Max Hodann (1894-1946)

Médico alemán, eugenista, educador sexual y marxista, «el educador médico sexual más conocido y controvertido de la República de Weimar». Escribió para lectores de clase trabajadora (por ejemplo, Guy and Gal, 1924) y para niños (por ejemplo, Where Children Come From, 1926). Después de 1933, como refugiado de la Alemania nazi, vivió principalmente en Noruega y Suecia. Tras mudarse a Noruega, donde recibió el apoyo financiero de la organización de trabajadores noruegos Fondo de Justicia para los Trabajadores (Arbeidernes justisfond), publicó artículos sobre la familia y la sexualidad en la prensa de los trabajadores noruegos. Después de visitar Palestina en 1934, fue coautor de un libro con Lise Lindbæk sobre el regreso de los judíos a Palestina.

Hospital «La Cueva de la Potita» (1937-1938)
Entre 1937 y 1939, en plena Guerra Civil Española y ambas en La Mancha, en la demarcación del “frente del Sur”, se llevaron a cabo dos experiencias absolutamente renovadoras en cuanto a la asistencia psiquiátrica y psicoterapéutica: el Hospital de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), que dirigió el psiquiatra catalán Francesc Tosquelles; y el Hospital de “La cueva de la Potita” en las inmediaciones de Madrigueras (a 13 km. de Albacete), organizado por el psiquiatra alemán Max Hodann como sanatorio para combatientes de las Brigadas Internacionales 1.

El edificio era un palacete construido como pabellón de caza en los años veinte, que había sido incautado a una rica familia de Albacete. Estaba situado al lado del rio Júcar en el conocido “paraje de Cuasiermas”, en un lugar apartado y entre numerosos árboles, y reunía buenas condiciones para hospital de descanso y rehabilitación. Hodann tenía que ocuparse de más de cien brigadistas de muy distintas nacionalidades, contando solamente con un médico auxiliar y escaso personal de apoyo.

Hodann, que desarrolló una intensa labor en la revista de la XV división La voz de la sanidad 2, no escribió sin embargo nada acerca del hospital. La principal fuente sobre el trabajo cotidiano en “La Cueva de la Potita” la encontramos en la monumental novela del alemán Peter Weiss (1981) La estética de la resistencia, donde Hodann aparece como uno de los personajes principales. Weiss conoció a Hodann en su segundo exilio de Oslo, donde ambos coincidieron y se hicieron amigos. Allí tuvo el escritor acceso a sus diarios, contándose que fue psicoanalizado por el propio Hodann.

El brigadista y poeta holandés Jef Last, que fue enviado al hospital de Hodann por su homosexualidad, elogió su profesionalidad durante su hospitalización, y su diferente posicionamiento descriminalizando la homosexualidad y el onanismo de los soldados. Last describió también cual era la actitud general de los mandos militares, los comisarios políticos y los médicos de las Brigadas. Estas actitudes de Hodann motivaron sospechas de los mandos comunistas (sospechas de tendencias anarquistas y troskistas) lo que motivó una visita de su compañera Lisa Lindback, junto a I. Ehrenburg y dos representantes del Estado mayor, Mewis y Stahlman, que le comunicaron su traslado a Denia y la disolución de su comunidad.

Hodann abandonó España en el otoño de 1938, repatriado a París cuando el gobierno de Negrín disolvió las Brigadas Internacionales.

Tras la guerra volvió a Noruega y publicando una novela infantil en noruego bajo el seudónimo de Henry M. Dawes.

Cf. Francisco Javier Montejo Alonso. «En un lugar de La Mancha… Francesc Tosquelles y Max Hodann, creadores de las primeras comunidades terapéuticas durante la Guerra Civil Española».

  1. Ambas experiencias, sepultadas durante más de sesenta años en el más absoluto olvido, supusieron la constitución de dos pioneras “comunidades terapéuticas” alentadas desde posiciones teóricas y técnicas cercanas al psicoanálisis, lo que las conectaba más o menos directamente con la primera comunidad terapéutica surgida desde el ámbito psicoanalítico: el Sanatorio Psicoanalítico de Tegel, que dirigió el psicoanalista Ernst Simmel en las afueras de Berlín entre 1927 y 1931.
  2. Hizo amistad en la revista con Buero Vallejo