Archivo de la categoría: Guerra Civil

Torsten Billman y España

Este grabado se llama «Förbannelse över fascismen!» (¡Maldito sea el fascismo!) y es obra de Torsten Billman (1909–1989) y aparece en la antología I dag Spanien (Svenska hjälpkommittén för Spanien, 1939)

Litografía a color titulada Figurscen, bar Spanien (escena de bar en España):

Siri Derkert y España

Siri Derkert (Estocolmo, 1888-1973). Sus estudios en el extranjero incluyeron Francia, España e Italia. Trabajó en todos los materiales, era expresionista, además de cubista y fauvista en su estilo. Llegó a París en 1913, donde entró en contacto con el lenguaje visual cubista. Se conserva un Anteckningsbok från resa i Spanien (Cuaderno de viaje por España, c. 1921).

Barnmamorden i Spanien se publicò en la antología I dag Spanien (Svenska hjälpkommittén för Spanien, 1939)

En 1966 tenemos esta fotografía de 1966 (Anna Riwkin) en que se ve un cartel que tenía en su estudio.

Bocetos de Thor Fagerkvist para la Guerra Civil

El pintor sueco Thor Fagerkvist (1884-1960) se dedicó en buena medida al arte mural. En este sentido publicó en la antología I dag Spanien (Svenska hjälpkommittén för Spanien, 1939) un par de bocetos para lo que hubieran podido ser frescos en torno a la Guerra Civil española, bajo el título de Fascismen i Spanien.

Agnes von Krusenstjerna: Nunnornas hus (1937)

Nunnornas hus: dikter (La casa de las monjas, Holger Schildt, 1937) es el único poemario de Agnes von Krusenstjerna. Con dibujos de Stellan Mörner (1896–1979).

En el verano de 1934, Agnes von Krusenstjerna y su marido David Sprengel huyeron de Suecia y viajaron a España. En agosto, tras un fallido intento de suicidio, Agnes ingresó en una clínica católica del nervio en Málaga. Y fue aquí, en lo que ella llama la casa de las monjas, donde comenzó a escribir lo que se convertiría en su última suite de novelas 1.

En Nunnornas hus (1937) reseña su vida con las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, en su convento malagueño de la calle Casabermeja, agosto de 1934. El primer poema del libro es «Nunnornas hus för världens dårar» (casa de monjas para los tontos del mundo), y aparece después en la antología I dag Spanien (1939), como «Jag är i fängelse…».

Estoy presa.
Y el aire en sí, bálsamo saturado
con un olor a moho
de mal aliento del lugar,
donde los pobres de Málaga ruedan en las dunas.
Es la cárcel.
Delante de mi ventana hay una reja
primorosamente adornada contra un cielo azul brillante.
En la noche las estrellas centellean,
los carruseles giran,
la música crepita.
En la alegría de la cuadra se contornean señoritas de piel oscura
y el extraño gorgoteo de canciones andaluzas,
temblando de sonidos.
Incitan, suben y bajan en la noche.
Pero no son para mí,
ni para las otras enfermas.
Estamos atrapadas entre estos muros,
incrustadas durante los días de sol abrazador
o congeladas durante los escalofríos nocturnos.
La prisión se llena como un globo
repleto de los suspiros,
que se eleva por encima de un mundo hambriento
y animado.
¡El globo puede estallar!
Entonces lloverá azufre del cielo
hasta que la tierra se convierta en gris,
sobre las lágrimas de ceniza.

  1. Al comienzo de su novela Fattigadel (1935), Viveka von Lagercrona, de cuarenta años, una enferma mental es recluida en un convento de Málaga, custodiada por monjas españolas con rosarios tintineantes. Entre ataques de histeria escribe sus memorias, un revelador relato de su crianza en una familia noble durante las primeras décadas del siglo XX. Se trata de una novela autobiográfica de la autora. Durante el período de enfermedad en Málaga, von Krusenstjerna comenzó esta obra que vio como su gran venganza.

I dag Spanien (1939)

I dag Spanien: dikter och prosa : musik : teckningar. 61 páginas. 2 editions published in 1939. Svenska hjälpkommittén för Spanien.

