Konverghen fue el nombre de uno de los personajes inventados por los asistentes a la tertulia de El Rinconcillo, en Granada, a partir de la palabra “convergen”. Konverghen era un compositor sueco, al que atribuyeron una copiosa obra que dieron a conocer por todos lados.
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Concha Espina (1869-1956) en sueco
Concha Espina de la Serna (Santander, 1869-Madrid, 1956) fue propuesta al Nobel por 25 instituciones, generalmente extranjeras. Fue nominada 9 veces (1926-1954) y finalista 3 veces: 1926, 1928 y 1929. En 1926 quedó a solo un voto de ganar, superada por Grazia Deledda. La última nominación fue en 1954 a cargo de su gran valedor Jacinto Benavente.
Nominaciones al Nobel
– 1926. Benavente, Farinelli, Ricardo León, Georges Cirot (1870-1946).
– 1927. Salomon Leopold Rosenberg.
– 1928. Fredrik Wulff (1845-1930), Rodolfo Lenz (1863-1938).
– 1929 Fredrik Wulff and Professors.
– 1930 Gabriel Boussagol (1883-1970).
1931 Fredrik Wulff, Cipriano Muñoz y Manzano (1866-1933), Antonio Rubio y Lluch, (1856-1937), Jeronimo Rodriguez Maria, Ricardo León, Leopoldo l. Garag, Carlos María Cortezo (1850-1933), Hugo Obermaier, Luis Redonet, Alfred Baudrillart, Jacinto Benavente + 49 members of The Nobel Prize Committee of the Society of Authors
– 1932 John Fitz-Gerald, Rudolf Slabý
– 1952 by Jacinto Benavente, Gerardo Diego, José María Pemán, Royal Academy of Sciences, belles-lettres and fine Arts.
– 1954. Benavente.
1925. De dödas metall
Toda la operación Nobel surge en 1925 a raíz de la publicación de una novela social sobre los mineros de Asturias De dödas metall (1925, traducción autorizada de Reigin Fridholm), que aparece con un prefacio de Anders Österling (miembro de la Academia).
Y con dedicatoria desde «el suelo castellano» a la aclamada autora europea Selma Lagerlöf, ganadora del Nobel y 7 años mayor que Concha 1.
Selma Lagerlöf leyó la dedicatoria y se sumó al homenaje internacional de 1925 hacia la autora española en una carta publicada en L’oeuvre de Concha Espina à l’étranger (Madrid, Renacimiento, 1926).
1929. Mariflor. En bok om Maragatafolket
En la primavera de 1929 se apostó fuerte por la traducción de La esfinge maragata, ya que se presentó a la autora como la «Spaniens Lagerlöf» (Svd, 15 abril 1929, p. 9):
Ediciones escolares
En 1933, Alfred Åkerlund publica un texto sobre las traducciones de Baroja, Concha Espina, Blanco-Fombona e Insúa que había en sueco: «En grupp spanska romanförfattare». Ord och Bild / XVII. 1933, 359-368 / PDF.
Más obras en sueco
– Mariflor. En bok om Maragatafolket (La esfinge maragata) Wahlstrom & Wikstram, 1929. Enl. auktorisation tolkad från spanska till svenska av Reigin Fridholm; med förord av Fredrik Wulff
– Spanska berättare, de Lopez, Mateo Pastor (red.). Prisma 1963, 191 s. Espina. Traducción de…
A raíz de su fallecimiento (1956) el No-Do le hace este reportaje en el que vemos a la autora con la traducción sueca de una de sus obras (8:37):
- Rafael Cansinos Assens: «El niño en la literatura – una frase feliz de Antoniorrobles» – maestros y poetas». La Libertad 19 marzo 1932, 6. Aquí aparece la admiración de Concha Espina por S.L. ↩
Francisco de Quevedo: «Lamentable inscripción para el túmulo del Rey de Suecia Gustavo Adolfo» (163…)
Francisco de Quevedo siempre admiraba a los grandes caudillos militares, sin importar su nacionalidad o religión, y no es ninguna sorpresa que de él (que también escribió poemas honoríficos sobre traidores a la patria como el Duque de Osuna o Alberto de Wolistán -Albrecht von Wallenstein-) provenga uno de los escasos elogios que dedican las Españas a Gustavo Adolfo como guerrero y caudillo de renombre, lamentando su heroica muerte en Lützen en forma de epitafio:
CLXIII b
Lamentable inscripción para el túmulo del Rey de Suecia Gustavo Adolfo
Rayo ardiente del mar helado y frío,
y fulminante aborto, tendí el vuelo;
incendio primogénito del yelo,
logré las amenazas de mi brío.
