Archivo del Autor: Emilio Quintana Pareja

Alonso de Castillo Solórzano: «La quinta de Laura» (1649)

La quinta de Laura es una colección póstuma de novelas cortas de Alonso de Castillo Solórzano, el autor de relatos breves más prolífico del siglo XVII. Compuso cincuenta y seis novelas cortas que se publicaron, de forma casi ininterrumpida, entre 1625 y 1649. Su abundante producción le convierte en uno de los representantes más significativos del género en España.

Siguiendo el modelo del Decamerón de Boccaccio, La quinta de Laura reúne a la hija del conde Anselmo y a sus damas de compañía que la entretienen narrando por turno una historia. Sus relatos, tan amenos como diversos, ofrecen una imagen variada de la feminidad, alternando las representaciones estereotipadas y convencionales con otras que se alejan del modelo vigente en la
sociedad española del Siglo de Oro.

En el relato «La inclinación española», se narra el conflicto dinástico armado -tras la muerte de Éric XIV- por el trono de Suecia entre el destronado Segismundo (de allí el nombre del héroe de La vida es sueño), aún rey de Polonia -desterrado de Suecia en su infancia- y su tío paterno Carlos, entonces rey de Suecia, que había usurpado el trono apoyándose en argumentos religiosos (Segismundo, retoño de Juan III y Catalina de Jagellón, era de familia católica y medio polaco). A pesar de que a Carlos IX se le trata de «rey de Suecia» en la novela, es presentado como hereje, usurpador y caudillo del ejército enemigo, instando al lector a tomar, como los protagonistas polacos y españoles, el partido del legítimo heredero injustamente destronado. Pero lo más contundente es que se trata de una novela en clave (roman à clef), en que el personaje llamado Carlos es un joven oficial castellano (¡bautizado en honor a Carlos V!), mientras el «rey de Suecia» enemigo, el hereje usurpador, atiende por Floriseo, y, en una escena de obvio cumplimiento de deseos, es hecho prisionero de los buenos polacos (ya que ni a Carlos IX ni a su hijo mayor Gustavo Adolfo les sucedió este percance). El príncipe heredero sueco no se llama Gustavo Adolfo, sino Felisardo, y es el falso héroe que, a la par que su padre usurpa el trono de Suecia, Felisardo se hace con la identidad de Carlos y con su prometida la infanta polaca, y goza de honras ajenas (de tal palo tal astilla):

Continuóse la guerra, y por no ser largo en referirla por menudo, digo que la última
batalla que se dio, que fue la campal, habiendo peleado los reyes por sus personas, vio el de
Polonia hacer hechos portentosos Carlos. Hallóse el Rey sin caballo, que se le habían muerto, y él apeándose del suyo se le dio, y a fuerza de armas cobró otro, con que se metió por lo más peligroso de la batalla, hiriendo y matando a cuantos topaba hasta llegar a encontrarse con el estandarte real del rey de Suecia, que iba cerca de él; allí, ayudado de solo su valor, se entró por lo peligroso de las armas, y pudo prender al rey Floriseo de Suecia, encomendándole a cuatro soldados que eran de su compañía, y él yendo delante haciendo con su espada lugar hasta que le dejó en puesto seguro en una tienda de su maestre de campo. La batalla tuvo fin con la muerte del rey de Dinamarca, con que el ejército se desbarató y puso en huida, siguiendo el alcance lo que duró el día la gente del Polaco. Con esto se retiraron los de Polonia, y el maestre de campo, a quien se entregó el rey de Suecia preso, quiso ganar las gracias con lo que Carlos había peleado a costa de su sangre; y así, tomando al Rey en su compañía, le llevó a la tienda del de Polonia y se le presentó, diciendo que él por su persona le había preso.
Llegó a besar la mano al Rey, el cual le echó los brazos al cuello, diciendo:
—Bien sea venido el nuevo Aquiles de mi ejército; llegad, Carlos, que así me dicen os
llamáis, que quiero honraros con el cargo que vuestro maestre de campo ha perdido por
ambicioso, pues deseaba quitaros la gloria que vos merecisteis a costa de vuestra sangre, por

