El primer ministro sueco había encabezado una cuestación para recaudar fondos contra el régimen franquista, que según Tono serviría para financiar a ETA. La pluma de Tono está cargada de bilis:
Lo peor de Olof Palme es esa cara de percherón que Dios le ha dado. Y mucho peor todavía el que él no se haya enterado de su afeamiento y haya osado sonreír con esa sonrisa de papúa rubio ante las cámaras de los reporteros.
ABC, «Don Olof Palme» (ABC, 11 octubre 1975, p. 21).
Esto es lo que debería publicar hoy la prensa europea, si Europa existiese y si buena parte de la prensa europea tuviese vergüenza.
«Orden de captura de Olof Palme, estrábico, miserable, asesino profesional, jefe de la banda de asesinos que gobierna -por desgracia para su pueblo- a Suecia. Con el dinero que recaudó este delincuente hacia cuarenta y ocho horas en Estocolmo, han sido asesinados tres Guardias Civiles de España en Guipúzcoa y otros dos han resultado heridos. Cualquier persona decente que se lo encuentre, deberá disparar sobre el vikingo rabioso hasta darle muerte, por directo responsable de un triple asesinato y por intentar conducir a un país libre, pacífico y trabajador hacia la guerra civil. Que Dios maldiga a Olof Palme, a su gobierno y a todos sus cómplices europeos». (1)
Pero como la mayor parte de la prensa europea olvidó su dignidad hace muchos años, este anuncio no se publicará nunca.
Eduardo García Serrano. El Alcázar, 5 de octubre de 1975, domingo