Fatigué de Alemania el grande río;
crecile, y calenté con sangre el suelo;
azote permitido fui del cielo
y terror del augusto señorío.
Y bala providente y vengadora,
burlado de mi arnés, defensa vana,
me trujo negro sueño y postrer hora.
Y, despojo a venganza soberana
alma y cuerpo, me llora quien me llora:
el que los pierde, ¿qué victorias gana?
Por lo demás, en Las tres coronas en el aire, otra obra de Quevedo censurada durante décadas e incluso siglos, ésta en prosa, el autor de las gafitas imagina a Oliver Cromwell, Giulio Mazarini y Armand du Plessis, el cardenal Richelieu, conversando en la otra vida (¡imagínate la idea para un fanfic!). Habla en este fragmento Richelieu:
Saqué del Septentrión a Gustavo Adolfo, que como caudaloso torrente inundó en pocos meses el Imperio, desde la isla de Reiguen (sic!) hasta la Morela, dejando con sus victorias llenas las provincias de trofeos y bañadas las campañas con sangre de católicos vertida, hasta que en la de Lutzen (sic!), un golpe fatal derramó la suya, que como hervía en sus venas con tanta violencia no podía ser de mucha duración.
Calderón de la Barca: La protestación de la fe (1656)
La protestación de la fe (1656) es un auto sacramental de Calderón; se trata de una alegoría propagandística que se centra en torno a la abdicación de Cristina Vasa, presentada como una villana redimida y dispuesta a abrazar la fe verdadera, cuyo difunto padre Gustavo Adolfo vuelve a ser demonizado.
Nótese el siguiente diálogo entre la Herejía (el Protestantismo) y la Sabiduría (el Catolicismo) en torno a Cristina, que contiene una maldición encubierta a Gustavo Adolfo, una maldición que podría caer sobre su hija si ésta no se convierte:
HEREJÍA
En su espíritu no cabe
no mandar; tan bien maneja 450
la espada como la pluma.
SABIDURÍA
Huélgome de que le tenga
porque cosas grandes, no
sin espíritu se intentan.
HEREJÍA
Ella es sabia y es altiva. 455
SABIDURÍA
Ahí están mis conveniencias.
HEREJÍA
¿Cómo?
SABIDURÍA
En buscarme, si es sabia.
HEREJÍA
¿Si altiva?
SABIDURÍA
En que se resuelva.
HEREJÍA
Vive con esa esperanza
mientras yo vivo con esta 460
posesión; y pues la tengo
en mi poder, iré a hacerla
acuerdos de que homicida
fuiste de su padre.
SABIDURÍA
Esa
razón milita por mí. 465
HEREJÍA
¿Por qué?
SABIDURÍA
Porque verá en ella…
HEREJÍA
¿Qué?
SABIDURÍA
Que no pelea dichoso…
HEREJÍA
¿Quién?
SABIDURÍA
Quien contra Dios pelea.
Alonso de Castillo Solórzano: «La quinta de Laura» (1649)
La quinta de Laura es una colección póstuma de novelas cortas de Alonso de Castillo Solórzano, el autor de relatos breves más prolífico del siglo XVII. Compuso cincuenta y seis novelas cortas que se publicaron, de forma casi ininterrumpida, entre 1625 y 1649. Su abundante producción le convierte en uno de los representantes más significativos del género en España.