haber preso al rey de Suecia; este os doy con cuatro mil escudos de renta.
No permitió el Rey que el de Suecia se alojase fuera de su tienda, y así le tenía en su
compañía, siendo este agasajo algún consuelo para la pena de su prisión. En dos sillas estaban sentados los reyes cuando acertó a venir a la tienda Felisardo, el cual, mientras duró la batalla, ahorrándose de peligros, se había retirado fuera de ella, y desde el lugar que escogió para seguro de su persona vio toda la refriega, y ahora venía entre la tropa de la gente a ver al Rey; pues como entrase en la tienda acertó a poner en él los ojos su padre el de Suecia, el cual, sin poderse contener, se levantó con los brazos abiertos, y se fue para su hijo, diciendo:
—Felisardo mío, en buen hora te vean aquí mis ojos, que tanto han sentido tu ausencia, y
el no saber dónde estabas.
No pudo Felisardo huir el cuerpo a este impensado suceso, y así toda su máquina dio en
tierra, con pedirle al Rey su padre la mano y besársela. Novedad se le hizo al Rey ver el favor
que el de Suecia hacía al que tenía por Carlos, caballero de su corte; y así le preguntó que de
dónde conocía a Carlos.
—A Felisardo dirá vuestra alteza —dijo el sueco—: conózcole de que es el heredero de
mis estados y príncipe de Suecia.
Volvió el polaco con esto al príncipe, y díjole:
—¿Vos no sois Carlos el que yo tuve recluso en una cueva?
—No, Señor, dijo Felisardo, si bien es verdad que en esa cueva me retiré temiendo ser
conocido en vuestra corte, por las diferencias que entre vuestra alteza y mi padre había.
Cenaron los dos reyes y el príncipe Felisardo juntos…
Después vi que el venir a la guerra lo hizo de mala gana, antes procuraba excusarlo
con pedirme el oficio de alcaide de mi alcázar. Aquí sé cuan mal ha probado, pues en esta
batalla última me han informado que infame y encogidamente se retiró de pelear, cuando
todos hicieron su deber en mi servicio. Este joven que he tenido por Carlos ha parecido ser
Felisardo, príncipe de Suecia; él me ha dicho que salió del encerramiento de Carlos, y por no
ser conocido se valió de la astucia de ser tenido por él. A mí bien me pudo engañar, que nunca vi a Carlos, más a ti no puede ser. Yo deseo salir de esta confusión, y para eso te he enviado a llamar. Pues estamos solos, dime la verdad de lo que en esto sabes con claridad, porque de no lo hacer, no tienes segura tu cabeza.
Llevóse (el rey polaco) al rey de Suecia y a su hijo Felisardo consigo, teniéndolos en su
corte en forma de presos, sin salir de un cuarto de su palacio, que era no poca pena para
Felisardo, porque estaba muy deseoso de galantear a la hermosa Sol, con quien deseaba casar, y así le había dado de esto parte al Rey su padre.
En medio de estas felicidades fue el cielo servido de querer llevarse al rey de Polonia.
Dióle una enfermedad en tiempo que los reyes de Dinamarca y Suecia trataban de medios de
paz. Esta se hacía con ofrecerle feudo cada año, y así se concertó. Tenía el enfermo Casimiro
noticia de cuan gran soldado era el rey de Dinamarca, y también la tenía del encogido ánimo
del príncipe de Suecia, y así escogió al primero para yerno suyo, casándole con la segunda
hija; esto dispuso hacer, aunque no lo publicó hasta que vio que su mal se aumentaba,

manifestando los médicos que estaba muy de peligro.
A todo esto no le replicó vasallo, antes todos con mucho gusto se holgaron tener a Carlos
por su rey, el cual, besando la mano a Casimiro, dio la mano a Sol, desposándolos el
arzobispo de Cracovia, que se halló presente: lo mismo hizo el de Dinamarca con Claudomira, y Felisardo con Clarista, que fueron llamados allí para este efecto, estando de ello muy gustoso el rey de Suecia. Apretóse el mal del polaco, con que murió dentro de tres días; hiciéronsele suntuosas exequias, y acabadas, fueron luego jurados por reyes de la Polonia Carlos y Sol, con que los lutos se convirtieron en fiestas; los demás señores se fueron a sus retiros con sus esposas, donde vivieron con mucho contento, y Carlos mucho más, que fue muy valeroso rey.

Nordahl Grieg : «Til Ungdommen» (1936)

El poeta noruego Nordahl Grieg (1902-1943) compuso «A la juventud» en septiembre de 1936 influido por el estallido de la guerra civil en España. Un clásico noruego.

