas,
y se ve tu muslo terso
Cuando vas en bicicleta
junto al prado con abetos.
Retratando tu hermosura,
que es gimnasia, espuma y viento,
ven mis ojos de latino
el pecado de tu cuerpo.
En el Norte es la alegría.
En el sur, lloran los celos.
En tu beso es la gaviota.
La guitarra es nuestro beso.
En tu beso está la calma
sana y limpia, como un vuelo;
¡pero el beso de Beatriz
hizo el cielo y el infierno!

Estocolmo, enero de 1942
La carta la manda a través de su amigo Espinosa de los Monteros. Viaje en avión sobre el Báltico helado. Se aloja en casa de un amigo. Frío. Cena de smoking en Cecile, «el más postinero restaurante de Estocolmo» 3. Espera a 32 grados bajo cero al lado de la estatua de Gustavo Adolfo [bajaron desde la Biblioteksgatan hasta esta parada de taxis para ir a la casa del amigo en que paraba].

Al siguiente dia, solo 18 grados bajo cero. Hay de todo: «pitillos americanos, carne, frutas, bombones, puros habanos, vinos franceses, boites estupendas, revistas, operetas y estos magníficos filmes americanos». Al cine: Sangre y arena [Blod och sand, Rouben Mamoulian, 1941]. Ciudad iluminada. Las cocinas tienen frigorífico, radio, etc. Vida cómoda frente a vida valle de lágrimas. Nada que ver con Helsinki. Compra películas en colores para su aparato de cine. Filmará en Laponia. Comida con amigos de la Legación en restaurante húngaro: liebre en paprika picante. Ve mucho alcohol «el alcohol aquí es un alimento, y el café». «Creo que, con Portugal, éste es el país que está mejor de toda Europa». Los suecos son anglófilos. Y socialistas. Socialistas monárquicos. Incluso la embajadora de Rusia lleva joyas y toma té.

Suecia, como ha dicho un escritor es un «pueblo en vacaciones». La raza es maravillosa, a fuerza de gimnasia y sport. Pero no tiene, me parece, ninguna fuerza moral ni espiritual. Es un país de médicos, ingenieros y atletas, cuyo Rey sigue jugando al tenis y entregando los gastos de su coronación y aniversario a los centros antituberculosos.

  1. Se refiere al restaurante de la ciudad vieja Den gyldene freden
  2. Se refiere a la conferencia de prensa de Roosevelt a bordo del yate presidencial Potomac el 16 de agosto de 1941
  3. Se refiere a Cecil, en Biblioteksgatan 5

Birger Sjöberg: I Spaniens månsken (1922)

I Spaniens månsken (Romantisk aftonfantasi i ensamhet på det lilla vindsrummet) [«A la luz de la luna de España. Fantasía romántica de la tarde en soledad en el ático púrpura»] es una composición de Birger Sjöberg (1885-1929) inserta en Fridas bok, småstadsvisor om Frida och naturen, om döden och universum i ord och toner (Centraltryckeriet, Stockholm, 1923). Esta composición ha marcado intensamente la recepción de lo español en Suecia hasta hoy mismo.

1. När mina tankar vilja bada
i söderns månsken, fly de till Granada.
Då glömmer jag vår svenska lada
med torvtäckt tak invid sin blåa sjö.
Nu är just en av dessa nätter:
uti min hand jag ivrig sätter
ett par små goda kastanjetter,
och vilda visor vill jag kring mig strö.

2. Då sjunker staden ur mitt minne
och Rådmans plank med popplarne därinne.
Då glömmer jag vart streck med linne
ibland syrener på min svenska gård.
Caramba! Med mitt hand i sida
jag börjar som en orm mig vrida
och svänger uti cirklar vida
mitt ben, som stramar i sin gyllne bård.

3. Och visar yr och flyr kring munnen,
som vattnet sprutar uti Lejonbrunnen.
Nu är min fosterjord försvunnen.
Jag rasar, raglar, glömsk av allt, som hänt.
Gitarrens klang blir mera yster,
och Spaniens dotter är min syster.
Varenda stund hon vill bli kysster
(betecknande för folkets temperament!)