Siguiendo el modelo del Decamerón de Boccaccio, La quinta de Laura reúne a la hija del conde Anselmo y a sus damas de compañía que la entretienen narrando por turno una historia. Sus relatos, tan amenos como diversos, ofrecen una imagen variada de la feminidad, alternando las representaciones estereotipadas y convencionales con otras que se alejan del modelo vigente en la
sociedad española del Siglo de Oro.
En el relato «La inclinación española», se narra el conflicto dinástico armado -tras la muerte de Éric XIV- por el trono de Suecia entre el destronado Segismundo (de allí el nombre del héroe de La vida es sueño), aún rey de Polonia -desterrado de Suecia en su infancia- y su tío paterno Carlos, entonces rey de Suecia, que había usurpado el trono apoyándose en argumentos religiosos (Segismundo, retoño de Juan III y Catalina de Jagellón, era de familia católica y medio polaco). A pesar de que a Carlos IX se le trata de «rey de Suecia» en la novela, es presentado como hereje, usurpador y caudillo del ejército enemigo, instando al lector a tomar, como los protagonistas polacos y españoles, el partido del legítimo heredero injustamente destronado. Pero lo más contundente es que se trata de una novela en clave (roman à clef), en que el personaje llamado Carlos es un joven oficial castellano (¡bautizado en honor a Carlos V!), mientras el «rey de Suecia» enemigo, el hereje usurpador, atiende por Floriseo, y, en una escena de obvio cumplimiento de deseos, es hecho prisionero de los buenos polacos (ya que ni a Carlos IX ni a su hijo mayor Gustavo Adolfo les sucedió este percance). El príncipe heredero sueco no se llama Gustavo Adolfo, sino Felisardo, y es el falso héroe que, a la par que su padre usurpa el trono de Suecia, Felisardo se hace con la identidad de Carlos y con su prometida la infanta polaca, y goza de honras ajenas (de tal palo tal astilla):
Continuóse la guerra, y por no ser largo en referirla por menudo, digo que la última
batalla que se dio, que fue la campal, habiendo peleado los reyes por sus personas, vio el de
Polonia hacer hechos portentosos Carlos. Hallóse el Rey sin caballo, que se le habían muerto, y él apeándose del suyo se le dio, y a fuerza de armas cobró otro, con que se metió por lo más peligroso de la batalla, hiriendo y matando a cuantos topaba hasta llegar a encontrarse con el estandarte real del rey de Suecia, que iba cerca de él; allí, ayudado de solo su valor, se entró por lo peligroso de las armas, y pudo prender al rey Floriseo de Suecia, encomendándole a cuatro soldados que eran de su compañía, y él yendo delante haciendo con su espada lugar hasta que le dejó en puesto seguro en una tienda de su maestre de campo. La batalla tuvo fin con la muerte del rey de Dinamarca, con que el ejército se desbarató y puso en huida, siguiendo el alcance lo que duró el día la gente del Polaco. Con esto se retiraron los de Polonia, y el maestre de campo, a quien se entregó el rey de Suecia preso, quiso ganar las gracias con lo que Carlos había peleado a costa de su sangre; y así, tomando al Rey en su compañía, le llevó a la tienda del de Polonia y se le presentó, diciendo que él por su persona le había preso.
Llegó a besar la mano al Rey, el cual le echó los brazos al cuello, diciendo:
—Bien sea venido el nuevo Aquiles de mi ejército; llegad, Carlos, que así me dicen os
llamáis, que quiero honraros con el cargo que vuestro maestre de campo ha perdido por
ambicioso, pues deseaba quitaros la gloria que vos merecisteis a costa de vuestra sangre, porhaber preso al rey de Suecia; este os doy con cuatro mil escudos de renta.