Autor de un folleto de 32 páginas bajo el título de Hos skandinaver vid fronten (Stockholm: Sv. kommunist. ungdomsförb, 1937).

ADN-ZB/Archiv
Nationalrevolutionärer Krieg des spanischen Volkes vom 18.7.1936 bis 2.4.1939/ Internationale Brigaden
Der Schriftsteller Ludwig Renn, Chef des Stabes der XI. Internationalen Brigade im spanischen Freiheitskampf, Kommandeur des Thälmann-Bataillons 1936/37 (rechts) mit dem norwegischen Dichter Nordahl Grieg (Mitte) der 1937 in Spanien kämpfte.

Luis A. de Cuenca y el mundo escandinavo

Oposición básica oscuridad-luz de Juan José Lanz (prólogo a su edición de L. A. de C.) en torno al contraste entre la estética nocturnal y la diurnal (adaptando términos e ideas de Gilbert Durand).

Luis Alberto de Cuenca, «La chica de las mil caras». Elsinore (1970-71)

Todo tu cuerpo es un inmenso brote de espinas,
pero las aves siguen comiendo en tus manos
y cantan en el bosque como si nada.
Por las noches me enseñas el universo:
hoy han sido las costas de Islandia,
la Edda de Snorri y la promesa de Winland.
Como tu cuerpo está erizado de agujas,
necesito almohadones para amarte;
luego despierto enganchado a tus labios,
cuando el sol es un punto negro en el cielo.
Si hablas, tu voz es una cascada
que arrastra cadáveres y policías de uniforme.
Hablas en verso, como Ovidio y Lope,
como el precoz escaldo Egil Skallagrimsson.
A veces te interrumpo. Tus besos llevan oro,
como las Noches de Stevenson o de Mardrus.
Son algo tan brillante. Como una nueva infancia.
No sé si tu destino es catalogar manuscritos,
si has sido bibliotecaria en Alejandría.
Un día vi cómo perseguías a un jabalí en Dordoña
(esa noche soñé con el Monarca Oscuro).
Podría hacerte un lecho de lirios o de rosas,
aunque preferiría cubrirte de alacranes.
Luego descifraríamos papiros mágicos y emblemas.
No sé cómo decirte lo mucho que te amo.
Hace siglos que desaparecieron los torneos.
Jesús sigue muriendo cada día. Hasta cuándo.
Pero Clodoveo decía que el Gólgota no sería famoso
si él hubiese estado allí, en Jerusalén, con sus francos…

Antes leíamos novelas bizantinas, escuchábamos discos,
no encendías jamás la luz en el desván.
Me parecía haber vivido dos veces los momentos
y bebía del suave terminarse de tus ojos.
Algunos dioses se nos antojaban ridículos:
Júpiter, por ejemplo, todos los que mandaban.
Pero las ninfas de las fuentes, los elfos, los dragones,
Mae West y Miriam Hopkins compensaban la perdida.
Hacer versos, nadar, dar de comer a un pájaro,
ejercer de sportwoman como Diana Palmer.
Buscábamos tesoros en el jardín de tus abuelos,
bajo ese sol de Heráclito que sigue sin ponerse,
con una Jolly Roger ceñida a la cintura,
saqueando glorietas y naufragando en la piscina.

Y ahora que está aquí, mi amor,
tú que eres todas las mujeres,
no sé si voy a ser capaz
de recordarte y recordarme.
Todos vivimos, a la postre,
en una especie de prisión
de la que no podemos salir,
en la que nadie puede entrar.
Pero consta en el Libro Único
que, a pesar de espinas y agujas,
nos amamos alguna vez
y nos amaremos tú y yo.

