Año 1936. Julio. París. Los personajes son Luis Doria, músico que busca el éxito y se relaciona con la crema de la intelectualidad parisina del momento; Albert Rosell, músico que busca perfeccionarse con algunos de los mejores maestros franceses, el apocado, el becario, el pobre, como dice el narrador de la novela: «hijo único, inversión musical del matrimonio de una peluquera y un dependiente de almacén de tejidos de la calle Trafalgar»; en medio de los dos, Teresa (novia de Doria, catalana de familia bien que estudia en París para llegar a ser cantante de ópera) y Larsen (un sueco que anda por la vida cultural de la capital francesa, que parece vivir de rentas y al parecer va a escribir un libro sobre Doria). P. 214:
Hablaba el castellano a sacudidas, como si compusiera las frases en una caja de imprenta mental y luego las depositase a la consideración del receptor, con una cierta timidez, en la duda del acierto.
Película de Mario Gas (España, 1998). Larssen es un hispanista sueco que prefiere luchar en la guerra civil española a volver a su país. Es un hombre fuerte, vital y apasionado: quizás por eso resulta tan gracioso. Habla un perfecto español pero termina diciendo la frase que, como profe de español, más he odiado en las despedidas.
https://twitter.com/Lenguascine/status/1407744945268707334
Hay didactización.