Hauxine Harmens (1908-1936) era la mujer del cónsul de Finlandia. En la madrugada del miércoles 22 de julio de 1936, en el quinto piso del número 20 de la avenida Libertad, Hauxine, alarmada por aquellos primeros disparos que empezaban a resonar por las calles de San Sebastián, tomó la imprudente decisión de asomarse al balcón. Aquella decisión le iba a costar caro. Una bala traicionera fue a herirla en el vientre. Su situación era doblemente grave, pues estaba embarazada.
Pronto acudió en su ayuda una ambulancia. En ella viajaba un bombero para, precisamente, ayudar en el traslado de la mujer. Tras recoger a Hauxine, la ambulancia marchó a toda prisa con dirección a la Casa de Socorro, en la calle Easo con Larramendi, cerca del choque entre militares y anarquistas (Calles Urbieta y Larramendi).
En este preciso instante, la desgracia vuelve a cebarse con Hauxine: la ambulancia fue tiroteada. Una de las balas que atravesaron la parte trasera del vehículo, fue a herirla mortalmente en la boca. El bombero que la acompañaba solo recibió un rasguño en una oreja y la suerte de poder ver su guerrera agujereada por las balas sin mayores consecuencias. Nadie sabe de dónde partieron las balas que la asesinaron.
Tan pronto como llegó la ambulancia al benéfico establecimiento, el médico, tras ver que no podía hacer nada por Hauxine y contemplando el avanzado estado de gestación, decidió practicarle una cesárea en un intento de salvar al bebé. Fue inútil, la criatura moriría pocos instantes después de la operación.
Hauxine Harmens se convirtió oficialmente en la primera persona en ser atendida en la Casa de Socorro durante la batalla de San Sebastián y la primera víctima de la Guerra Civil en San Sebastián. Apenas contaba con 28 años. Su muerte, junto la sensación de inseguridad y el cierre de comunicaciones, hará que los extranjeros residentes en la ciudad empiecen a pensar en la evacuación.