GUDRÚNARKVIDA
Vinetas El otro suevbo 1987

Carmen en estos casos se supera.
Se dispone a sufrir sin una lágrima.
No se golpea el pecho con la manos,
ni gime, ni los ojos se le nublan.
A su lado se sientan sus amigas,
todas muy maquilladas, con modelos
exclusivos y oscuros, lamentando
la muerte de Ricardo entre sollozos,
Carmen está tan triste que no llora.
Tanto dolor le sube a la cabeza
que no sabe qué hacer para alojarlo.
Mientras, María rompe el fuego y dice:
«No sé si va a servirte de consuelo,
pero he sufrido mucho en esta vida.
Mi familia murió en un accidente
de coche, en pleno estado de embriaguez:
mis dos maridos, hijos, hijas, todos.
Me he quedado solísima en el mundo».
Como Carmen seguía sin llorar,
habló Julia, la de ojos transparentes,
y entre lágrimas dijo estas palabras:
«Más he sufrido yo. Mis siete hijos
murieron peleándose entre ellos
y mis padres se ahogaron en la playa
el verano pasado, uno tras otro.
Yo sola preparé los funerales
y encargué las guirnaldas de sus tumbas.
Para mí ya no existe la alegría».
Marta la triste habló, sumida en llanto:
«A mí me odia Fernando, pero teme
quedarse sin dinero si me deja.
Sale con una chica, últimamente,
que no ha cumplido aún los veinte años.
Me obliga a descalzarla cuando viene
y a servirle en la cama el desayuno.
¡No puedo más de fiestas y de drogas
y de esa horrible gente de la noche!»
Pero Carmen no llora. Se levanta,
quita la tela que cubría al muerto,
ve el pelo enmarañado por la sangre,
ve los brillantes ojos apagados,
ve el pecho roto, las mejillas frías,
los labios negros y los pies blanquísimos,
ve el despojo que ayer fuera Ricardo.
Y Carmen ya no puede seguir viendo.
Cae hacia atrás, como si aquello fuese
a desaparecer si no lo mira,
y sus amigas corren a atenderla.
Y cuando su cabeza se refugia
en un cojín que apunta al cielorraso,
no puede evitar Carmen que una lágrima,
una caliente lágrima de amor,
resbale de sus ojos.

Luis Alberto de Cuenca: Sonja la roja, El otro sueño (1987)

Los querías tanto a los héroes,
tanto soñabas con sus compañeras,
que te parecía imposible
que fuesen sólo emblemas o símbolos
para explicar el mundo.
¡Cómo quisieras que tuviesen ojos,
labios y dientes, piernas, brazos!
Y, sobre todos, ella,
la que viene de lejos para velar tu sueño,
la que triunfa y se marcha,
Sonja la Roja, la rival de Conan.

Dinamarca vía Hamlet aparece varias veces en su obra: Elsinore. “Beowulf en Dinamarca”, en Sin miedo ni esperanza, o “Memorabilia”, en La vida en llamas.
Noruega vía Ibsen y su Peer Gynt (Scholia).
Suecia a través de Esaías Tegnér (al comienzo de Museo, en torno al concepto de claridad) y alguna referencia a Bergman.

Brilla la luz del Norte en el vacío
donde estuvo tu vida, aquella luz
que soñaste en los libros, y un helado
viento polar azota con violencia…

Irene Fryberg de Amorós (1898) en Mallorca

Lily Runnström e Irene Fryberg en El terreno, carrer Bonanova 46, Palma de Mallorca, años 60.

Irene nació en Estocolmo el 25 de octubre de 1898. Hija de Carl Emil Fryberg y Signe Anna Maria Nyrén. Madre e hija participaron como enfermeras en la guerra civil finlandesa. Su padre fue tras la Gran Guerra el cónsul de Suecia en Palma. Residían en la casa de damunt S’Aigo Dolça, finca de’s capità Serena, convecinos de Ca sa Madoneta (en la actualidad Hotel Alcina, los primeros y la segunda, actual edificio de Sa Caleta).

Irene fue pintora y traductora. Lo mismo en Palma como en El Terreno, desde las familias Semir y Morey hasta Ca’n Sanxo, se abrieron las puertas a la familia de par en par, empezando por el «Círculo Mallorquín». Supieron aclimatarse a la singular idiosincracia de la isla y por ello fueron sumamente respetados.

Irene se casó con un señor de apellido Amorós, con el que tuvo una hija antes de 1928: Antonia María Amorós Fryberg. Irene Fryberg fue una de las primeras mujeres en volar en aeroplano en Mallorca, a bordo del Savoia S-9 del piloto italiano Umberto Guarnieri, de la S.I.A.I.

Majorica (1924-1926)
Revista mensual ilustrada. Imp. de J. Marqués Arbona, Sóller (Mallorca). Irene Fryberg colaboró en la sección de arte durante su existencia dos años aproximadamente, construyó la portada de la misma. Consistía en un hermoso jarrón conteniendo un puñado de rosas y por fondo un lienzo de «roba de llengües».

