En febrero de 1939, tuvo lugar en Estocolmo un suceso anecdótico, pero inédito en el mundo diplomático español de aquellos años, ya que los responsables de las representaciones diplomáticas de la República Española (Isabel de Palencia) y de la España de Franco (Conde de Torata) asistieron, uno al lado del otro, a un acto oficial representando a España.
No parece que el asunto fuera premeditado, aunque tampoco cabe descartarlo sin más. El evento en cuestión fueron los funerales por el Papa Pío XI (muerto el 10 de febrero de 1939), en el templo católico de Santa Eugenia. Así lo relata el Conde de Torata, que había recibido invitación del Vicario apostólico sueco, monseñor Johannes Erik Müller (1877-1965), en un despacho al gobierno de Burgos, de 22.II.1939:
La Señora de Palencia se presentó en la iglesia sin ser invitada, y como no había puestos fijos, su presencia no dio lugar a ningún incidente, pero el Padre que hacía de acomodador tuvo la desgraciada idea de sentarla a mi lado. Al salir, hizo colocar el coche de la Legación frente a la puerta, con la bandera republicana colocada sobre las aletas.
La misa se celebró el jueves 17 de febrero de 1939.