No permitió el Rey que el de Suecia se alojase fuera de su tienda, y así le tenía en su
compañía, siendo este agasajo algún consuelo para la pena de su prisión. En dos sillas estaban sentados los reyes cuando acertó a venir a la tienda Felisardo, el cual, mientras duró la batalla, ahorrándose de peligros, se había retirado fuera de ella, y desde el lugar que escogió para seguro de su persona vio toda la refriega, y ahora venía entre la tropa de la gente a ver al Rey; pues como entrase en la tienda acertó a poner en él los ojos su padre el de Suecia, el cual, sin poderse contener, se levantó con los brazos abiertos, y se fue para su hijo, diciendo:
—Felisardo mío, en buen hora te vean aquí mis ojos, que tanto han sentido tu ausencia, y
el no saber dónde estabas.
No pudo Felisardo huir el cuerpo a este impensado suceso, y así toda su máquina dio en
tierra, con pedirle al Rey su padre la mano y besársela. Novedad se le hizo al Rey ver el favor
que el de Suecia hacía al que tenía por Carlos, caballero de su corte; y así le preguntó que de
dónde conocía a Carlos.
—A Felisardo dirá vuestra alteza —dijo el sueco—: conózcole de que es el heredero de
mis estados y príncipe de Suecia.
Volvió el polaco con esto al príncipe, y díjole:
—¿Vos no sois Carlos el que yo tuve recluso en una cueva?
—No, Señor, dijo Felisardo, si bien es verdad que en esa cueva me retiré temiendo ser
conocido en vuestra corte, por las diferencias que entre vuestra alteza y mi padre había.
Cenaron los dos reyes y el príncipe Felisardo juntos…
Después vi que el venir a la guerra lo hizo de mala gana, antes procuraba excusarlo
con pedirme el oficio de alcaide de mi alcázar. Aquí sé cuan mal ha probado, pues en esta
batalla última me han informado que infame y encogidamente se retiró de pelear, cuando
todos hicieron su deber en mi servicio. Este joven que he tenido por Carlos ha parecido ser
Felisardo, príncipe de Suecia; él me ha dicho que salió del encerramiento de Carlos, y por no
ser conocido se valió de la astucia de ser tenido por él. A mí bien me pudo engañar, que nunca vi a Carlos, más a ti no puede ser. Yo deseo salir de esta confusión, y para eso te he enviado a llamar. Pues estamos solos, dime la verdad de lo que en esto sabes con claridad, porque de no lo hacer, no tienes segura tu cabeza.
Llevóse (el rey polaco) al rey de Suecia y a su hijo Felisardo consigo, teniéndolos en su
corte en forma de presos, sin salir de un cuarto de su palacio, que era no poca pena para
Felisardo, porque estaba muy deseoso de galantear a la hermosa Sol, con quien deseaba casar, y así le había dado de esto parte al Rey su padre.
En medio de estas felicidades fue el cielo servido de querer llevarse al rey de Polonia.
Dióle una enfermedad en tiempo que los reyes de Dinamarca y Suecia trataban de medios de
paz. Esta se hacía con ofrecerle feudo cada año, y así se concertó. Tenía el enfermo Casimiro
noticia de cuan gran soldado era el rey de Dinamarca, y también la tenía del encogido ánimo
del príncipe de Suecia, y así escogió al primero para yerno suyo, casándole con la segunda
hija; esto dispuso hacer, aunque no lo publicó hasta que vio que su mal se aumentaba,manifestando los médicos que estaba muy de peligro.
A todo esto no le replicó vasallo, antes todos con mucho gusto se holgaron tener a Carlos
por su rey, el cual, besando la mano a Casimiro, dio la mano a Sol, desposándolos el
arzobispo de Cracovia, que se halló presente: lo mismo hizo el de Dinamarca con Claudomira, y Felisardo con Clarista, que fueron llamados allí para este efecto, estando de ello muy gustoso el rey de Suecia. Apretóse el mal del polaco, con que murió dentro de tres días; hiciéronsele suntuosas exequias, y acabadas, fueron luego jurados por reyes de la Polonia Carlos y Sol, con que los lutos se convirtieron en fiestas; los demás señores se fueron a sus retiros con sus esposas, donde vivieron con mucho contento, y Carlos mucho más, que fue muy valeroso rey.