  • Majorica, nr. 11 (octubre 1924). 32 p Cubierta ilustrada con bello diseño de Irene Fryberg.
  • Majorica, nr. 16 (marzo 1925). 32 p Cubierta ilustrada con bello diseño de Irene Fryberg y Rosselló Gil.
  • Majorica, nr. 17 (abril 1925). Especial dedicado a Manacor. Cubierta ilustrada con bello diseño de Irene Fryberg.
  • Gertie (1926)
    Un cierto día de otoño, los Fryberg recibieron en Palma la visita de una grácil y linda sueca de Estocolmo, hija de un importante editor, Gertie. El poeta Ernesto Dethorey, al conocerla, no pudo resistir enamorarse. Se casaron poco después.

    Traducciones (1958-1961)

    Guide över Mallorca de Jaime Escales Real. 6 ediciones entre 1958 y 1980.

    Bartolome Ferra i Perelló: Chopin och George Sand på Mallorca. Med ett fragment ur «George Sands Minnen». Palma de Mallorca. 1961.

    Tres ediciones entre 1961 y 1974.

    Artículos.

    Obra artística

    Irene Fryberg: Sol y sombra. Palma, 1923.

    Sobre Palma-Estocolmo, 1922

    El fallido Nobel de Josep Carner (1962)

    En 1962 un grupo de personalidades catalanas, empujadas por la valía extraordinaria de la obra de Josep Carner Puig-Oriol (Barcelona, ​​1884-Bruselas, 1970), pero también por la convicción de la importancia que tendría un premio Nobel para dar a conocer la literatura catalana, promovieron su candidatura al premio Nobel de literatura. Nominaciones de Antonio Badia Margarit, A Duran-Sanpere y G Schiffauer.

    No era la primera vez que se presentaba un candidato: a principios de siglo había sido promovida la figura de Àngel Guimerà, en una candidatura conjunta con Frederic Mistral, que no tuvo éxito –a última hora y por presiones externas Guimerà fue sustituido por José de Echegaray, al que se otorgó, ex aequo con Mistral, el premio en 1904.

    En esta ocasión, para reforzar la candidatura de Carner se emprendieron diferentes iniciativas, entre las que cabe destacar la propuesta de adhesión a la candidatura enviada a profesores universitarios de literatura y crítica literaria -que alcanzó un número extraordinariamente elevado de participantes-, y en diferentes entidades y personalidades ligadas a la cultura catalana. La candidatura coincidió en el tiempo con una propuesta de nombramiento como miembro del gobierno republicano en el exilio, que Carner declinó.

    A pesar del fuerte apoyo catalán e internacional, la candidatura no tuvo éxito –entre otras razones por presiones externas y por algún informe negativo de un correspondiente español– y el Nobel de 1962 fue otorgado a John Steinbeck. La candidatura de Carner volvió a presentarse durante los años siguientes, pero con menos empuje. Posteriormente habría otras tentativas –Salvador Espriu, J.V. Foix, Joan Vinyoli…– pero la de Carner ha sido probablemente la más sólidamente estructurada.

    Pese a que la campaña pro Nobel fracasó, la iniciativa sirvió para hacer más conocida la obra carneriana fuera de Catalunya. Con este fin se publicó una antología de su obra, Choix de poèmes (1962), con traducciones al alemán, inglés, castellano, francés, italiano, neerlandés, portugués, provenzal y el sueco. Poco después, también se editaban las traducciones de la plaquette Lligam en versiones italiana (Legame, 1963) y rumano (Legatura, 1964). Al mismo tiempo se publicaban en francés las obras de teatro Coup de vent (1963; en catalán Cop de vent) y L’Ébouriffé (1963; en catalán El Ben Cofat y el otro, adaptación a la vez de la versión original que el mismo Carner había escrito en castellano, El misterio de Quanaxhuata).

    El fondo Carner de la Biblioteca de Cataluña conserva una buena muestra de la documentación que se recogió a fin de apoyar la candidatura: notas a la prensa, resumen de las actividades, listas de personalidades e instituciones que apoyaron la candidatura, cartas al poeta y ajena relativas al Nobel… y, sobre todo, mucho material de trabajo para preparar las ediciones de las traducciones a varias lenguas de su obra, que ha permitido que sea uno de los poetas más traducidos a otras lenguas.

