En 1962 y sin un plan detallado, el poeta Lasse Söderberg (Estocolmo,1931) y el fotógrafo Christer Strömholm (1918-2002) viajaron en el Saab de este desde París, donde residían, hacia España: no la de los lugares conocidos sino la de los recovecos inesperados, la hundida en sí misma. Estuvieron 1 mes por Las Hurdes, Calanda, Bilbao, Cuenca, Valle de los Caídos, etc., sin dinero, con una cocinilla, un jabón de Marsella y una navaja suiza.
Estilográfica y Leica captan el paisaje y sus gentes con una mirada negrolegendaria, cuya belleza contrasta la pobreza y la ignorancia. Cincuenta años después, ya fallecido su compañero de viaje, Söderberg desempolva su cuaderno de notas y transcribe, en una suerte de lento revelado aquella interlocución múltiple, la amistad de dos amigos unidos por su fascinación hacia España, el vigoroso diálogo entre imagen literaria y fotográfica y el de cada uno consigo mismo. El hallazgo de pueblos olvidados jalonó la indagación sobre la mutua visión estética y/o política en el marco de una más amplia conversación con algunos de los pesos pesados de la cultura española como Buñuel, Dalí, Saura 1 y Tàpies.
Si al comienzo el propósito fue un libro de viaje, la indocilidad de ambos viajeros contra el exotismo y su deseo de apartarse del tópico turístico o aventurista otorgaron a estas notas el valor de un registro de época, al mismo tiempo que una doble autobiografía en los lenguajes propios de dos grandes personalidades de la cultura sueca.
El diario de viaje retrospectivo se convierte en un documento de la época, un informe de la España olvidada, pero también una descripción de los propios viajeros de principios de los años 60: el viejo Strömholm, estrictamente militar, con el pelo desgreñado y un pasado oscuro que habla de la “necesidad de exposición”, y el larguirucho poeta Söderberg, de unos 30 años, con su cuaderno de notas y su curiosidad sin reservas por el mundo y las personas.
«En todas partes de España los ninos mendigaban chicle».
Lasse con Antonio Saura.
De una estancia en Cuenca con Saura en 1959 surgieron unos poemas escritos en servilletas de restaurante y publicados mucho después: Nueve damas españolas y un cura desgarrado – Nio spanska damer och en söndersliten präst (Málaga, 1997), con cinco Caricaturas De Antonio Saura, que estaba en el 97 exponiendo en Malmö. ↩
Acaba de salir una biografía sobre Adolfo Rodríguez Bravo (Ponferrada, 1948), que formó parte de Los Boing y Los Íberos, uno de los grupos más rabiosamente modernos de los 60 y miembro de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán.
Torremolinos, 1966
Adolfo Rodríguez Bravo conoció a Marie-Anne (Umeå, 1942) en Torremolinos en 1966. Marie-Anne llevaba desde 1964 en Torremolinos, viviendo con sus padres. Trabajaba en un buen restaurante regentado por una pareja sueca y estaba saliendo con un cantante alemán, que «se la pasó» a Rodrigo. Era 6 años mayor que él y estuvieron 25 años juntos.
Marie-Anne aportó a Los Iberos el conocimiento de ciertos grupos suecos, como The Spotnicks o Hep Stars («Sunny Girl») 1.
En 1967 se fueron a Madrid, siendo la pareja hispano-sueca de moda.
Señora azul (1974), lo más parecido a un hit que tuvo nunca el grupo, propició un equívoco cultural, se tomó como una parábola de los últimos días de Franco y el régimen, el de los azules, como una alegoría sobre la censura y la arrogancia de la oligarquía, pero el grupo siempre lo negó, reduciendo la letra a mera ironía sobre los críticos musicales. Pero, antes de que se pudiera aclarar la confusión, la canción ya era lo que al pueblo quisiera que fuera. «Una muestra más de que el público hace suyo el significado de las canciones, más allá de lo que sus autores pretendan decir», zanja Moya.
Octubre 1975
Adolfo llegó a Suecia con un bebé al caer (el niño de la fotografía) y dispuesto a empezar de cero en la ciudad natal de su mujer, Umeå. Allí le esperaba la familia de Marie-Anne, compuesta por los padres, la abuela Ruth (encantadora y diminuta mujer de origen lapón), sus tíos y su prima Eva.