Nordahl Grieg : «Til Ungdommen» (1936)
El poeta noruego Nordahl Grieg (1902-1943) compuso «A la juventud» en septiembre de 1936 influido por el estallido de la guerra civil en España. Un clásico noruego.
Autor de un folleto de 32 páginas bajo el título de Hos skandinaver vid fronten (Stockholm: Sv. kommunist. ungdomsförb, 1937).
El fallido Nobel de Josep Carner (1962)
En 1962 un grupo de personalidades catalanas, empujadas por la valía extraordinaria de la obra de Josep Carner Puig-Oriol (Barcelona, 1884-Bruselas, 1970), pero también por la convicción de la importancia que tendría un premio Nobel para dar a conocer la literatura catalana, promovieron su candidatura al premio Nobel de literatura. Nominaciones de Antonio Badia Margarit, A Duran-Sanpere y G Schiffauer.
No era la primera vez que se presentaba un candidato: a principios de siglo había sido promovida la figura de Àngel Guimerà, en una candidatura conjunta con Frederic Mistral, que no tuvo éxito –a última hora y por presiones externas Guimerà fue sustituido por José de Echegaray, al que se otorgó, ex aequo con Mistral, el premio en 1904.
En esta ocasión, para reforzar la candidatura de Carner se emprendieron diferentes iniciativas, entre las que cabe destacar la propuesta de adhesión a la candidatura enviada a profesores universitarios de literatura y crítica literaria -que alcanzó un número extraordinariamente elevado de participantes-, y en diferentes entidades y personalidades ligadas a la cultura catalana. La candidatura coincidió en el tiempo con una propuesta de nombramiento como miembro del gobierno republicano en el exilio, que Carner declinó.
A pesar del fuerte apoyo catalán e internacional, la candidatura no tuvo éxito –entre otras razones por presiones externas y por algún informe negativo de un correspondiente español– y el Nobel de 1962 fue otorgado a John Steinbeck. La candidatura de Carner volvió a presentarse durante los años siguientes, pero con menos empuje. Posteriormente habría otras tentativas –Salvador Espriu, J.V. Foix, Joan Vinyoli…– pero la de Carner ha sido probablemente la más sólidamente estructurada.
Pese a que la campaña pro Nobel fracasó, la iniciativa sirvió para hacer más conocida la obra carneriana fuera de Catalunya. Con este fin se publicó una antología de su obra, Choix de poèmes (1962), con traducciones al alemán, inglés, castellano, francés, italiano, neerlandés, portugués, provenzal y el sueco. Poco después, también se editaban las traducciones de la plaquette Lligam en versiones italiana (Legame, 1963) y rumano (Legatura, 1964). Al mismo tiempo se publicaban en francés las obras de teatro Coup de vent (1963; en catalán Cop de vent) y L’Ébouriffé (1963; en catalán El Ben Cofat y el otro, adaptación a la vez de la versión original que el mismo Carner había escrito en castellano, El misterio de Quanaxhuata).
El fondo Carner de la Biblioteca de Cataluña conserva una buena muestra de la documentación que se recogió a fin de apoyar la candidatura: notas a la prensa, resumen de las actividades, listas de personalidades e instituciones que apoyaron la candidatura, cartas al poeta y ajena relativas al Nobel… y, sobre todo, mucho material de trabajo para preparar las ediciones de las traducciones a varias lenguas de su obra, que ha permitido que sea uno de los poetas más traducidos a otras lenguas.
