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Huenrigo

Fue un dibujante y versificador ocasional que publicó en Dagens Nyheter dibujos con rimas: el 7 noviembre 1936 sobre la querella de la Embajada, el 4 de mayo de 1941 sobre los toros y otra sobre la lengua española de 12 de diciembre de 1945, a raíz del Nobel a Gabriela Mistral. No sé quién se encuentra tras el seudónimo de Huenrigo (ni el de Higo).

Träd ut ur ditt hus, giv plats, ay, ay, ay,
giv rum för en landsmaninna.
Hon önskar sig ditt palats, ay, ay, ay,
och bjuder dig själv försvinna.
Kom ut i kvällen den skumma
och medhav därvid din gumma!
Ty här på din plats har satts ay, ay, ay,
en handfast kastilisk kvinna.

Bland Djugärdens trän hon står, ay, ay, ay,
på alla de vissna bladen,
och in i ditt fönster går, ay, ay, ay,
den bjudande serenaden.
Sä pådrag byxbenen tvenne
och giv ditt sovrum åt henne
som spansk kavaljer, señor, ay, ay, ay,
och bo på hotell i staden!

Sal de tu casa, hazme sitio, ay, ay, ay,
hazle sitio a una paisana.
Ella quiere tu palacio, ay, ay, ay,
y te invita a desaparecer.
Saca en la tarde la sombra
y lleva la vieja contigo!
Porque aquí en tu lugar está ay, ay, ay,
una castellana firme.

Entre los árboles de Djugärden, ay, ay, ay,
en todas las hojas marchitas,
y a tu ventana va, ay, ay, ay,
la serenata invitante.
Así que aprieta las perneras del pantalón
y dale tu dormitorio
como un caballero español, señor, ay, ay, ay,
y alójate en un hotel!

Antonio Rodríguez Luna (1910-1985) en la revista «Konst och Kultur» (1947), con Serrano Plaja y Dethorey

Una de las presencias que más llaman la atención el el número monográfico dedicado a España en agosto de 1947 por la revista comunista sueca Konst och Kultur, es la del cordobés Antonio Rodríguez Luna (Montoro, 1910–Córdoba, 1985).

Bajo el título de «Rodriguez (sic) Luna – en konstnär aktiv i frihetkampen» («Rodriguez Luna – un activista en la lucha por la libertad») se reproducen unas palabras suyas y dos de sus tintas chinas pertenecientes a los truculentos Dieciséis dibujos de guerra (Valencia, Nueva Cultura, 1937): Arkebusering på tjurfäktningsarenan i Badajoz («Fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz») y Alla med i kampen mot fascismen («¡Todos en pie frente al fascismo!»). Surrealismo barroco de carácter político. En su ciudad natal, Montoro, existe un Museo Antonio Rodríguez Luna.

Lo más lógico es que su presencia en esta revista sueca se debiera a la iniciativa de Ernesto Dethorey, que publica un extenso artículo titulado «Franco, den spanska kulturens dödgrävare» («FRANCO, el enterrador de la cultura española»). También se publica en sueco la traducción de un poema de Arturo Serrano Plaja, de su libro El hombre y el trabajo (Barcelona, Ediciones Hora de España, 1938): «Boktryckarna» («Los impresores»), en excelente traducción de Gunnar Törnqvist, que fue editor de la revista.

En definitiva, Dethorey en el ensayo, Rodríguez Luna en la plástica (también hay una página dedicada al Guernica de Picasso) y Serrano Plaja en la poesía son los nombres que en 1947 aparecen en este monográfico sueco contra el franquismo, probablemente motivado con la idea de hacer presión para que el régimen cayera tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo (1941) de Francisco Ayala

Francisco Ayala: El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo: estudio y selección de las «Empresas políticas» (Losada, 1941). P. 17:

por ser un español que vive en contacto con Europa, se puede rastrear bien en sus escritos la colisión y el íntimo contraste entre su ser de español y su condición de europeo

En realidad, lo que encuentra Saavedra Fajardo en Münster es el espíritu sueco, que admira. Dos penínsulas extremas de Europa se encuentran. Común ascendencia hidalga e igual situación histórica a mediados del siglo XVII. La herencia goda. Los suecos eran entonces hermanos y enemigos, afines en sangre y enfrentados en herejía. Esto atrae a los embajadores.

