Archivo del Autor: Emilio Quintana Pareja

Doce nudos culturales hispano-suecos (1950) de Francisco Elías de Tejada

El gran políglota y filólogo Francisco Elías de Tejada (Madrid, 1917-1978) dedica este libro a los profesores de la Universidad de Upsala Johan Nordström y Åke Malmström, «que gentilmente me invitaron a pasear por la Salamnca escandinava las vibraciones de la Uppsala española».

Francisco Elías de Tejada era catedrático de la Universidad de Salamanca. Cuadernos hispano-nórdicos 1. Publicaciones de la Asociación Hispano-nórdica (Salamanca). No sé que salieran más.

I. Coincidencia en Basilea. 1434. Alfonso de Cartagena y la postura nacionalista del arzobispo de Upsala Nicolás Ragvaldi.


II. Non bene pro toto libertas venditur auro. Tomás Engelbrekt, obispo de Strängnäs, y Cervantes.
III. Algunos textos hispanos en la Suecia del siglo XV. Convento franciscano de Estocolmo (actual Riddarholmkyrkan). Biblioteca del dominico Clemnes Rytingh. Hispanismo senequista en la Suecia del siglo XV (1676, edición de Séneca).
IV. Las Españas en Olaf Petri. Goticismo y contrarreforma. El Lutero sueco en la Storkyrka de Estocolmo.
V. Las Españas en Olaf Magnus. Un castellano en Suecia.
VI. Las Españas en Johannes Magnus. Humanista. Lo godo parte de Suecia.
VII. Suecia en Ambrosio de Morales. Goticismo.
VIII. Suecia en fray Gerónimo Román, O.S.A. Goticismo.
IX. Suecia en fray Juan de Pineda, O.F.M. Goticismo.
X. Saavedra Fajardo y Suecia. Respeto hidalgo a los suecos. Su traductor sueco es J. G. Sparwebdfeldt (1694).
XI. El rudbeckismo: Suecia, Cuba y la Atlántida. Olaf Rudbeck. Atland eller Manheim (1679).
XII. Suecia en un poeta gallego: Cernadas. Siglo XVIII. «Si más fría que Stokolmo / es esta tierra de aquí, /pedirme peras a mí / es pedir peras al olmo».

Recuerda la Plaza Mayor de Salamanca bajo los árboles de Odinslund.

Los vecinos de Federica Bremer

La escritora sueca Fredrika Bremer (Åbo, 17 de agosto de 1801 – Årsta, 31 de diciembre de 1865) tuvo cierta recepción en España. La primera traducción que le conozco es la de dos relatos (“Las hijas del presidente” y “La familia H.”) que publica en 1856 en La Esperanza R. de Puget, que declara que traduce directamente del sueco.

En 1859 aparece en Madrid Los vecinos. Cuadernos de la vida privada, con edición también en Sevilla (Imprenta de la Andalucía) en dos tomos.

Esta obra se vuelve a publicar en 1883 en París (Corbeil-Cret. Trad. Faustina Sáez de Melgar).

Panacheserien y la literatura española

Esta colección pretende recoger la mejor narrativa europea posterior a la guerra mundial. Destacan como traductores del español Kjell A. Johansson y Ulla Roseen.

1950. Lorca. Vistelse på jorden. A. Lundvist.

1960. Ángel María de Lera. Skräckens trumpeter. Lorenz van Numers (básicamente traductor del francés: 1913-1994). Hará Goytisolo después.
1963. Borges. Biblioteca de Bsle. Sun Axelsson y Marina Torres.
1964. Ana María Matute. Fiesta i nordväst. Åsa Styrman.
Moderna spanska noveller. Sonja y Kjell A. Johansson.

1979. Alejo Carpentier

Modernamente apuestan por el argentino Juan José Saer y por Javier Marías.