    Bibliografía
    Biblioteca de Catalunya: "Carner y el Nobel, una campaña que no exitoso". 17/10/2013

    Dan Nosell: "La campanya en favor del premi Nobel a Josep Carner". Revista de Catalunya, Extra 7, 2020 (Ejemplar dedicado a: Vigència de Josep Carner), págs. 200-216.

    Joan Ramon Veny Mesquida: «Joan Colomines i la campanya pro Nobel a Josep Carner», La literatura catalana i el premi Nobel. I Jornada Internacional, Centre for Estudis Catalans – Queen Mary University of London, University of Glasgow i Institut Ramon Llull [en línia] (14 de setembre de 2021)

    Matthias Palbitzki en Madrid (1651)

    Matthias Palbitzki (23 de diciembre de 1623, 20 de octubre de 1677 en Julita, Södermanland) fue un diplomático sueco y connoisseur de artes. Fue muy conocido por sus habilidades diplomáticas y en 1675 fue ascendido a Barón Sueco.

    Se cree que Palbitzki nació en Słupsk, donde su padre Georg Matthias Palbitzki fue el alcalde de un Distrito de Pomerania. Desde 1630 fue enseñado por tutores privados y asistió en 1637 a la Academia de Gimnasia Danzig. por la continuidad de la Guerra de los Treinta Años en Pomerania, que también impactó los estados donde residía la familia, en 1640 su madre lo envió a la Academia de Sorø. En 1642 junto a su hermano fue en un recorrido a la República Holandesa y a Francia para ingresar en servicio militar. Ya estando en Hamburgo conoció al Comandante Gustaf Horn, que lo convenció de servir a Suecia y lo llevó a Estocolmo. Matthias Palbitzki se convirtió en el Valet de chambre o Hofjunker de Cristina, Reina de Suecia. En 1643 fue un ensign de la guardia y el mismo año fue promovido a Capitán de Corbeta. En 1645 el continuó su gran recorrido a través del oeste y el sur de Europa, por Egipto, Grecia y Constantinopla. En su viaje de regreso permaneció casi un año en Roma y luego viajó a través de Suiza y Francia hasta llegar a Suecia. Al llegar en octubre de 1648 fue convertido en chamberlain.

    Comenzando 1649 La Reina Cristina lo envió en una misión diplomática en la República de Venecia. Donde estuvo para negociar la mediación del conflicto entre Polonia y el Gran-Ducato de Toscana. En 1650 él estuvo en Núremberg, donde le llevó a Carlos X Gustavo de Suecia las noticias de su misión. En 1651, el condujo una serie de trabajos diplomáticos en Madrid. En España llegó a resumir las relaciones de mercadeo. Luego hizo un extenso recorrido por todo el país y visitó la ciudad de Sagunto. En su regreso a caso trato de mediar las guerras de Fronda, Franco-Españolas sin éxito alguno. En 1654 fue enviado a la corte Archiduke Leopoldo Wilhelm de Austria en Bruselas. Cortejo a la Reina Cristina que había llegado a Amberes

    En sus trabajos bajo Carlos X Gustavo de Suecia no se sabe mucho. Por su propia cuenta siguió al Rey Sueco en las Guerras polaco-suecas (Habiendo nacido en Polonia) y lo acompañó a Hamburgo en 1657 y en 1658 a Gotemburgo.

    Durante el reinado de Charles XI resumió sus trabajos en el ámbito diplomático. Desde verano de 1664 hasta otoño 1665, trabajó de embajador sueco en la embajada de Varsovia. El siguiente año se convirtió en Presidente del Gobierno en la Pomerania Sueca, y al mismo tiempo Presidente de Corte en Greifswald y al pasar una semana en oficio fue enviado de nuevo a Polonia. En 1666 fue enviado a la Corte Imperial Alemana para informar la posición sueca en el conflicto con Bremen.

    Palbitzki tuvo una extensiva educación, incluyendo el conocimiento en literaturas en Latín y Griego. Llegó a ser un connoisseur y promotor de arte Europea particularmente la clásica y arte italiana además de dar a conocer artistas extranjeros como el escultor Nicolas Cordier.

    Cf. Enrique Johan Corredera Nilsson: Todos somos godos. Las relaciones hispano-suecas desde la década de 1640 hasta la Paz de Oliva, pp. 223-252.