Gunnar Ekelöf. «Kamrat»
Marika Stiernstedt. «En frivillig». Música de Gösta Nystroem.
Knuth Becker. «Till Demokratiets frivillige Helte»
Albert Viksten. «Han föll för oss alla…»
Eskil Bergen. «Epitafium»
Kjell Hjern. «In Memoriam»
Ingeborg Refling Hagen. «den internasjonale brigades kirkegard»
Helmer V. Nyberg. «Främlingsbrigaden»
Johannes Edfeldt, Harald Beijer, Elisabeth Högström-Löfberg, Artur Möller, Thorsten Jonsson.
Ivar Lo-Johansson. «En dag skall Spanien bli mycket lycklig!»
Nils Ferlin. «Här kommer ett skepp».
Arvid Mörne. «Nemesis divina»
Agnes von Krusenstjerna. «Jag är i fängelse…»
Bertil Gedda. «Slaget vid Guernica»
Josef Kjellgren. «Teruel»
Jan Fridegard. «Dröm under stöveln»
Margit Palmaer. «Spansk vaggvisa»
Olof Lagercrantz. «Rast»
Nini Roll Anker. «Spanias lemlaestede barn»
C.E. Englund. «Vid kanten av förintelsen»
Johannes Weltzer. «Aldrig skal det glemmes»
Erik Blomberg. «Madrid». Música de John Norrman.
A. Gunnar Bergman. «Den röda blomman»
Martin Andersen Nexö, Arnold Ljungdal, Ture Nerman, Moa Martinson, Harry Martinson, Eyvind Johnson, Henry Peter Matthis.
Nordahl Grieg. «Ved et Spanienmöte. Julen 1938»
Erik Lindegren. «Obesegrade»
Jakob Sande. «Send storm!»
Jörgen Block. «Vi drömde drömmar»
Gustaf-Adolf Nilsson. «Vart land..?»
Sekel Nordenstrand. «Trots allt»
Karl Östman. «I kval den förtryckte tänker»
Harald Herdal. «Menneskets fremgang»

Extractos de las memorias de Espoz y Mina en sueco (1825)

Francisco Espoz y Mina: Utdrag af general Minas lefverne, utgivet af honom sjelf («Extractos de la vida del General Mina, publicados por él mismo»), Öfversättning från spanskan af J. P. Wåhlin, legations-predikant i London [Stockholm, Samuel Rumstedt på A. Wiborgs förlag, 1825, 31 pp.]

Johan Peter Wåhlin (1786-1861) fue predicador y pastor de la legación en la Iglesia Sueca en Londres entre los años 1818 y 1830 y luego párroco en Vingåker.

El guerrillero Francisco Espoz y Mina (1781-1836) publicó sus memorias en cinco volúmenes en Inglaterra en 1825, donde luego se instaló. En realidad las memorias las escribió su mujer.

José Gaos en Estocolmo (1936)

A principios de diciembre de 1936, José Gaos viajó a Suecia y a Noruega por distintas gestiones diplomáticas. Los discursos que tuvo ocasión de pronunciar contienen una sugerente comprensión de los acontecimientos que se habían desencadenado en España.

Pese a tratarse de intervenciones oficiales, Gaos se declara obligado a ser “subjetivamente veraz”, no “objetivamente verdadero”. Y este espíritu de sinceridad se concreta en la comprensión de la guerra civil que ofreció tanto en la alocución de Gotemburgo ante unos 10.000 manifestantes (5 de diciembre de 1936), como en la posterior conferencia de Estocolmo.

El 8 de diciembre de 1936 dio una charla en la Viktoriasalen (Tunnelgatan 19B) de Estocolmo, invitado por el Spanienkommittén i Stockholm.

El esquema de comprensión que propone Gaos es el siguiente. Un supuesto o aparente pronunciamiento militar a la antigua usanza decimonónica, en que con poca fuerza un general obtenía mucho éxito a la hora de reorientar la acción política, resultó en realidad, de inmediato, en guerra civil de las fuerzas armadas contra la República y contra el pueblo. Pero esta peculiar guerra civil, en la que el gobierno constituido quedó desposeído del grueso de las fuerzas militares y policiales de violencia legítima, vino a su vez acompañada de una revolución; la veracidad de Gaos estriba en reconocer que ha tenido lugar una revolución, por más que no fueron los revolucionarios los destructores violentos del orden establecido. Pero como una tercera o cuarta derivación del acontecimiento, esta guerra civil con revolución está deviniendo a su vez, de manera creciente, en guerra internacional –en “guerra civil europea”, se ha dicho al cabo del tiempo. Y en el conflicto sólo la República combate por un régimen democrático y por la paz en el mundo. Tal esquema de interpretación en cuatro derivaciones: pronunciamiento-guerra civil-revolución-guerra internacional, se completaba con un análisis político también sobrio de los dos bandos en guerra: el autoritario e intransigente hasta el absolutismo, y el democrático, flanqueado por la revolución, con sus respectivos apoyos sociales. Gaos hallaba una fórmula típica de su genio conceptista: “España son dos Españas desunidas en una”.