Las gafas de Jovinge

Francisco Espinosa cuenta en su libro La justicia de Queipo. Violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936 (2005) pormenores de la suerte de Torsten Jovinge en la Sevilla de 1936:

Pese a todo, es difícil resistirse a una hipótesis, Jovinge, con sus lápices y cuadernos, con su mirada inteligente y curiosa, suponía una auténtica provocación para los sublevados en general o para cualquiera de los fascistas que pululaban por el centro de la ciudad en los primeros momentos del golpe. Tan peculiar era lo que estaba haciendo Jovinge que ningún otro testimonio visual o escrito puede suplirlo. En este sentido el trabajo del pintor sueco en Sevilla se encuentra en la estela de Goya, cuya obra conocía sin duda. Sin quizás ser muy consciente estaba practicando periodismo de guerra, creyendo ingenuamente que su condición de extranjero, como si de un corresponsal se tratara, lo situaba al margen del conflicto.

El “delator” de sus últimas anotaciones se trata evidentemente de uno de los voluntarios que aquellos días indicaban a los golpistas a quien debían detener. La noche del 18 de Julio Jovinge escribe en su diario “Delator presente de nuevo. Se interesa él por mí? Parece evidente". Debió de ser en ese contexto, con motivo de algún encuentro con fascistas en las cercanías del hotel cuando el pintor fue corregido y amenazado. Quién sabe si no fue entonces cuando perdió boina y gafas, sin las que como escribió su hija en el catálogo casi no veía. A consecuencia de ello, imposibilitado, tanto para escribir como pintar, se refugió en el hotel. En algún momento del Domingo 19 fue localizado en el hotel y asesinado con una navaja barbera.

Enterada la Autoridad Militar y consciente del problema diplomático que podría derivarse del suceso, se controló el asunto designando un instructor con el único objetivo de que no surgiera problema alguno y de conseguir el visto bueno del Vice-Consulado.

Este, para quien el pintor no era más que un compatriota problemático y con deudas por toda partes, al que incluso habían propuesto poco antes que embarcara como indigente en un barco con destino Suecia, accedió pensando en que dada las circunstancias todo se olvidaría. Pero algo fue mal: la creciente fama del pintor llevó a la familia y a ciertos medios de comunicación a interesarse cada vez con más intensidad sobre la vida de Jovinge y sus últimos días, y en consecuencia las dudas aumentaron.

Faltó, eso sí, el Gerald Brenan, el Agustín Penón o el Ian Gibson que como en el caso de Lorca, agotaran todas las posibilidades de investigación. Es posible que a partir de los cincuenta, cuando viajó a España su esposa, una investigación bien orientada y siempre respaldada por otro país, hubiera dado sus resultados.

La narración de Espinosa es muy verosímil, aunque no existan pruebas. Jovinge era miope, lo que le hacía llevar unas gruesas gafas a todas partes, ya que, sin ellas, no podía hacer nada. Sin embargo, en el inventario de sus efectos personales que hizo el cónsul en Cádiz Jon Siljeström el 24 de julio de 1936, no están las gafas. La especulación de que un grupo de falangistas le quitaron las gafas antes de asesinarlo es una pura especulación, pero no debe andar muy lejos de la verdad.

De hecho, el inventario de sus efectos personales es este (Inventar over dödsboet tillhörende f. svenska undersaaten Per Torsten Jovinge, död som fölge av selvmord maandag middag 20 juli 1936 i Sevilla, Hotel Londres):

Otte (8) bloker tegninger / 8 bloques de dibujos
Niofyrti (49) malerier uten remme (akvareller) / 49 acuarelas
Fire (4) tegninger med ramme / 4 dibujos enmarcados
To traerammer / 2 marcos de madera
En pakke hvit tegnings-papir / Un paquete de papel de dibujo

Un brigadista sueco en «El pianista» (1986) de Manuel Vázquez Montalbán

Año 1936. Julio. París. Los personajes son Luis Doria, músico que busca el éxito y se relaciona con la crema de la intelectualidad parisina del momento; Albert Rosell, músico que busca perfeccionarse con algunos de los mejores maestros franceses, el apocado, el becario, el pobre, como dice el narrador de la novela: «hijo único, inversión musical del matrimonio de una peluquera y un dependiente de almacén de tejidos de la calle Trafalgar»; en medio de los dos, Teresa (novia de Doria, catalana de familia bien que estudia en París para llegar a ser cantante de ópera) y Larsen (un sueco que anda por la vida cultural de la capital francesa, que parece vivir de rentas y al parecer va a escribir un libro sobre Doria). P. 214:

Hablaba el castellano a sacudidas, como si compusiera las frases en una caja de imprenta mental y luego las depositase a la consideración del receptor, con una cierta timidez, en la duda del acierto.

Película de Mario Gas (España, 1998). Larssen es un hispanista sueco que prefiere luchar en la guerra civil española a volver a su país. Es un hombre fuerte, vital y apasionado: quizás por eso resulta tan gracioso. Habla un perfecto español pero termina diciendo la frase que, como profe de español, más he odiado en las despedidas.

https://twitter.com/Lenguascine/status/1407744945268707334

Hay didactización.

Moelk till spansk barn (1937)

Matteoti Fonden. 25 ore. Dinamarca.

