Tengo una versión sueca de «El alcalde de Zalamea», que se representó en Estocolmo en 1789. Ni hay violación de la hija de Pedro Crespo, ni garrote vil para Don Alvaro (Don Luis se llama ahora, enamorado a lo Werther) y, por supuesto, Felipe II no aparece para perdonar al hidalgo. ¿Qué cómo acaba entonces? Pues en boda, muy cívica, muy sensata y muy sueca, como ejemplo de la elevación social por el mérito. «El ciudadano digno, o la justicia es para todos», traduciría el título en sueco.
Den värdige medborgaren, eller Rättvisan är för alla; drame, i fem acter. Af herr D.G. Björn. Första gången upförd, på Svenske comiske theatern i Stockholm, den 22 februarii 1789. av Calderón de la Barca, Pedro, 1600-1681 | Collot d’Herbois, Jean-Marie, 1750-1796. Il y a bonne justice, ou le paysan magistrat | Björn, Didric Gabriel, 1757-1810 [översättare].
Stockholm, tryckt hos Anders Zetterberg., 1789