4. Här gnata inga störda grannar!
Caramba! Vild och lycklig jag förbannar.

Då plötsligt jag i dansen stannar —
Bland mörka ögon — blå en blick mig rör.
Jag slutar som en orm mig vrida.
Jag tycker att jag skönjer Frida,
och hennes ögom syntes lida
och säga: «Sådant väldigt liv du för!»

5. Då störtar mitt i yran glada
den gyllne brant; då slocknar mitt Granada. —
Jag åter ser vår svenska lada
i afton skum, då tyst är skogens liv.
Bland våta blomster gå vi sakta
att Sveriges måne ömt betrakta…
O, tro ej, jag vill den förakta —
fast Spaniens skiner mera intensiv!

Agustín de Foxá: Un mundo sin melodía (1949)

Agustín de Foxá, diplomático como Ganivet, residió en Finlandia en los años en que el país sostenía dos terribles guerras contra la Unión Soviética: la Guerra de Invierno (1939) y la Guerra de Continuación (1940-41). Sus escritos reflejan una imagen clásica del país: «el misterio viene del Norte, de las tierras de la noche eterna. La nieve, los rebaños de renos y las auras boreales». Un mundo sin melodía (Notas de un viajero sentimental) es un libro de sugerente título para un libro de «impresiones», de clara inspiración ganivetiana. Bajo el lema introductor de «Junto al mar helado», se recogen 6 artículos publicados en ABC en 1942:

15.01.1942: Motivos sobre el frío. Invierno finlandés.
7.02.1942: Huellas de Ganivet. Visita a la octogenaria señora Hanna Rönnberg (1862-1946), última contertulia viva de las tertulias invernales de Ganivet en Helsinki en 1896.
8.03.1942: El Kalevala, gran epopeya del Norte.
8.04.1942: Las oscuras golondrinas de Helsinki.. Vida apasionada y brillante de un Gustavo Bécker finlandés.
21.06.1942: El domingo de los dioses. Los dioses greco-latinos se refugiaron en el norte y han sido eliminados por el cristianismo.
23.12.1942: Luis Felipe en Laponia. Un rey francés en el exilio.

Más viajero que Ganivet, visitó Laponia y el frente ruso-finlandés, pero no como intrépido reportero sino arropado por su cargo de Ministro de España. Tanto en su correspondencia como enlas crónicas de prensa o en sus versos (bélicos, festivos, amatorios) el Norte es el escenario desde el que escribe un espectador privilegiado, que lo hace por diletancia. Sus escritos se refieren a la ciudad, el frío, las costumbres, la buena mesa, los amigos…

Su simpatía por Finlandia es evidente, sobre todo por su heroica resistencia ante los rusos; pero la constante utilización política de esa guerra resta credibilidad a su visión y oscurece la complicidad de su mirada. Resulta irritante la superficialidad con que observa la tragedia que le rodea, la desenvoltura con que pasa de los muertos en el frente ruso a las recepciones diplomáticas generosas en vodka y caviar, de los bombardeos al cinematógrafo… algo especialmente visible en sus epistolarios: «Esta semana han aparecido más de diez veces los aviones rusos; vienen, según parece, de San Petersburgo, pero las bombas que tiraron eran pequeñas. La moral de esta población, de un heroismo solo comparable al estoicismo español. Una cayó cerca de la casa de mi dentista (para que veáis que me cuido la boca» (nov.1941); «a primeros de febrero volveré a Helsinki, aunque realmente aquel lono es muy atractivo; tiene, sin embargo, su interés. Los haces azules y violetas de los reflectores sobre el mar helado, la explosión e incendios de las bombas en aquel paisaje polar tiene una trágica belleza.» (enero 1942); «os escribo un momento antes de salir para el frente, donde voy a hacer una excursión interesantísima (24.3.42).