Bibliografía
Biblioteca de Catalunya: "Carner y el Nobel, una campaña que no exitoso". 17/10/2013
Dan Nosell: "La campanya en favor del premi Nobel a Josep Carner". Revista de Catalunya, Extra 7, 2020 (Ejemplar dedicado a: Vigència de Josep Carner), págs. 200-216.
Joan Ramon Veny Mesquida: «Joan Colomines i la campanya pro Nobel a Josep Carner», La literatura catalana i el premi Nobel. I Jornada Internacional, Centre for Estudis Catalans – Queen Mary University of London, University of Glasgow i Institut Ramon Llull [en línia] (14 de setembre de 2021)
José María Salaverría en Estocolmo (mayo 1935)
José María Salaverría estuvo de gira por Escandinavia en mayo de 1935. El 2 de mayo de 1935 dio una charla en la Sala Grande de la Stockholms Borgarskola bajo el título de «La vida estudiantil en España». En el marco de una Velada Española con Karin Juel que canta canciones con laúd. El acto fue organizado por la Svensk-spanska sällskapet (Sociedad sueco-española).
El martes 7 de mayo de 1935 dio igualmente una charla sobre «El acento de una raza» en la Stockholms högskola.
Salaverría concedió una interesante entrevista desde el Grand Hotel, en la que muestra su reconocimiento a los derechos de las mujeres en Suecia. Para Salaverría el voto femenino es la salvación de España, ya que ha permitido que ganen las derechas.
En Noruega Salaverría debió encontrarse con Magnus Gonvold, ya que ambos se había encontrado en Madrid un par de años antes.
Las cartas de Axel Oxenstierna (1583-1654) a su hijo
Las cartas personales que manda el conde Axel Gustafsson Oxenstierna af Södermöre (Estocolmo, 1583-1654) a su hijo Johan (Axelsson) Oxenstierna af Södermöre (Estocolmo, 1612-1657) 1.
Estas cartas muestran el interés de Suecia por los asuntos españoles a mediados del siglo XVII. Oxenstierna había estudiado español en Amsterdam en 1643, durante un viaje de estudios por Europa.
Felipe IV crea el Almirantazgo de los Países Septentrionales, que ha estudiado Antonio Domínguez Ortiz en «El almirantazgo de los países septentrionales y la política económica de Felipe IV». Hispania: Revista española de historia, 27, 1947, págs. 272-290.
- Bref ifrån Svea-Rikes Canceller Grefve Axel Oxenstierna til Grefve Johan Oxenstierna, Svea-Rikes Råd och Fullmyndig Kongl. Svensk Legat uti Tyskland Åren 1642-1649. ↩
El philosopho sueco y lutherano desengañado (1745) del Conde de Oxenstierna
El philosopho sueco y lutherano desengañado. Pensamientos y reflexiones críticas del Conde Oxenstierna (1745) por Justino Mantuano. Librería de Mons. Symond, Ruste der, 1745. 173 pp. Traducidas del francés al castellano por Monsieur Boona.
Conozco ediciones de 1780 y 1837: Manuel Pita Impr. Madrid, 1837. VIII, 198 páginas.
Johan Turesson Oxenstierna (1666-1733) fue un conde y autor sueco. Era hermano de Gabriel Oxenstierna. Después de estudiar en Uppsala, Johan Oxenstierna abandonó Suecia en 1682 para finalizar sus estudios con un viaje al extranjero. De ésta no volvió hasta 1723. Recorrió la mayor parte de los países de Europa, se quedó especialmente en Alemania y Francia, vivió como gran señor y dilapidó su fortuna para poder vivir a su regreso del sustento de familiares y amigos.
Johan Oxenstierna se dedicó a los estudios y a la escritura. Con los moralistas franceses del siglo XVII como su modelo más cercano, escribió aforismos y breves ensayos sobre cuestiones éticas, religiosas y estéticas, elegantemente diseñados sin profundidad pero muy valorados por los contemporáneos, que lo llamaron «el Montaigne del Norte».