La vuelta definitiva a Umeå fue en octubre de 1975. A los pocos días, el 15 de octubre, nio nacer a su hijo Stephan, lo que grabó en super 8. Rodrigo y Marie-anne estaban instalados en el piso de los padres de ella, pero los servicios sociales les proporcionaron otro piso (de 3 habitaciones) en diciembre de 1975. El Estado sueco se hizo cargo de los gastos de la pareja mientras Rodrigo aprendía sueco.
Marie-Anne y Rodrigo decidieron entonces casarse, en la Helena Elisabeth kyrka, de Umeå. Rodrigo se trajo a un madre Rosa a Suecia, donde estuvo un año.
Su profesor de español era un peruano llamado Luis Campunay, que le dijo de dar clases de lengua él mismo, lo que hizo con un mapa de España y una guitarra.
Suecia (1975-1985)
En Suecia trabajó en una plantación de pinos (recogiendo esquejes de rodillas) o en la Umeå Dental Lab, un laboratorio de prótesis dentales (reparando dientes, coronas y puentes). Aunque la música seguía siendo su gran pasión, tenía experiencia de sobra de lo que se cocía en la industria, así que esperaba de la música lo justo. Tras haber experimentado varios sinsabores pensó que le vendría bien desdoblarse hacia otra profesión. Adolfo se aplicó en serio en su nuevo trabajo: combinó su trabajo como protésico dental con sus estudios de sueco.
Los Grethe:s Grupo de Umeå. Rodrigo era guitarrista y cantante.
Lapp Liga
Mientras arreglaba dentaduras suecas, Adolfo alimentó el gusanillo musical girando por lugares remotos (hasta el Círculo Polar Ártico) con bandas locales de nombres irresistibles, como La Liga Lapona.
“En el viaje a Kiruna [la ciudad más septentrional de Suecia, en la que tocó con La Liga Lapona] llegaron a sufrir temperaturas de 30 grados bajo cero, aunque sus compañeros suecos lo afrontaban con normalidad. Adolfo sintió cuando salió del vehículo que se le congelaban los párpados y las fosas nasales, le costaba respirar. ‘No respires muy hondo’, le aconsejaron los suecos”, según el libro. Adolfo, por tanto, puso mucho de su parte para integrarse en Suecia, pero el Estado también hizo lo suyo. Era la fase dorada (tardía) de la socialdemocracia sueca. Al poco de aterrizar en el país, a Adolfo le pagaron piso, los gastos del bebé y un salario hasta que aprendiera sueco y pudiera valerse por sí mismo. “Suecia tenía sus cosas, también diferencias de clase, pero era un país mucho más horizontal e igualitario que España, con querencia por la justicia social. Adolfo aprovechó el tirón”, razona Concha Moya.
Entonces pidió una excedencia en el laboratorio dental de Umeå y entró en la Framnäs folkhögskola, escuela de musical de Piteå. Allí pasó los últimos años de su estancia en Suecia, estudiando Historia, Sociología, Geografía y Religión. Montó espectáculos curiosos que aparecieron en la prensa de Piteå (una versión de Blancanieves, por ejemplo, o un Festival de Navidad en 1981).
Foto de 1983, casita de madera de la Suecia profunda, junto a un río con garzas y castores, a unos 650 kilómetros al norte de Estocolmo. En la foto hay dos treintañeros españoles de pelo largo. El de la barba es Rodrigo García, que ha viajado hasta ahí para convencer a Adolfo Rodríguez Bravo de reunir a su antigua banda -Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán (CRAG)- separada una década antes tras publicar la madre de todos los álbumes malditos: Señora azul -puesto número once en la lista de Rockdelux de los mejores 100 discos españoles del siglo XX.
Vuelta a España
El dilema existencial de Adolfo durante la visita sueca de Rodrigo no era sencillo. Su adiós a España, en julio de 1975, fue algo más que una pedrada para huir de la industria musical española o de una banda con demasiados gallos. Había más cosas. Tras no pocas cavilaciones, Adolfo dijo sí a Rodrigo cuando fue a buscarle donde viven los renos. En 1984, volvió a España. C.R.A.G. regresó al estudio -el disco Queridos compañeros. La cosa salió otra vez regular. Hubo flashbacks incómodos del legendario (pero frustrante) primer disco del grupo… Contexto musical setentero de C.R.A.G: «la tercera vía». Fue la etiqueta de la crítica para una nueva hornada de bandas influidas por el folk gringo de la costa oeste, con guitarras y voces suavemente crepusculares. Rock acústico fluyendo en mil direcciones. Rodrigo formó primero Solera con José María Guzmán. Tras un puñado de buenas canciones y un intento fallido de fichar a Adolfo y a Juan Robles Canovas, Solera se disolvió, dando paso a Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán. El nombre era un guiño a una banda emblemática, Crosby, Stills, Nash & Young, pero también sonaba a bufete de abogados, y era “complicado repetir dos veces seguidas sin equivocarse», recuerda Moya, «un nombre anticomercial reflejo de las diferencias que hubo en el grupo desde el principio, hasta para decidir nombre”, recuerda Moya. Pero cuando Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán se pusieron a componer, surgió la magia. El álbum Señora azul.