El tono poético es muy logrado en algunos pasajes; el norte es evocado con morosidad, rodeado de brumas, en una atmósfera irreal de colores difuminados, en particular en la excelente evocación de Laponia. Va desgranando anécdotas, breves relatos pretendidamente «históricos», impresiones coloristas, jocosas, superficiales. Curzio Malaparte frecuentó a Foxá durante esos años y le hizo personaje central de una de sus novelas; las páginas de Kaputt nos revelan aspectos inéditos del diplomático español, e indirectamente de su visión de los países del Norte de Europa.

«España – decía De Foxá- es un país fúnebre y sensual. Pero no es un país de espectros. La patria de los espectros es el Norte. En las calles de las ciudades españolas se encuentran cadáveres, pero nunca espectros»

Resto de artículos publicados por Foxá desde Finlandia:

«Rojo y blanco», Arriba, 26.11.1941.
«Navidades». ABC, 23. 12.1941.
«Quince españoles en Nastola». Arriba, 26.11.1941.
«Viaje al frente de Ladoga». ABC, 22.05.1942.
«LOs Korsus». ABC, 24.05.1942.
«Un hombre solo en el bosque». ABC, 26.05.1942.
«Sobremesa con el general». ABC, 28.05.1942.
«Lotta Motti». ABC, 31.05.1942.
«La casa de Repin». ABC, 3.06.1942.
«Viernes santo en los suburbios de Leningrado». ABC, 7.06.1942.
«Dos horas en Viipuri». ABC, 10.06.1942
«Ostrobotnia». ABC, 3.10.1942.
«En el libro de las diligencias». ABC, 4.10.1942.
«Lapin Lumot». ABC, 10.10.1942.
«Rovaniemi». ABC, 14.10.1942.
23.12.1942. «Luis Felipe, en Laponia». ABC. En Un mundo sin melodía (Notas de un viajero sentimental). Prensa Española, Madrid, 1949, p. 47-51.
«Los renos». ABC, 27.12.1942.
«La granja del viejo Núrmela». ABC, 31.12.1942.
«En el palacio del gobernador». ABC, 3.01.1943.
«Un poste en la carretera». ABC, 30.01.1943.
«LAs casas de madera». ABC, 27.07.1943.

Bibliografía
Carmen Díaz de Alda Heikkilä: «Ecos del Norte: escritores, viajeros y diletantes» (Visión ganivetiana del mundo septentrional)».

Luis Sagrera y Martínez-Villasante: «Agustín de Foxá y su obra literaria».

Jacinto Miquelarena en Estocolmo (1952)

Jacinto Miquelarena estuvo en Estocolmo en una escala de un proyectado crucero para cazar osos polares. La expedición tenía previsto salir de Narvik (Noruega), y los participantes venían de Hamburgo a través de Copenhague:

Creo que los expedicionarios podremos hablar muy poco de Estockolmo (sic), que por otra parte no necesita ser descubierto. Todo en Escandinavia es archipiélago y caos insular, aproximadamente. Estockolmo está montada también sobre varias islas y aspira al título de Venecia del Norte, como muchas otras ciudades septentrionales y, desde luego, con menos razón que Amsterdam, el puerto inolvidable de los canales y de los olmos. Mi colección de Venecias y Atenas del Norte, ya tan numerosas, se ha enriquecido esta vez con Estockolmo, donde la ausencia de gondoleros está compensada por una circulación de señoras y caballeros nórdicos, con un dorado yute bajo el sombrero, los trajes o los vestidos nuevos y bien planchados, que forman aparentemente el grupo de ciudadanos de más alto nivel de vida que yo haya visto en estos últimos tiempos. Un almuerzo en el restaurant Skansen -con la ciudad a los pies- a base de incitantes entremeses suecos, que conoce cualquier aficionado a la buena mesa y no olvidará nunca quien los haya probado en el Royal de la Haya, completó nuestra impresión de que nos rodeaba una ciudadanía rica, que explota la riqueza mineral del Kirunavara y la exporta por Narvik; iza su bandera en los cien mil mástiles de la ciudad cuando cumplen anos sus reyes; caza el alce en la Suecia media y ha absorbido al lapón, encendiendo los colores crudos de su indumentaria para mayor gloria del color local, hasta meterle de cabeza en la edad atómica.