La Fundación Matteotti se crea en Bélgica en 1924 para ayudar a los refugiados italianos. En 1933 se convirtió en la agencia de ayuda de la Federación Internacional de Sindicatos, también conocida como Fondo Matteotti, con el objetivo de ayudar a los refugiados socialdemócratas y sindicalistas de toda Europa.

Sven O. Andersson: Spanien väntar (1963)

Spanien väntar – Ett reportage («España espera». Estocolmo, Rabén & Sjögren, 1963), de Sven Olof Andersson (Estocolmo, 25.10.1923-18.09.1988), publicista y autor socialdemócrata.

La foto de cubierta es de Reijo Rüster. Las fotografías interiores son de Sten Didrik Bellander, Harry Dittmer, Rune Hassner, Marc Riboud, Reijo Rüster, y el propio Sven O. Andersson.

Este libro se publica en danés al mismo tiempo, algo común en la época: Spanien venter!: en reportage (overs. af Ove Abildgaard). København: Fremad, 1963, 109 s.

Reseña de S.G. en Clarté. Socialistisk kulturtidskrift (3/mayo-junio 1963, 45).

S. Lundgren: «Spaniens folkets barn. Hjälp de sårade Spanien» (1937)

Sello de S. Lundgren: Spaniens folkets barn. Hjälp de sårade Spanien («Hijos del pueblo español. Ayude a los heridos de España»).

Además este dibujo de Lundgren sirvió para el cartel de la Värmländsk Spanienvecka (3-10 octubre 1937) organizada por el Värländska Spanienkomittén de Säffle.

Peder Sjögren (1905-1966)

Fotografía de Anna Riwkin (1937) con dedicatoria.

Debido a su fascinación por España, Gösta «Peder» Sjögren (1905-1966) convenció a toda su familia para que se trasladara en 1932 a Burjasot, en las afueras de Valencia, por motivos económicos para fundar una granja de pollos.

Su hermano menor, Jan Sjögren (1904–1976) asumió la responsabilidad principal de la gestión de la propiedad; los padres y las hermanas ayudaron, mientras que Peder y la familia obtuvieron ingresos escribiendo series ilustradas para Dagens Nyheter.

Guerra de España (julio 1936-mayo 1937)

El estallido de la guerra lo encuentra a bordo del Río Sil en el puerto de Alicante, de camino a Marruecos. De allí sale para Albacete y acaba en Madrid alistándose como «miliciano voluntario» del lado frentepopulista, lo que describe en Bar barbar (Bárbaro desnudo, 1937), que se compone fundamentalmente de textos publicados en Dagens Nyheter, bajo el rótulo de Storm över Spanien (desde 4 agosto 1936 a 18 de febrero de 1937).

A principios de agosto de 1936, resultó herido en el frente de Somosierra 1. Desde el 4 de agosto de 1936 publica notas con la rúbrica «Storm över Spanien» en DN, firmando como «el artista» (konstnären) PS.

En febrero de 1937 ya está en Estocolmo. Su primera actividad pública es una conferencia titulada «Kampen om Madrid» (Stockholms Arbetareförening, Teknologgatan 5) el jueves 25 de febrero de 1937 (DN, 18 febrero 1937, 19).

Publica Bar barbar (marzo 1937) y el 20 de junio de 1937 se casa con la bailarina sueco-rusa Vera Alexandrova (1893-1968). Este matrimonio lo saca de la preocupación española y lo hace mirar hacia el Este de Europa. Trabajó en el orfanato de la Cruz Blanca en Älmhult y luego se involucró durante la Segunda Guerra Mundial en Kristidsnämnden en Estocolmo; como objetor de conciencia, pasó sus años como bombero y trabajador forestal.

El período español le proporcionó a Peder material para varias de sus novelas. Después de la guerra, se dedicó a su carrera como escritor, que, sin embargo, nunca tuvo el impacto que deseaba. En cambio, se mantuvo como autónomo para varias editoriales, con la traducción como su principal sustento. Su esposa Sara se convirtió en quien se aseguró de proporcionar a la familia una economía estable a través de su trabajo de tiempo completo. Jan se quedó en casa con los niños.

14 noviembre 1936, p. 1.

Cf. Rolf Yrlid: Till Madrid : tre svenskars närvaro under det spanska inbördeskriget. Bokförlaget Atlantis, 2006.

  1. Los demás miembros de la familia pronto tuvieron que regresar a casa, excepto Jan, que se quedó durante mucho tiempo con la esperanza de poder salvar la granja de pollos. Pero finalmente él también se vio obligado a regresar a Suecia y describió sus experiencias sobre los orígenes de la guerra en Valencia en un artículo similar a un thriller publicado en Dagens Nyheter (14/11 1936).