Dos años después de cambiar su ordenada vida sueca por el resbaladizo sueño de la resurrección de C.R.A.G, el grupo volvió a romperse, entre el desinterés de las compañías y la eterna disputa interna. «Se repetía el funesto final de la primera unión de los C.R.A.G., agravado porque la ruptura resultó aún más dolorosa. Adolfo se sintió el peor parado y el que sufrió el mayor descalabro. Había traído a una familia a España detrás de un proyecto en el que creía firmemente pero que había sido dinamitado una vez más. Los C.R.A.G. habían vuelto a tropezar con la misma piedra», cuenta el libro.
El disco, que salió en Hispavox, contó un productor refinado, Rafael Trabucchelli, al que Guzmán describió así: «Italiano de Milán, aficionado al whisky con agua, porque decía que era bueno para las arterias». Además de trincar, Trabucchelli tenía un oído fino para los «fondos orquestales» y los arreglos fetén. El colchón adecuado para que Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán pudieran desplegar sus encantos musicales y literarios. «Además de su sentido de la melodía y las extraordinarias letras de sus canciones, están considerados como el mejor grupo de voces del país, gracias a la mezcla vocal que lograban», cuenta el libro.
PREGUNTA. ¿Por qué se fue a Suecia con una carrera musical lanzada? RESPUESTA. Te va a sonar raro, pero el momento más álgido de mi vida no fueron mis discos o echarme a la carretera a los 16 años: fue cortar por lo sano e irme a Suecia. Yo tenía 27 años, la famosa edad de la fama y el rock [(Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison murieron a los 27]. Lo que sentí a los 27 años es que ya lo había hecho todo en la industria y que lo de la fama no daba más de sí. Mi mujer se quedó embarazada. Decidí dejarlo todo y conocer otra realidad de la vida. Volví a nacer en un lugar donde no conocía a nadie y cuyo idioma no hablaba. ¡El Caudillo estaba cerca de morirse y no se me ocurrió otra cosa que irme!
P ¿Cómo se tomó la ‘fuga’ su entorno musical?
R. Algunos pensaron: «¡Está loco! ¡Lo deja todo para arreglar dientes en Suecia!». Ahora que lo pienso, recuerdo mis imágenes con bata blanca en un laboratorio dental sueco, y me parece que fue un sueño. Pero debió ser realidad porque tengo un hijo medio sueco.
P. ¿Qué le dijo Rodrigo cuando fue a buscarle a Suecia?
R. Me habló de la Movida madrileña.
P. ¿Cómo?
R. Tal cual. Yo no tenía ni idea de qué era eso de la Movida, llevaba una década en Suecia desconectado de absolutamente todo. Rodrigo me dijo que había un nuevo movimiento pop que lo estaba agitando todo, que las compañías querían que grabásemos otro disco y que igual había llegado nuestro momento. ¡Como el hombre había recorrido 4.500 kilómetros para contarme eso, yo me lo creí!
P. Salió mal.
R. Sí, y lo pagué muy caro. Lo aposté todo a volver a España, arrastré a mi familia conmigo y al poco me arruiné [tras fracasar la resurrección de C.R.A.G., abrió un restaurante que se fue a pique]. Fue todo una catástrofe. Me costó el divorcio de mi estupenda exmujer. Así se escribe la historia. Luego, eso sí, no me faltó el trabajo. Hasta giré con Camilo Sesto y pisé varias veces Eurovisión.
Ord om Vietnam. En internasjonal antologi (Gyldendal, 1967, 195 p.) fue un antología publicada en Dinamarca por Benny Andersen y Jon Elster, que contó con la participación de Francisco J. Uriz1. .