Las gafas de Jovinge

Francisco Espinosa cuenta en su libro La justicia de Queipo. Violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936 (2005) pormenores de la suerte de Torsten Jovinge en la Sevilla de 1936:

Pese a todo, es difícil resistirse a una hipótesis, Jovinge, con sus lápices y cuadernos, con su mirada inteligente y curiosa, suponía una auténtica provocación para los sublevados en general o para cualquiera de los fascistas que pululaban por el centro de la ciudad en los primeros momentos del golpe. Tan peculiar era lo que estaba haciendo Jovinge que ningún otro testimonio visual o escrito puede suplirlo. En este sentido el trabajo del pintor sueco en Sevilla se encuentra en la estela de Goya, cuya obra conocía sin duda. Sin quizás ser muy consciente estaba practicando periodismo de guerra, creyendo ingenuamente que su condición de extranjero, como si de un corresponsal se tratara, lo situaba al margen del conflicto.

El “delator” de sus últimas anotaciones se trata evidentemente de uno de los voluntarios que aquellos días indicaban a los golpistas a quien debían detener. La noche del 18 de Julio Jovinge escribe en su diario “Delator presente de nuevo. Se interesa él por mí? Parece evidente". Debió de ser en ese contexto, con motivo de algún encuentro con fascistas en las cercanías del hotel cuando el pintor fue corregido y amenazado. Quién sabe si no fue entonces cuando perdió boina y gafas, sin las que como escribió su hija en el catálogo casi no veía. A consecuencia de ello, imposibilitado, tanto para escribir como pintar, se refugió en el hotel. En algún momento del Domingo 19 fue localizado en el hotel y asesinado con una navaja barbera.

Enterada la Autoridad Militar y consciente del problema diplomático que podría derivarse del suceso, se controló el asunto designando un instructor con el único objetivo de que no surgiera problema alguno y de conseguir el visto bueno del Vice-Consulado.

Este, para quien el pintor no era más que un compatriota problemático y con deudas por toda partes, al que incluso habían propuesto poco antes que embarcara como indigente en un barco con destino Suecia, accedió pensando en que dada las circunstancias todo se olvidaría. Pero algo fue mal: la creciente fama del pintor llevó a la familia y a ciertos medios de comunicación a interesarse cada vez con más intensidad sobre la vida de Jovinge y sus últimos días, y en consecuencia las dudas aumentaron.

Faltó, eso sí, el Gerald Brenan, el Agustín Penón o el Ian Gibson que como en el caso de Lorca, agotaran todas las posibilidades de investigación. Es posible que a partir de los cincuenta, cuando viajó a España su esposa, una investigación bien orientada y siempre respaldada por otro país, hubiera dado sus resultados.

La narración de Espinosa es muy verosímil, aunque no existan pruebas. Jovinge era miope, lo que le hacía llevar unas gruesas gafas a todas partes, ya que, sin ellas, no podía hacer nada. Sin embargo, en el inventario de sus efectos personales que hizo el cónsul en Cádiz Jon Siljeström el 24 de julio de 1936, no están las gafas. La especulación de que un grupo de falangistas le quitaron las gafas antes de asesinarlo es una pura especulación, pero no debe andar muy lejos de la verdad.

De hecho, el inventario de sus efectos personales es este (Inventar over dödsboet tillhörende f. svenska undersaaten Per Torsten Jovinge, död som fölge av selvmord maandag middag 20 juli 1936 i Sevilla, Hotel Londres):

Otte (8) bloker tegninger / 8 bloques de dibujos
Niofyrti (49) malerier uten remme (akvareller) / 49 acuarelas
Fire (4) tegninger med ramme / 4 dibujos enmarcados
To traerammer / 2 marcos de madera
En pakke hvit tegnings-papir / Un paquete de papel de dibujo