    José María Salaverría en Estocolmo (mayo 1935)

    José María Salaverría estuvo de gira por Escandinavia en mayo de 1935. El 2 de mayo de 1935 dio una charla en la Sala Grande de la Stockholms Borgarskola bajo el título de «La vida estudiantil en España». En el marco de una Velada Española con Karin Juel que canta canciones con laúd. El acto fue organizado por la Svensk-spanska sällskapet (Sociedad sueco-española).

    El martes 7 de mayo de 1935 dio igualmente una charla sobre «El acento de una raza» en la Stockholms högskola.

    Salaverría concedió una interesante entrevista desde el Grand Hotel, en la que muestra su reconocimiento a los derechos de las mujeres en Suecia. Para Salaverría el voto femenino es la salvación de España, ya que ha permitido que ganen las derechas.

    En Noruega Salaverría debió encontrarse con Magnus Gonvold, ya que ambos se había encontrado en Madrid un par de años antes.

    Ximénez de Sandoval en Estocolmo (1940)

    El biógrafo de José Antonio Felipe Ximénez de Sandoval y Tapia (Madrid, 15.II.1903 – 1978. Abogado, diplomático y escritor). Comprometido tempranamente con el españolismo radical, desde 1934 pertenece a la Falange Española, donde llega a dirigir la sección internacional del periódico Arriba. Tras el 18 de julio de 1936, se une al bando sublevado y forma parte de la Junta de mando provisional de FE de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), que encabeza Hedilla. Tras la unificación franquista de todos los grupos civiles de la zona rebelde en un partido único, la Falange Española Tradicionalista (FET), es detenido en primera instancia por su postura contraria, pero se le pone en libertad al poco tiempo. En 1938 presta servicio como jefe de la Segunda Sección del Estado Mayor del la 18.ª División en el sector de Madrid y es miembro de la Junta Política de la propia FET.

    Tras la contienda, es destinado como segundo secretario a la Embajada de España en Bruselas, donde asiste a la invasión nazi. Luego es destinado a Estocolmo, y finalmente regresa a Madrid para ocupar sucesivamente la Delegación Nacional del Servicio Exterior de Falange (Falange Exterior). En 1941 se hace cargo de la Jefatura del Gabinete Diplomático del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ese año, publica su conocida Biografía apasionada de José Antonio. Reputado como muy “serranista”, en abril de 1942, al caer Serrano Suñer, es cesado de sus cargos y expulsado del Partido por sus opiniones políticas inconvenientes, abandonando la política activa; no así sus convicciones falangistas.

    FXdS era gay y fue encargado de presentar a Federico García Lorca ante José Antonio Primo de Rivera.

    Gösta Sandels (1887-1919)

    Axel Gösta Fabian Sandels, nacido el 25 de abril de 1887 en Gotemburgo, fallecido el 14 de agosto de 1919 en Granada, España, fue un pintor, dibujante y artista gráfico sueco. Visitó España por primera vez en 1908, recalando en Madrid y Sevilla.

    Terminada la Primera Guerra Mundial y abiertas las fronteras, él y su esposa viajaron a Inglaterra y París donde se orientó en todo el arte nuevo con obras de Auguste Renoir, Henri Rousseau y Henri Matisse. El viaje continuó hacia España donde Sandels realizó sus últimas y mejores pinturas callejeras en Palma de Mallorca. También visitó Ibiza y Valencia.

    Durante el viaje contrajo una infección de tifus y cuando la pareja llegó a la Alhambra desarrolló fiebre alta. En su mareo, se arrojó por una ventana y la caída le provocó la muerte pocos días después. Su esposa, Elaine, que estaba cuidando su cama, se quedó dormida por un rato, y cuando se despertó, la ventana estaba abierta y Gösta Sandels estaba tirado en la calle con la espalda rota y murió poco tiempo después. Se habían casado en 1917 pero sólo cuando se reabrieron las fronteras tras la guerra pudieron realizar el ansiado viaje nupcial a Mallorca. España era un motivo muy esperado por los artistas con sus colores y su luz. Granada cobraba gran importancia para los Sandel, quienes, a pesar de las advertencias de la epidemia de tifus, viajaron allí y encontraron su destino.

    Su esposa se encargó de que un gran bloque de granito de Bohuslan se convirtiera en la lápida del cementerio de San José de Granada. Elaine luego se volvió a casar con Per Lagerkvist.

    Motif from Palma di Mallorca