Otros contribuyentes fueron: Carlos Álvarez, Wolf Biermann, Robert Bly, Noel Cobb, Erich Fried, Ho Chi Minh, Georg Johannesen, Sara Lidman, Stein Mehren, Pablo Neruda, Tor Obrestad, Ulla Ryum, Alfonso Sastre, Harald Sverdrup, Tu Fu, Tarjei Vesaas, Jan Erik Vold, etc.
La cubierta es del xilógrafo danés Palle Nielsen (1920-2000).
Uriz toma como modelo para su poema Om kriget i Vietnam de Göran Sönnevi (BLM 3, 1965).
Bakom TV’n ändrades ljuset
utanför fönstren. Mörkret byttes
mot grått och träden framträdde
svarta i det klara grå ljuset
från nysnön. På morgonen
var allt igensnöat. Jag går nu
ut och sopar efter stormen.
Jag hör i radio att USA
gett ut en vitbok
om kriget i VIETNAM
i vilken Nordvietnam anklagas
för aggression. I går kväll
på TV
såg vi en filminspelning från
Viet Congs sida, fick höra
helikoptermaskinernas
dova fladdrande,
från marken, från de beskjutnas
sida. I en annan film
för ett par veckor sedan
intervjuades de amerikanska
helikopterförarna av CBS. En av dem
beskrev sin utlösning
när han äntligen fick skott på
en «VC»: han slungades
tre meter fram
av raketerna. Det blir
säkert mer snö idag
säger min granne, svartklädd
på väg till sitt arbete. Han
balsamerar döda och är nattvårdare på
mentalsjukhus. Trakten jag bor i – Lund
med omnejd – blir en allt vitare
bok, solen kommer och lyser
brännande kall över de vidsträckta sidorna.
De döda är siffror, som vilar, virvlar
som kristaller, i vinden över fälten. Hittills
beräknas två miljoner ha dött i VIETNAM.
Här dör knappast någon
av annat än personliga skäl. Den svenska
ekonomin dödar numera
inte många, i varje fall
inte här i landet. Ingen för
krig i vårt land för att skydda
sina egna intressen. Ingen
bränner oss med napalm
för en feodal frihets skull.
På 14- och 1500-talen fanns ingen napalm.
Solen stiger här mot middag.
Det är snart mars 1965.
För var dag
dödas allt fler i USA’s vidriga krig.
Snöflingorna på fotot av
president Johnson
vid tiden för de sista bombningarna
i Nordvietnam – han steg
ut eller in i en bil – faller
allt tätare över de vita siffrorna.
Fler döda, fler rättfärdiganden,
tills allt snöar igen
i den natt som slutgiltigt
ändrar sitt ljus utanför fönstren.
Aquí tenemos un poema temprano de Uriz en traducción de Gösta Ågren («Spansk lyrik», Clarté, 3, 1963, p. 14) que hizo en casa de Uriz en Sveavägen.
En 1968, la poeta Angelina Gatell preparó una antología poética con un tema que preocupaba a la sociedad occidental del momento: la guerra de Vietnam. El libro, Con Vietnam, no pasó los rigores de la censura y quedó archivado hasta ahora que ha sido rescatado y editado por el catedrático Julio Neira. ↩
En septiembre de 1975 la sociedad sueca se movilizó contra las últimas penas de muerte del franquismo. Fotos de Bernt Lindgren. Manifestación en Estocolmo el 4 de septiembre de 1975 contra las sentencias.
El 27 de septiembre de 1975 se fusiló a 5 personas, en Hoyo de Manzanares (Madrid), Barcelona y Burgos: tres miembros del FRAP y 2 miembros de ETA. Manifestación de esa misma mañana y movilización del Comité Español Antifascista en defensa de los 5 asesinos ante la Embajada de España.
Axel Österberg. Bakom Barcelonas barrikader. Bilder från spanska inbördeskriget. Federativs förlag 1936, 45 páginas. Primer folleto sobre la Guerra Civil publicado en sueco.
Bilder från spanska inbördeskriget. Axel Österberg. Federativs förlag 1936 45 s.
Innehåll
Förord / Prólogo
Den blodiga söndagen / Domingo sangriento
Kyrkorna brinner! / Arden las iglesias
Från försvar till angrepp / De la defensa al ataque
Barcelona socialiseras / Barcelona socialistizada
Myten om den röda terrorn / El mito del terror rojo
En stad i svart och rött / Una ciudad en rojo y negro
Soldater, nej! Kämpar / Soldados, no, camaradas
Ja!