Un brigadista sueco en «El pianista» (1986) de Manuel Vázquez Montalbán

Año 1936. Julio. París. Los personajes son Luis Doria, músico que busca el éxito y se relaciona con la crema de la intelectualidad parisina del momento; Albert Rosell, músico que busca perfeccionarse con algunos de los mejores maestros franceses, el apocado, el becario, el pobre, como dice el narrador de la novela: «hijo único, inversión musical del matrimonio de una peluquera y un dependiente de almacén de tejidos de la calle Trafalgar»; en medio de los dos, Teresa (novia de Doria, catalana de familia bien que estudia en París para llegar a ser cantante de ópera) y Larsen (un sueco que anda por la vida cultural de la capital francesa, que parece vivir de rentas y al parecer va a escribir un libro sobre Doria). P. 214:

Hablaba el castellano a sacudidas, como si compusiera las frases en una caja de imprenta mental y luego las depositase a la consideración del receptor, con una cierta timidez, en la duda del acierto.

Película de Mario Gas (España, 1998). Larssen es un hispanista sueco que prefiere luchar en la guerra civil española a volver a su país. Es un hombre fuerte, vital y apasionado: quizás por eso resulta tan gracioso. Habla un perfecto español pero termina diciendo la frase que, como profe de español, más he odiado en las despedidas.

https://twitter.com/Lenguascine/status/1407744945268707334

Hay didactización.

Fröken Rosita eller Blommornas språk

Fredag 25 augusti 19.03

Fröken Rosita eller Blommornas språk av Federico Garcia Lorca.
Översättning: Karin Alin, Hjalmar Gullberg.
Radiobearb: Hjalmar Gullberg.
Med bl a: Annika Tretow, Sven Miliander.
Musik: Lille Bror Söderlundh.
Regi: Bengt Ekerot.
Om en kvinnas liv, kärlek, ensamhet och annalkande död, allt översatt till blommornas språk. En uppsättning baserad på Bengt Ekerots legendariska föreställning på Göteborgs Stadsteater.
(Från 1952. Repris 27/8 20.03, 3/9 00.05)

Efter föreställningen: Poeten vid pianot.
Federico Garcia Lorca ackomanjerar. Ett program av Stefan Johansson från 1994.

Första framförande Göteborgs stadsteater 1951
Originaltitel: Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores
1935
Delvis tryckt i: Hjalmar Gullberg: Den heliga vägen och andra tolkningar av främmande lyrik, Stockholm, Norstedt, 1949
Sänd i radio 6/7 1952, i TV 9/12 1960, 28/7 1961

http://sverigesradio.se/sida/artikel.aspx?programid=965&artikel=882288

Maria Kousnezowa i Spansk dans (1919)

Maria Nikolaevna Kuznetsova (Odessa, 1880-1966) fue cantante de ópera y bailarina. Antes de la revolución trabajó con Richard Strauss, Nikolai Rimsky-Korsakov y Jules Massenet. Formó parte de la gira de los Bailes Rusos de Sergei Diaghilev.

Huyó de los bolcheviques vestida de grumete y escondida dentro de un baúl a bordo de un barco que iba a Suecia. Uno de los elementos de su repertorio en esta época eran los bailes folclóricos españoles y el flamenco. Su primera actuación en el exilio fue con la Ópera de Estocolmo en 1919. Esta postal está fechada en Helsingborg el 27.05.1919. El texto es anodino:

Käre Otto. En god fortsättning på midsommar. Vi går inte ifrån våra goda vanor, som du ser. Linder hälsar att han skall sända korten snart, men han har så oerhört mycket att göra. Kära hälsning -Tusse.

¡Esas suecas…! (Dossier X, 11, 1984)

¡Esas suecas…! (Dossier X, nr. 11, 1984)

Según recoge Sasha D. Pack en el libro La invasión pacífica, los tebeos suecos de la época solían presentar la situación con un enfoque más vikingo: «Tras ser cortejadas por hombres con bigote y piel aceitunada, las jovencitas suecas regresan al hogar con un rubio compatriota».