Si hubiera que caracterizar un poco más de cerca esta toma de postura de Gaos en la guerra civil, podría recurrirse a un somero contraste con las grandes figuras contemporáneas del pensamiento filosófico español. En este cuadro orientativo, el Rector de la Universidad de Madrid quedaría situado junto a Joaquín Xirau, Decano de la Facultad de Filosofía de Barcelona. Ambos se apartaban por igual tanto de la exaltación revolucionaria de una María Zambrano como del silencio de Ortega, expresivo de su distanciamiento de la República.

En las intervenciones del año 36, y todavía más en las del año 37, el compromiso de Gaos con la victoria de la República es integral; el régimen republicano es el depositario de la convivencia cívica entre españoles, de los afanes de justicia social, del anhelo de renovación europeizadora, etc. Y esta adhesión a las instituciones republicanas no se dejaba tentar por nada parecido a una “razón armada”, según se expresaba Zambrano, que fuera capaz de transformar la realidad española. Gaos representaría, y con su actuación reivindicaría una suerte de centro político orteguiano que afirmaba su viabilidad aun en medio de la mayor precariedad.

Wenceslao Fernández Flórez y Escandinavia

La conquista del horizonte. Viaje por Galicia, Alicante, Andorra, Biarritz, Marruecos, Checoslovaquia, Escandinavia, Suecia, Dimanarca, Alemania, Bélgica, Holanda… (1932). Fernández Flórez simpatiza con el socialismo (especialmente con el nórdico), si bien desprecia cualquier forma de igualitarismo u obrerismo.

Wenceslao Fernández Flórez dice en O terror vermelho (1938) que no pudo salir de Madrid el 18 de julio de 1936 para Lisboa y luego para Escandinavia por el estallido del Alzamiento Nacional:

Entonces proyecté ir hasta Estoril, plácido y bello lugar, que encanta y no perturba, donde pensaba preparar unas conferencias ya contratadas con la Sociedad Hispano-Escandinava, para que fueran pronunciadas en Oslo, Estocolmo y Copenhague durante el mes de septiembre siguiente. Tenía ya en mi cartera el billete en coche cama para Lisboa, y debía salir el día siguiente. Muchas veces pensé después cuántos meses de angustia me costó un pequeño atraso de doce horas.

Por lo demás, en Una isla en el Mar Rojo la «mujer heroica» no es la española tradicional, novia del protagonista, sino una chica de padre español y madre escandinava que toma cócteles; al principio, el protagonista no se la toma muy en serio, pero al final es ella la que realmente está enamorada y se sacrifica por amor, no su novia española. Así la describe:

Tiene algo de exótico en su belleza: la disposición de los pómulos y las finas cejas un poco inclinadas hacia dentro, y el color del pelo, de un rubio blanco infrecuente en nuestras latitudes. Su madre, casada con un español, es escandinava. Erna y yo nos hemos conocido en la Sierra, en el placer de esquiar, al que ella se entregaba con un voluptuosos y atávico gusto de la nieve, envolviéndose en ella con los gritos y el braceo y el dinamismo de un baño de mar, impregnada de un atractivo nuevo y picante con su traje noruego y su gorro de lana y su boca roja en la que parecían haber entrado también los copos. ¿Sus años? No sé… ¿Quizá veinte?

En Svenska Dagbladet se publica una reseña de este libro («En spanjor ser på Sverige» -Un español mirando a Suecia-, 23.07.1933), en la que se puede leer:

«Un país bien regado», es la opinión que recibe Suecia. En ninguna parte parece que el escritor haya visto tan artísticas disposiciones de jardín ni macizos de flores tan cuidados. Por lo demás, en otros aspectos de un país tan cultivado -no hay analfabetos. Con tristeza, se entera de que un exitoso libro sueco se publica en muchos miles de ejemplares más de los que un autor español en circunstancias felices puede esperar.

En Saltsjöbaden, disfruta de la belleza de la vida bañista sueca y se pierde en un amor espontáneo y honesto por el agua. Pone en sus costumbres vinícolas en el restaurante Freden 1, bebe snap y se decepciona especialmente, cuando no consigue llevar una botella a casa de Madrid como muestra. Qué regulación tan extraña. Su cómplice no es el primer sueco que, frente a un extranjero, se documenta como humorista simplemente relatando hechos. Fläorez señala además que los restauradores suecos son buenos psicólogos, que entienden la importancia de construir un hotel en cada hermosa ensenada del lago.

  1. Se refiere al källaren Den gyldene freden (La paz dorada), en Gamla stan