Ungdom i kamp / Juventud en lucha
Begravning i Barcelona / Entierro en Barcelona
Förklaringar / Aclaraciones
Documental comunista de la TV sueca, en el que mujeres antifranquistas relatan sus experiencias en la lucha contra la dictadura. Aparecen: Carmen Marrón Llaneza, Anita Sirgo Suárez, Esperanza Rodríguez Lara, Dulcinea Bellido Carvajal, Eloisa Rubio García-Rama, Isabel, Montserrat Avilés i Vila y Maruja Ruiz Martos.
En el Nordiska Museum de Estocolmo se custodia una colección de 160 fotografías que hizo el fotógrafo sueco K. W. Gullers (1916-1998) en Torremolinos en 1956. El mismo lote encontramos algunas fotos de Torremolinos a cargo de Sten D. Bellander (1953) y Olof Hasslöf (1959).
Ryssland förrådde oss! Hur det spanska kriget slutade. Ett historiskt reportage och en politisk anklagelse («¡Rusia nos traicionó! Cómo acabó la guerra española. Un reportaje histórico y una denuncia política». Federativs förlag, 1939). Traducción «till svenska från förf. originalmanuskript av» Rudolf Berner1.
Este libro fue confiscado por las autoridades suecas con el apoyo del inciso TF § 3 9, segundo párrafo el 12 de enero de 1940. El editor publicó entonces el libro como När Madrid föll : hur det spanska kriget slutade.
El inicio de la guerra sorprende a José García Pradas (Burgos, 1910-Londres, 1988) en Barcelona. Vuelve a Madrid para dirigir el periódico CNT. Se hizo también cargo de Frente Libertario y desde ambas publicaciones se enfrentó a los comunistas en la cuestión de los controles obreros que los cenetistas habían establecido en las calles y las salidas de Madrid, y a cuyos miembros las publicaciones comunistas calificaban de «incontrolados». En este asunto, a través de CNT defendía la creación de un organismo único de vigilancia en el que estuvieran integradas todas las fuerzas antifascistas.
Durante los años de la contienda, estuvo a favor de la alianza con la UGT, y se convierte además en uno de los personajes imprescindibles de la CNT castellana. Con Eduardo Val y Manuel Salgado conforma el núcleo del poderoso Comité de Defensa de la CNT del Centro y como ellos participa también en la lucha, en su caso en Guadalajara y los alrededores de Madrid. En los últimos momentos del conflicto participa en el golpe de Casado y en la noche del 5 de marzo de 1939 está presente, junto con el mismo Casado y Manuel Salgado, cuando Besteiro, frente a los micrófonos de la radio de Madrid, anuncia la constitución del Consejo Nacional de Defensa. Siguió trabajando hasta el final y fue uno de los últimos periodistas que pudo salir en los últimos días de la guerra. Lo hizo el 30 de marzo desde el puerto de Gandía.
Tras su paso por París, Marsella o Dieppe, en Francia, vivió en el exilio en Londres, donde trabajó como peón y camarero —era propietario del restaurante Goya— y más tarde, en la radio, como redactor de las emisiones españolas de la BBC. Se dedicó a traducir las obras de Shakespeare y se centró también en su faceta literaria. Sigue escribiendo poesía —había publicado ya sus romances en CNT y 14 División desde 1937— que en estos primeros años se centra frecuentemente en acontecimientos y personajes inmersos en las circunstancias de la guerra. Llega a escribir sus poemas en inglés y no abandona tampoco su producción dramática, publicando algunas obras de teatro. En 1978 participa en el documental realizado por el hijo de Diego Abad de Santillán, que tomó el nombre del célebre libro de su padre, ¿Por qué perdimos la guerra?
Gösta Peder Sjögren participó durante un tiempo como «miliciano voluntario» del lado frentepopulista, lo que describe en su libro Bar barbar (Bárbaro desnudo, 1937). El libro salió en marzo de 1937 y fue publicitado en prensa con motivo del 1 de mayo, para incrementar ventas. A principios de agosto de 1936, resultó herido en el frente de Somosierra.
En Estocolmo hay un monumento que se llama “La Mano”. Es una escultura de granito de cuatro metros de altura situada en Södermalm, una de las 14 islas que forman la capital de Suecia. Fue erigida en 1977 por la Svenska Spanienfrivilligas kamratförening (Asociación de los Voluntarios Suecos de España) con el propósito de homenajear a los brigadistas suecos que murieron en la Guerra Civil española.
1 de mayo de 2024 en Estocolmo, ofrenda en La Mano y marcha.